EL GOBIERNO PERMITE QUE GIBRALTAR CREZCA A COSTA DE LAS AGUAS TERRITORIALES ESPAÑOLAS.
El PP critica la permisividad ante los rellenos con áridos procedentes de canteras andaluzas y pide que se denuncien ante los tribunales
LANDALUCE CRITICA LA ESCASA EFECTIVIDAD DEL FORO TRIPARTITO
El PP critica la permisividad ante los rellenos con áridos procedentes de canteras andaluzas y pide que se denuncien ante los tribunales
LANDALUCE CRITICA LA ESCASA EFECTIVIDAD DEL FORO TRIPARTITO
En opinión de José Ignacio Landaluce, diputado nacional del PP por la provincia de Cádiz, el Foro Tripartito, del que forman parte los gobiernos de España y Reino Unido y las autoridades de Gibraltar, hasta ahora sólo ha servido para bien poco. «Para los campogibraltareños que trabajaron en Gibraltar sí les ha valido en el tema del cobro de las pensiones. Las reclamaciones estaban a punto de salir en los tribunales, y se ha ganado en tiempo. Por ahí, magnífico». Para el resto de las cuestiones que se han venido abordando, Landaluce afirma que ha acuñado un comentario que de forma bastante gráfica explica la situación. «Cuando tú te sientas a desayunar con los gibraltareños, España pone el café, la leche, las tostadas y la manteca. Y los gibraltareños sólo ponen el apetito y untan las tostadas por los dos lados.Es así, desgraciadamente para nosotros».En esas reuniones, asegura Landaluce, no se ha hablado de la problemática del bunkering ilegal (trasvase de combustible desde gasolineras flotantes en alta mar), de compromisos de normas de seguridad en el tránsito de los buques por el Estrecho para evitar episodios medioambientales, de los rellenos, de la falta de cobertura social de los trabajadores actuales, de la fiscalidad, del cielo único, «de muchas cuestiones, en definitiva, que España debe poner sobre la mesa».
Desde hace décadas, las autoridades de Gibraltar no han cejado en su empeño de ganar terreno al mar para expandir el itsmo, a base de sucesivos rellenos con áridos... adquiridos en España. Complejos turísticos y de ocio, bloques de viviendas y la ampliación de la terminal del aeropuerto son las penúltimas actuaciones que se están ejecutando en la Roca, ante la inoperancia del Ejecutivo que presidente José Luis Rodríguez Zapatero. El parlamentario nacional del PP por Cádiz José Ignacio Landaluce tampoco se resiste a denunciar una situación que considera escandalosa.
«El itsmo original, dentro de poco, tendrá el doble de tamaño. Primero nos robaron el Peñón y ahora nos están volviendo a robar. Entre el crecimiento que va a suponer la nueva terminal del aeropuerto y la urbanización Ocean Village, en la denominad Isla del Ocio, poco a poco van consiguiendo un crecimiento que supone unos cuatro campos de fútbol», asegura Landaluce.
Existe, lamenta Landaluce, «una permisividad absoluta por parte del Gobierno español, que mira para otro lado». Aunque en ocasiones, la última recientemente, el Ejecutivo socialista ha transmitido a Londres su rechazo a estas labores, lo cierto es que los gibraltareños siguen adelante.
Los rellenos, a su juicio, tendrían que evitarse por parte de España. «Tenían que haberse llevado a los tribunales, con las quejas formales y contundentes ante el Reino Unido y ante los jueces europeos. Es una actuación ilegal desde todos los puntos de vista al tratarse de una usurpación de un territorio soberano por parte de la colonia».
José Ignacio Landaluce resalta que los rellenos, que proceden de los áridos extraídos de canteras españolas, especialmente del municipio malagueño de Casares, se están haciendo en aguas de soberanía española. Según el Tratado de Utrecht, «Gibraltar sólo tiene como aguas territoriales las que abarca el recinto del puerto, y sin embargo se han administrado hasta quince millas. Se quedan tan panchos y aquí nadie hace nada».
Fudamentalmente, son tres las actuaciones importantes que más polémica han levantado. Por una parte está, en la zona más próxima a la bahía, el complejo Ocean Village, sobre terreno ganado al mar y donde se integran bares, restaurantes, salas de fiesta, casinos y actividades acuáticas. La expansión en este enclave aún no ha concluido.
NORMAN FOSTER.
