«Desde las estancias de Moctezuma hasta las costas de Trípoli» reza el primer verso del Himno de los Marines. No es casual ni prueba de una pasión por lo exótico. La primera guerra que Estados Unidos declaró en su historia fue contra el Pachá de Trípoli, por tratar de imponer un canon pirata. El presidente Jefferson comprendió a dónde conduciría tamaña concesión. La letal y contundente acción conjunta de la Armada y los marines convencieron al Pachá y a sus similares a lo largo de la costa de que no había sido una buena idea y los buques mercantes norteamericanos volvieron a navegar con tranquilidad. Entonces, como ahora, el Presidente de Estados Unidos era consciente de que ceder al chantaje sólo engendra más chantaje.
Somalia y Yemen enmarcan el Golfo de Adén, la puerta al Golfo Pérsico. En Somalia no hay Estado, situación que aprovechan bandidos e islamistas para instalar sus centros operativos. En Yemen el estado es débil, razón por la cual Al Qaida ha mudado a este país su red en Arabia Saudí. No parece necesario, por obvio, subrayar la importancia del Golfo Pérsico para nuestra economía. Por aquellas aguas navegan miles de barcos y no es aceptable que sobre ellos se ejerza ninguna violencia.
Tanto Estados Unidos como Francia han demostrado entender la gravedad de la situación y la única política posible: ir a por ellos. La protección de la flota mercante es una de las primeras misiones de la Armada. Tanto el comercio internacional como Somalia lo necesitan y lo demandan. Ya hay demasiados problemas en la región como para que alimentemos con nuestra cobardía uno más. Los piratas actúan porque pueden, porque hasta hace poco tiempo nadie les atosigaba y muchos pagaban. Como el Pachá de Trípoli estos bandidos cambiarán de actividad si se les hace frente con decisión.
Florentino Portero.
Somalia y Yemen enmarcan el Golfo de Adén, la puerta al Golfo Pérsico. En Somalia no hay Estado, situación que aprovechan bandidos e islamistas para instalar sus centros operativos. En Yemen el estado es débil, razón por la cual Al Qaida ha mudado a este país su red en Arabia Saudí. No parece necesario, por obvio, subrayar la importancia del Golfo Pérsico para nuestra economía. Por aquellas aguas navegan miles de barcos y no es aceptable que sobre ellos se ejerza ninguna violencia.
Tanto Estados Unidos como Francia han demostrado entender la gravedad de la situación y la única política posible: ir a por ellos. La protección de la flota mercante es una de las primeras misiones de la Armada. Tanto el comercio internacional como Somalia lo necesitan y lo demandan. Ya hay demasiados problemas en la región como para que alimentemos con nuestra cobardía uno más. Los piratas actúan porque pueden, porque hasta hace poco tiempo nadie les atosigaba y muchos pagaban. Como el Pachá de Trípoli estos bandidos cambiarán de actividad si se les hace frente con decisión.
Florentino Portero.
No tiene sentido esta “guerra”. Las potencias intervinientes, no pueden permitirse el lujo – carísimo coste – de mantener en aquellas aguas, por tiempo indefinido, buques, aviones, tripulaciones, y apoyos. Y los piratas lo saben. Por tanto o se va “a sacarles de sus guaridas” – como se hizo con el Raisuni en Tazarut o con Abdelkrim en Axdir – o será una pérdida de tiempo… y de dinero. Y, además, haremos el ridículo.
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