DIMISIONES SI NO SE VOTA "NO" A SANZ. UN CENTENAR DE CARGOS ELECTOS Y AFILIADOS DE 23 AGRUPACIONES LOCALES DEL PARTIDO DEJARÁN LA EJECUTIVA REGIONAL SI LOS PARLAMENTARIOS SE ABSTIENEN PARA QUE GOBIERNE UPN.
Llega la hora de la verdad: este sábado a las 17.00 doce parlamentarios socialistas tendrán que decidir si acatan las órdenes de Ferraz, se abstienen y permiten que Miguel Sanz sea elegido de nuevo presidente de Navarra por mayoría simple. Si actúan así, la crisis en el PSN se intensificará. Este viernes por la tarde cerca de un centenar de cargos electos y militantes de 23 agrupaciones locales de La Ribera se reunieron en Ribaforada y avisaron de que habrá dimisiones en la Ejecutiva regional si sus diputados no votan "no" en la investidura. Y, además, pedirán la dimisión misma de la Ejecutiva y que los parlamentarios renuncien a sus actas, pues "no representan y defienden las peticiones de los afiliados, simpatizantes y votantes del PSN de Navarra" y estarían incumpliendo "las numerosas resoluciones del comité regional contrarias a la entrega del Gobierno de Navarra a la derecha de UPN".
Aunque desde el punto de vista orgánico no cabe ninguna duda de que la política de pactos corresponde a la dirección federal del PSOE, los contestarios alegan que el comité regional, "máximo órgano entre congresos", se mostró contrario a facilitar la reedición del gobierno de Sanz.
Han firmado el comunicado cargos electos de Milagro, Valtierra, Villafranca, Monteagudo, Corella, Fitero, Marcilla, Mélida, Olite, Caparro, Buñuel, Murchante, Castejón o Arguedas, a lo que habría que añadir la dimisión el miércoles de la directiva en pleno de las Juventudes Socialistas Navarras. El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, minimizó la importancia de este último hecho, lo que encrespó aún más los ánimos. Él y el secretario general del PSN, Carlos Chivite - quien ha anunciado que pase lo que pase no dimitirá - se han convertido así en los dirigentes socialistas más criticados por buena parte de la militancia, a la que no han ofrecido otra cosa si discrepan (y Chivite fue explícito al respecto) que "la puerta".
Veremos a ver si, al final, el tiesto no se le rompe a Corto Zapatero y se encuentra con lo que no quiere ni ver: nuevas elecciones, que es lo que merece la ciudadanía navarra.
Llega la hora de la verdad: este sábado a las 17.00 doce parlamentarios socialistas tendrán que decidir si acatan las órdenes de Ferraz, se abstienen y permiten que Miguel Sanz sea elegido de nuevo presidente de Navarra por mayoría simple. Si actúan así, la crisis en el PSN se intensificará. Este viernes por la tarde cerca de un centenar de cargos electos y militantes de 23 agrupaciones locales de La Ribera se reunieron en Ribaforada y avisaron de que habrá dimisiones en la Ejecutiva regional si sus diputados no votan "no" en la investidura. Y, además, pedirán la dimisión misma de la Ejecutiva y que los parlamentarios renuncien a sus actas, pues "no representan y defienden las peticiones de los afiliados, simpatizantes y votantes del PSN de Navarra" y estarían incumpliendo "las numerosas resoluciones del comité regional contrarias a la entrega del Gobierno de Navarra a la derecha de UPN".
Aunque desde el punto de vista orgánico no cabe ninguna duda de que la política de pactos corresponde a la dirección federal del PSOE, los contestarios alegan que el comité regional, "máximo órgano entre congresos", se mostró contrario a facilitar la reedición del gobierno de Sanz.
Han firmado el comunicado cargos electos de Milagro, Valtierra, Villafranca, Monteagudo, Corella, Fitero, Marcilla, Mélida, Olite, Caparro, Buñuel, Murchante, Castejón o Arguedas, a lo que habría que añadir la dimisión el miércoles de la directiva en pleno de las Juventudes Socialistas Navarras. El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, minimizó la importancia de este último hecho, lo que encrespó aún más los ánimos. Él y el secretario general del PSN, Carlos Chivite - quien ha anunciado que pase lo que pase no dimitirá - se han convertido así en los dirigentes socialistas más criticados por buena parte de la militancia, a la que no han ofrecido otra cosa si discrepan (y Chivite fue explícito al respecto) que "la puerta".
Veremos a ver si, al final, el tiesto no se le rompe a Corto Zapatero y se encuentra con lo que no quiere ni ver: nuevas elecciones, que es lo que merece la ciudadanía navarra.
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