NOTA PREVIA.
Conocía el magnífico artículo y había pensado no publicarlo, pero es el caso de que me lo han “puesto en suerte” dos buenos amigos. La cuestión es que puede tener gracia si no se desprecia a los llanitos – la población más artificial del mundo, formada por la hez del Mediterráneo sumada a las supuraciones sobrantes de La Línea – tanto como yo.
Conocía el magnífico artículo y había pensado no publicarlo, pero es el caso de que me lo han “puesto en suerte” dos buenos amigos. La cuestión es que puede tener gracia si no se desprecia a los llanitos – la población más artificial del mundo, formada por la hez del Mediterráneo sumada a las supuraciones sobrantes de La Línea – tanto como yo.
Siempre he defendido que donde se escucha la más hermosa, sonora y espontánea habla andaluza no es en Osuna ni en Antequera, en Ecija o en Guadix, sino en Gibraltar. Gibraltar no es española: es andaluza. Y la mejor seña de su identidad es el habla. El gibraltareño habla castellano con el más libre de los acentos andaluces. Si viviera El Séneca, se lo diría bien clarito a José María Pemán:
-Es natural que los llanitos se expresen en andaluz sin complejo alguno de que lo suyo sea un español mal hablado, comiéndose las eses. El llanito se pega un atracón de eses hablando andaluz, don José, y se las guarda para cuando tiene que hablar en inglés. En Gibraltar se habla tan bien andaluz porque las eses las ponen en inglés. Para ellos el tormento es el acento de Oxford, no el de Valladolid.
He contado que los policías ingleses del Peñón, los bobbies con su casco negro vestidos igual que los que ves en Londres, te respondan en un perfecto andaluz cuando paras con tu coche y les preguntas si vas bien para el Hotel Rock:
-Pó por aquí va usté mú malamente, va a tené que dá un rodeo la mar de grande, mejó que dé usté la güerta...
Del mismo modo, al andalucismo de los llanitos les encanta la Semana Santa, y acuden a ver las cofradías a La Línea, a Algeciras o incluso a Cádiz, Cádiz, en ese precioso mestizaje de los que se llaman Stephen Martínez, Ernest Olmedo o Quico Plowman. Un lector de La Línea me envía las frases que ha oído a llanitos viendo cofradías, en su deliciosa mezcla de ambas lenguas, la inglesa y la española. Por la salud de sus niños, este linense me asegura que le oyó a un gibraltareño el Viernes de Dolores, en la mismísima calle Real, vulgo Main Street, del Peñón:
-No puedo entretenerme contigo, Jonnhy, porque voy con bulla a comprarme una shirt para el Palm Sunday.
Y me traduce mi comunicante: «Una camisa para el Domingo de Ramos». Me refiere un diálogo entre un niño y su madre:
-¿Qué cofradía está pasando ahora, mam?
-Chiquillo, cállate, que está pasando Bitterness.
Y me traduce: «La Amargura». La misma madre, quizá, a la que oyó su compasión por el duro trabajo de los costaleros:
-¡Qué penita, hija, hay que ver cómo salen las criaturas del place of work!
El «place of work» no sé si es la parihuela o son las trabajaderas, algo así tiene que ser. Un Martes Santo, mi comunicante oyó viendo una cofradía:
-¡Qué bueno es este foreman!
El «foreman» es el capataz de la cuadrilla de costaleros. O este otro diálogo:
-¿Qué cofradía es ésta, Nesty?
-¿Ésta? ¿Pues cuál va a ser? Pity and Pains...
O sea, Penas y Dolores, nombre de una cofradía linense.
Aunque, la verdad, no sé si mi comunicante campogibraltareño coge un punto más de guasa gaditana de Carnaval que de fervor cofradiero linense cuando me dice que en la carátula de un CD de un llanito ha leído a modo de relación de las marchas que contiene «Charity of the Guadalquivir River» (Caridad del Guadalquivir). O que los llanitos a la Oración en el Huerto le dicen «The Prayer in the Vegetable Garden». O que la papeleta de sitio es «ticket of place». Y La Borriquita, «The Small Donkey».
