sábado, 24 de enero de 2009

PRIMERO CHAU CHAU. DESPUES, A "RECOGER VELAS".-




EL GOBIERNO DE AGUIRRE LLEVARÁ AL DIARIO A LOS TRIBUNALES. LA COMUNIDAD ACUSA A EL PAÍS DE CREAR UNA "GRAN MENTIRA" EN TORNO AL SUPUESTO ESPIONAJE.
Juan José Güemes ha anunciado que la Comunidad de Madrid también llevará a los tribunales a El País por las informaciones sobre una supuesta trama de espionaje. También ha denunciado la "desfachatez" de su autor, que este viernes declaró ante el juez.
ENTREGÓ "LA INFORMACIÓN" AL FISCAL. EL AUTOR DE LAS HISTORIAS DE ESPIONAJE ANUNCIA NUEVAS ENTREGAS. PARECE SER QUE TAMBIEN VA A ESCRIBIR UNA NOVELA... O DOS...
El periodista de El País Francisco Mercado ha entregado al fiscal superior de Madrid información sobre el supuesto caso de espionaje en la Comunidad de Madrid. Según él, los "dossieres sucios" tenían la finalidad de ""chantajear, quitar rivales de en medio o destruir hogares". (Es lo que desea que creamos). Bien claro lo expresó Corto Zapatero: "desde Génova, ya saben donde deben mirar"... hacia Ferraz, naturalmente.

