sábado, 25 de agosto de 2007

EL CRIMEN DEL SUR.-



Si nuestra capacidad de asombro no estuviese ya superada, en estas Islas Canarias, donde incluso se pretende derribar la Estación de Guaguas del Puerto de la Cruz, para construir otra nueva, el atentado ecológico que se ha cometido en el sur de Tenerife, hubiese sobrepasado todo lo conocido hasta ahora.
Cuando llevamos ya muchos años estudiando eso que ahora se llama “desarrollo sostenible” – o “sustentable”, como dicen en América – referido siempre al tema turístico ya que es nuestra actividad profesional desde el año 1959, el encontrarnos de frente con el crimen – esto ya no es un atentado – que se ha cometido en esas tierras tan queridas por nosotros – son nuestros orígenes - como son los términos municipales de Granadilla, San Miguel, Arona y Adeje, al encontrarnos de frente, repetimos, con esas horribles torres para conducir la energía eléctrica que se han cargado literalmente el paisaje de estos emblemáticos lugares, la sensación solo ha podido ser de una mal disimulada indignación que hemos trasmitido a quines hemos podido de palabra, y que ahora – después de meditarlo mucho – lo llevamos a estas ilustres páginas de EL DIA, simplemente con la finalidad de poder dormir tranquilos con nuestra conciencia.
No creo que podamos tratar aquí de un dechado de despropósitos. Creo sinceramente que está hecho a propósito y con la finalidad de cargarse una zona turística que tiene otros competidores en otras islas cercanas. ¿Qué otra explicación puede tener, el ofrecer a nuestros visitantes apenas se bajan del avión en el Aeropuerto Internacional Reina Sofía, está impresionante imagen del entramado eléctrico antepuesta a los paisajes, mas o menos, cuidados de nuestro sur? Si existe alguna explicación lógica nos gustaría conocerla, pues las que tímidamente hemos visto en un triste programa de televisión, a una supuesta responsable de tal atrocidad, no nos convencen en absoluto.
¿Dónde está la sensibilidad de los ecologistas, los empresarios, los políticos, las gentes del sur y de toda la isla, que han dejado que este crimen se ejecute?
¿Es que nunca han oído hablar del impacto visual en la especie humana, o es que son los mismos cómplices que se ha venido cargando toda la isla con las más aberrantes obras – incluida Santa Cruz de Tenerife – sin nadie que les censurara y les obligara a corregir – y pagar, por supuesto - sus “horrores”?
Cuando hemos asistido en los mas lejanos lugares del mundo, desde los parques nacionales de Kenia, hasta las hermosas zonas del sur de Chile, a los mas amplios debates sobre el cuidado y la preservación de La Naturaleza, este atropello de nuestras mejores señas de identidad como son estas tierras nuestras del sur de la isla, nos duelen en el alma sin poder remediarlo. Es imposible evitar que al llegar a la zona donde comienzan a aparecer estos signos de la incapacidad, de la ignorancia y de la falta de sensibilidad, nos entre una desazón difícil de contener que se va acrecentando cuando llegamos al cruce de Las Galletas, y a la tupida red de cables hierros y llamativos colores, que no solo impactan el paisaje sino que lo borran definitivamente, para dejarnos la impresión de la mas absurda de las obras y el mas descarado de los crímenes contra el paisaje que conocemos y que, por desgracia, son muchísi-mos en nuestras sufridas islas.
Con la debida responsabilidad de quienes estamos en contacto directo con los mas prestigiosos orga-nismos internacionales sobre la materia del medio ambiente y del turismo – de los que somos parte - consideramos inadmisible cualquier explicación lógica sobre este particular caso, volviendo a lo escri-to anteriormente, cuyo único propósito, parece suponerse, es beneficiar a otras zonas turísticas del Archipiélago, o ciertos lugares distantes apenas unas decenas de kilómetros de los islas, donde según leemos en estas mismas páginas de EL DIA está invirtiéndose capital canario, tal como ya conocía-mos, llegándose, incluso, a la temeridad – por llamarlo de alguna manera – de que organismos públicos de Canarias participen económicamente en el rescate de sus valores históricos, embellecimientos de ciudades, etc.. Nos lo tienen que explicar muy menudito para que podamos entenderlo.
Estamos faltos de una planificación seria, de una vigilancia suficiente, entendida y capacitada. Sobrados de discursos políticos que no sirven para otra cosa que para promociones personales, mientras la isla se nos cae a pedazos con monstruosidades como la que aquí denunciamos, y que seguro quedará ahí sin ningún remedio. Lo malo es que mañana, pasado, o cuando sea, seguiremos destrozando lo que teníamos – ya nos queda poco - en beneficio de otros lugares turísticos emergentes que ven con alegría como las quejas de nuestros visitantes aumentan cada día mas, sin que se haga nada positivo por pararlas, como no sea hacer declaraciones banales, inconcretas, faltas de sentido, de contenido y de conocimientos.
Indigna tener que soportar tanto atropello y falta de sentido común, cuando nos adentramos en ese sur, y vemos ya el “tapón” que se forma en la autovía, antes de llegar a los túneles de Güimar. ¿Es que nuestros ilustres planificadores, no se han dado cuenta que en poquísimos años esta vía ya no soportará el trafico que tiene?
Ahora, con esta nueva imagen del sur de Tenerife, no cabe duda que el esperpéntico símbolo de la equis de las quinielas y el plátano acostado, serán un remedio, al menos, para tapar las posibles fotografías que ilustrarían los folletos turísticos de esta maltratada zona de nuestra isla… Para algo habrían de servir, aparte de para demostrar la ignorancia de quienes lo acogieron en su día para promocionar la isla. Lo tenían claro: El Teide estaba ya muy visto… había que cambiar la imagen…
Decía Gerardo Budowski – quién fuera director general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – que los recursos naturales de Canarias, como eran su clima y su paisaje, había que intentar conservarlos a costa de lo que fuera. Esto lo decía con lágrimas en los ojos, cuando contemplaba lo que fuera una emblemática montañita que aparecía desnuda, a la derecha entrando el pueblo marinero de Los Cristianos, y que hoy – la montañita – está desaparecida, cubierta de construcciones baratas por todo su perímetro… “El pueblo marinero” también desapareció…
Gerardo Budowski, sabe mucho de todo esto. Aquí lo enseñó. Nosotros le hemos acompañado en otras “palestras” en algunos lugares de nuestra América…
El “Parque de la Identidad”, en Huancayo, Perú, podía ser una buena referencia en este doloroso tema… La justa contraposición del pretencioso “Parque de la Reina” en nuestro maltratado sur tinerfeño… Claro que el primero está en la mítica América Hispana y el otro… en unas tierras al parecer de nadie que les duelan…
Esta noche dormiremos más tranquilos…
ANTONIO-PEDRO TEJERA REYES. Enviado por Sorlo.

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