Y «se non é vero é ben trovato», he aquí la transcripción que me hace de las voces del capataz para la levantá:
-Freddy, ¿estáis listos?
-Call us cuando quieras, my sold.
-¡All for the same, braves! ¡To the skay with She!
Eso no me lo creo. No me creo que el «al cielo con Ella» tenga nada que ver con el escai de los tresillos. Ni incluso en la Pasión según Gibraltar.
Antonio Burgos.
-Es natural que los llanitos se expresen en andaluz sin complejo alguno de que lo suyo sea un español mal hablado, comiéndose las eses. El llanito se pega un atracón de eses hablando andaluz, don José, y se las guarda para cuando tiene que hablar en inglés. En Gibraltar se habla tan bien andaluz porque las eses las ponen en inglés. Para ellos el tormento es el acento de Oxford, no el de Valladolid.
He contado que los policías ingleses del Peñón, los bobbies con su casco negro vestidos igual que los que ves en Londres, te respondan en un perfecto andaluz cuando paras con tu coche y les preguntas si vas bien para el Hotel Rock:
-Pó por aquí va usté mú malamente, va a tené que dá un rodeo la mar de grande, mejó que dé usté la güerta...
Del mismo modo, al andalucismo de los llanitos les encanta la Semana Santa, y acuden a ver las cofradías a La Línea, a Algeciras o incluso a Cádiz, Cádiz, en ese precioso mestizaje de los que se llaman Stephen Martínez, Ernest Olmedo o Quico Plowman. Un lector de La Línea me envía las frases que ha oído a llanitos viendo cofradías, en su deliciosa mezcla de ambas lenguas, la inglesa y la española. Por la salud de sus niños, este linense me asegura que le oyó a un gibraltareño el Viernes de Dolores, en la mismísima calle Real, vulgo Main Street, del Peñón:
-No puedo entretenerme contigo, Jonnhy, porque voy con bulla a comprarme una shirt para el Palm Sunday.
Y me traduce mi comunicante: «Una camisa para el Domingo de Ramos». Me refiere un diálogo entre un niño y su madre:
-¿Qué cofradía está pasando ahora, mam?
-Chiquillo, cállate, que está pasando Bitterness.
Y me traduce: «La Amargura». La misma madre, quizá, a la que oyó su compasión por el duro trabajo de los costaleros:
-¡Qué penita, hija, hay que ver cómo salen las criaturas del place of work!
El «place of work» no sé si es la parihuela o son las trabajaderas, algo así tiene que ser. Un Martes Santo, mi comunicante oyó viendo una cofradía:
-¡Qué bueno es este foreman!
El «foreman» es el capataz de la cuadrilla de costaleros. O este otro diálogo:
-¿Qué cofradía es ésta, Nesty?
-¿Ésta? ¿Pues cuál va a ser? Pity and Pains...
O sea, Penas y Dolores, nombre de una cofradía linense.
Aunque, la verdad, no sé si mi comunicante campogibraltareño coge un punto más de guasa gaditana de Carnaval que de fervor cofradiero linense cuando me dice que en la carátula de un CD de un llanito ha leído a modo de relación de las marchas que contiene «Charity of the Guadalquivir River» (Caridad del Guadalquivir). O que los llanitos a la Oración en el Huerto le dicen «The Prayer in the Vegetable Garden». O que la papeleta de sitio es «ticket of place». Y La Borriquita, «The Small Donkey».
Y «se non é vero é ben trovato», he aquí la transcripción que me hace de las voces del capataz para la levantá:
-Freddy, ¿estáis listos?
-Call us cuando quieras, my sold.
-¡All for the same, braves! ¡To the skay with She!
Eso no me lo creo. No me creo que el «al cielo con Ella» tenga nada que ver con el escai de los tresillos. Ni incluso en la Pasión según Gibraltar.
Antonio Burgos.
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