En la zona del Mediterráneo está previsto otro macroproyecto diseñado por Norman Foster y donde ya se ha llevado a cabo el relleno. Y finalmente está la ampliación del aeropuerto con la construcción de la nueva terminal, que incluye un túnel para el paso de vehículos que precisamente finalizará en la futura urbanización antes mencionada.
La inmensa mayoría de las obras se han ejecutado y ejecutan sobre lo que eran aguas territoriales españolas, «por lo que —dice Landaluce— ya empiezas a darles cartas de soberanía. Si les permites crecer les estás concediendo autoridad; y si lo haces con quejas muy superficiales, en lugar de llevarlos a los tribunales, porque los rellenos se hacen sin hacer estudio de impacto ambiental, todo se convierte en un disparate».
Según Landaluce, siempre ha existido un lento crecimiento de Gibraltar, «pero últimamente es exagerado».
En el caso concreto del aeropuerto, el diputado nacional del Partido Popular considera que al margen de los trabajos de consolidación de esta infraestructura existen otras connotaciones. Durante dos años, de diciembre de 2006 a septiembre de 2008, recibió y devolvió vuelos de Iberia procedentes de España, que se suspendieron al carecer los horarios de interés comercial. «A Gibraltar esto le importó poco, porque su pretensión era que se levantara la restricción sobre el espacio aéreo. Esa era la jugada importante», subraya,
«En todos los sentidos —enfatiza Landaluce— Gibraltar se está expandiendo, y la poca vergüenza llega ya a que los barcos que fondean a la espera de recibir servicios en el Peñón, se sitúan en aguas próximas a municipios de la Costa del Sol, como Estepona».
Según Landaluce, siempre ha existido un lento crecimiento de Gibraltar, «pero últimamente es exagerado»
INICIATIVAS.
José Ignacio Landaluce tiene a Gribraltar entre sus temas prioritarios dentro del trabajo que desarrolla como diputado nacional del Partido Popular por la provincia de Cádiz.
Una de las iniciativas en las que tiene puestas su confianza es la proposición no de Ley en la que se reclama que el Gobierno español retome con el Ejecutivo británico el diálogo para seguir trabajando de cara a recuperar la soberanía española sobre la colonia.
El debate de la proposición se celebrará en las próximas semanas, «y aunque para algunos pueda suponer un brindis al sol, pienso que hay que seguir insistiendo en que no se nos olvida que Gibraltar es territorio español y que hay que recuperarlo».
CHATARRAS Y VERTIDOS.
Otros temas abordados por Landaluce y vinculados al Peñón han sido en los últimos años el destino de la chatarra del «New Flame», los vertidos contaminantes, los trasvases de combustible en mar abierto, la llegada de buques de propulsión nuclear, la eliminación de las restricciones del cielo único europeo y en esta semana ha presentado otra iniciativas parlamentaria «para recordar que falta un mes antes de que termine el plazo para recurrir ante los tribunales de la UE el tema de la fiscalidad de Gibraltar».
Y es que el Peñón ya no es un simple trozo de tierra cuya devolución se reclama por un impulso más o menos romántico. En los últimos años en torno a la colonia se ha generado una lista casi interminable de problemas por el estatus especial que las autoridades británicas le tienen concedido, circunstancia que le permite actuar al margen de las directivas de la UE.
«Las actividades de Gibraltar —señala Landaluce— podrían repercutir a ambos lados de la verja, pero por ahora los únicos beneficiados son los gibraltareños, mientras que nosotros somos los perjudicados en todos los sentidos».
Según el diputado del PP, el gesto que evidenció la renuncia del Gobierno español a presionar sobre las autoridades gibraltareñas se produjo tras el hundimiento del «New Flame», en agosto de 2007.
Entonces, Salvamento Marítimo procedió al rescate de la tripulación del barco, instante en el que recibió una orden del Ministerio de Fomento, indica Landaluce, y Gibraltar tomó el relevo. «Eso —asegura el parlamentario popular— fue un disparate porque comenzaron a reconocerle aguas jurisdiccionales, algo que no se había hecho en los trescientos años anteriores». De todas las iniciativas presentadas, la única que hasta el momento ha prosperado es la aprobación, con el rechazo del PSOE, de la creación en la zona de un centro de salvamento marítimo integral, para la formación y lucha contra la contaminación.
ERRORES DE BULTO Y DE CONCEPTO.
No existen “aguas territoriales” en relación con Gibraltar. En el Tratado de Utrech – única base jurídica para que ondee el pabellón británico en La Roca – no se contempla dicha cuestión. ABC – aunque sea el de Sevilla – debería saberlo.