Así lo ha indicado Francisco Mercado, autor de las informaciones aparecidas en El País esta semana sobre la existencia de una supuesta trama de espionaje a políticos del PP, que este viernes ha prestado declaración durante una hora en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, a instancias del fiscal superior, Manuel Moix. En su comparecencia, Mercado informó a Moix que basa sus manifestaciones en datos reservados ofrecidos por altos cargos del Ejecutivo de Esperanza Aguirre.
A su salida el periodista ha manifestado que ha pedido al fiscal que se esclarezcan "hasta las últimas consecuencias" del caso y se "llegue hasta el final de la investigación" para averiguar quién o quiénes están detrás de esta trama, y ha asegurado que, con la documentación que ha aportado El País, la Justicia, el PP y "quien quiera investigar, tienen elementos para tirar del hilo".Mercado, que no ha precisado el origen de la documentación que obra en manos de El País y que ha sido entregada al fiscal, ha asegurado tener "pruebas" de que "ha sido espiada mucha más gente" además del vicepresidente regional, Ignacio González; del vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, o del ex consejero Alfredo Prada, los casos que hasta hoy ha desvelado su periódico.
Entre las pruebas, presentó los partes de seguimientos y vigilancia que afectan al vicepresidente de la Comunidad, al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, y al ex consejero Alfredo Prada. Recalcó que los documentos "aportan datos que sólo se pueden obtener espiando, como con quién cena uno o a qué hora sale de su casa". "Se identifica a personas, mediante fotos, se identifican matrículas. Se ha confirmado la agenda pública y privada de esas personas y nos han dicho que es un fiel reflejo de ellos", detalló. Ha dicho que de todos ellos posee documentación y datos profesionales y personales que van más allá de los de una agenda laboral o personal, y que, en el caso de González, se trata de alguien que contó "con la complicidad de personas próximas a la Comunidad".
Así, dejó claro que su información se apoya "no sólo en documentos", sino en "información de altos cargos de la Consejería de Interior" que le confirmaron los datos obtenidos por otras fuentes. "No sólo hay información documental, sino información de personas de alta relevancia del Gobierno de la Comunidad de Madrid", matizó.
Mercado ha asegurado que "es bueno para los partidos, para la democracia y para los ciudadanos" que se investigue quién o quiénes "están detrás de esto", porque, de acuerdo con los documentos que han llegado a su periódico, "no solo han investigado a altos cargos del PP, sino a todos los que se han acercado a ellos", como familiares o personas anónimas. "Según en qué manos caiga este material, puede tener una repercusión bastante dolorosa para determinada gente, pues puede haber relaciones sentimentales rotas o conversaciones que nunca se deberían saber" que podrían utilizarse para "chantajear y extorsionar", ha afirmado el periodista, que ha calificado el caso de "muy grave".Ha opinado que podría llegar a haber "responsabilidades penales" siempre y cuando "se compruebe quiénes son los autores" y ha recordado que en su periódico "nunca hemos dicho que el Gobierno de Aguirre está detrás de esto", pero sí poseen datos que apuntan a que funcionarios de la Consejería de Justicia e Interior, dirigida por Francisco Granados, "han hecho labores" de investigación.En esos datos, ha continuado, aparecen reflejados entre otros el ex director general de Seguridad de la Comunidad Sergio Gamón o el ex subdirector general de esta área, Miguel Castaño, y ha dicho que ambos estaban en activo en el momento en que se cometieron los presuntos seguimientos.Además ha dicho que en El País tienen "diversos soportes documentales y declaraciones de personas con alta relevancia en el Gobierno regional, para decir lo que estamos diciendo".A juicio del periodista, quien se esconde detrás de esto "sabe que la información es poder" y que en este caso "es un poder muy sucio, que necesita dossieres muy sucios para extorsionar, quitar rivales de en medio, chantajear o destruir hogares". En definitiva, ha añadido, "esta información es un poder incontrolado y creo que alguien tiene que pararlo".
"Nosotros no somos jueces, ni fiscales. Aportamos nuestras informaciones y datos que tenemos sustentados en informaciones verbales reservadas, algunas de ellas proceden de altos cargos de la Comunidad de Madrid que dicen cosas distintas en público que en privado. Y con esa información tenemos diversos soportes para decir las cosas que estamos diciendo", recalcó.
AHORA, "A LLORAR".
Se queja el diario El País de quienes quieren matar al mensajero en el escándalo de espionaje de Madrid. Pero cuando el mensajero puede destrozar las reputaciones y las carreras políticas de al menos tres personas, Esperanza Aguirre, Francisco Granados e Ignacio González, el mensajero está obligado a someterse a un escrutinio implacable.
Afirma Edurne Uriarte en ABC que más exhaustivo aún que el de los acusados por el mensajero. Primero, el de las pruebas. Y segundo, el de los intereses del propio mensajero, que ni es neutral ni es inocente. Ni en este caso ni en el de los demás mensajeros.
El propio periódico El País publicó el domingo
una entrevista fascinante con el legendario periodista Jean Daniel cuya lectura debería ser obligatoria para todos los estudiantes de Periodismo.
Afirmaba Jean Daniel que «la capacidad de hacer el mal que tiene el periodista es devastadora. En un día o en una hora se puede deshacer una reputación, se puede transformar a alguien que tiene fama de ser honesto en un terrible malhechor. Es un poder terrible».
Porque es un poder terrible, quien lo tiene debe estar en condiciones de sostener con pruebas contundentes sus acusaciones, que es lo que falta aún en este asunto. Las pruebas que permitan inculpar a un político determinado o al Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Lo que hay, por el momento, es más bien otro fenómeno periodístico que también denunciaba Daniel, una determinada
presentación de noticias, es decir, una construcción de un relato de sospechas sobre unos presuntos culpables y la orientación de la atención hacia esos acusados.
Y porque es un poder destructor, el mensajero también tiene que estar en condiciones de responder a otras preguntas. Como las relativas a sus propios espías.
¿
Quién ha facilitado al mensajero las fotografías e informes publicados? ¿Quién tiene en España el poder para conseguir ese material? ¿O quizá para fabricarlo? No precisamente los Mortadelo y Filemón de los que se reía el ministro Rubalcaba.
Y, sobre todo, debe permitir el mensajero que nos preguntemos los demás quién es el beneficiario de este escándalo. Que no es otro que el Partido Socialista.
DONDE DIJE DIGO... ME ENTRA LA JINDAMA.
SE DESINFLA EL CASO CONTRA EL GOBIERNO DE AGUIRRE.
"EL PAIS" empezó ayer a recular en su tesis de que el espionaje a dirigentes del PP de Madrid, incluido Ignacio González, había sido ordenado por el Gobierno regional. El miércoles, el diario de Prisa titulaba en portada: «El Gobierno de Aguirre espió al vicealcalde». Al día siguiente, abría a cuatro columnas: «El Gobierno de Aguirre también espió a un consejero afín a Rajoy». Ayer, en su editorial, matizaba que «parece deducirse» que ha habido espionaje por parte de «personal adscrito» al Departamento de Granados. Además definía la conducta denunciada como «observar disimuladamente a alguien con un propósito oculto». Al mismo tiempo, el periodista que ha firmado las informaciones declaraba tras comparecer ante el fiscal que su periódico «nunca ha dicho que el Gobierno de Aguirre esté detrás de esto». Sí, lo ha dicho - ¡Vaya que si lo ha dicho! y a todo trapo - y Gallardón le ha dado credibilidad. Rubalcaba fue ayer muy gráfico cuando comparó este caso con los trabajos «de Mortadelo y Filemón». Todo ha sido efectivamente una chapuza que lleva camino de volverse contra quienes la quisieron utilizar para acabar con Esperanza Aguirre. Todo menos el acoso a González.
QUE NO SE ENTERAN: QUE POLANCO MURIO.
NO SE ENTERAN DE QUE LOS AMORES PREFERIDOS DE LA MONCLOA, VAN POR "OTROS LUGARES" MAS "PUBLICOS". POR ESO HAN PERDIDO LA "GUERRA DEL FUTBOL". POR ESO, PRISA DEBE HASTA DE CALLARSE.

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