Desde hace décadas, las autoridades de Gibraltar no han cejado en su empeño de ganar terreno al mar para expandir el itsmo, a base de sucesivos rellenos con áridos... adquiridos en España. Complejos turísticos y de ocio, bloques de viviendas y la ampliación de la terminal del aeropuerto son las penúltimas actuaciones que se están ejecutando en la Roca, ante la inoperancia del Ejecutivo que presidente José Luis Rodríguez Zapatero. El parlamentario nacional del PP por Cádiz José Ignacio Landaluce tampoco se resiste a denunciar una situación que considera escandalosa.
«El itsmo original, dentro de poco, tendrá el doble de tamaño. Primero nos robaron el Peñón y ahora nos están volviendo a robar. Entre el crecimiento que va a suponer la nueva terminal del aeropuerto y la urbanización Ocean Village, en la denominad Isla del Ocio, poco a poco van consiguiendo un crecimiento que supone unos cuatro campos de fútbol», asegura Landaluce.
Existe, lamenta Landaluce, «una permisividad absoluta por parte del Gobierno español, que mira para otro lado». Aunque en ocasiones, la última recientemente, el Ejecutivo socialista ha transmitido a Londres su rechazo a estas labores, lo cierto es que los gibraltareños siguen adelante.
Los rellenos, a su juicio, tendrían que evitarse por parte de España. «Tenían que haberse llevado a los tribunales, con las quejas formales y contundentes ante el Reino Unido y ante los jueces europeos. Es una actuación ilegal desde todos los puntos de vista al tratarse de una usurpación de un territorio soberano por parte de la colonia».
José Ignacio Landaluce resalta que los rellenos, que proceden de los áridos extraídos de canteras españolas, especialmente del municipio malagueño de Casares, se están haciendo en aguas de soberanía española. Según el Tratado de Utrecht, «Gibraltar sólo tiene como aguas territoriales las que abarca el recinto del puerto, y sin embargo se han administrado hasta quince millas. Se quedan tan panchos y aquí nadie hace nada».
Fudamentalmente, son tres las actuaciones importantes que más polémica han levantado. Por una parte está, en la zona más próxima a la bahía, el complejo Ocean Village, sobre terreno ganado al mar y donde se integran bares, restaurantes, salas de fiesta, casinos y actividades acuáticas. La expansión en este enclave aún no ha concluido.
NORMAN FOSTER.
En la zona del Mediterráneo está previsto otro macroproyecto diseñado por Norman Foster y donde ya se ha llevado a cabo el relleno. Y finalmente está la ampliación del aeropuerto con la construcción de la nueva terminal, que incluye un túnel para el paso de vehículos que precisamente finalizará en la futura urbanización antes mencionada.
La inmensa mayoría de las obras se han ejecutado y ejecutan sobre lo que eran aguas territoriales españolas, «por lo que —dice Landaluce— ya empiezas a darles cartas de soberanía. Si les permites crecer les estás concediendo autoridad; y si lo haces con quejas muy superficiales, en lugar de llevarlos a los tribunales, porque los rellenos se hacen sin hacer estudio de impacto ambiental, todo se convierte en un disparate».
Según Landaluce, siempre ha existido un lento crecimiento de Gibraltar, «pero últimamente es exagerado».
En el caso concreto del aeropuerto, el diputado nacional del Partido Popular considera que al margen de los trabajos de consolidación de esta infraestructura existen otras connotaciones. Durante dos años, de diciembre de 2006 a septiembre de 2008, recibió y devolvió vuelos de Iberia procedentes de España, que se suspendieron al carecer los horarios de interés comercial. «A Gibraltar esto le importó poco, porque su pretensión era que se levantara la restricción sobre el espacio aéreo. Esa era la jugada importante», subraya,
«En todos los sentidos —enfatiza Landaluce— Gibraltar se está expandiendo, y la poca vergüenza llega ya a que los barcos que fondean a la espera de recibir servicios en el Peñón, se sitúan en aguas próximas a municipios de la Costa del Sol, como Estepona».
Según Landaluce, siempre ha existido un lento crecimiento de Gibraltar, «pero últimamente es exagerado»
INICIATIVAS.
José Ignacio Landaluce tiene a Gribraltar entre sus temas prioritarios dentro del trabajo que desarrolla como diputado nacional del Partido Popular por la provincia de Cádiz.
Una de las iniciativas en las que tiene puestas su confianza es la proposición no de Ley en la que se reclama que el Gobierno español retome con el Ejecutivo británico el diálogo para seguir trabajando de cara a recuperar la soberanía española sobre la colonia.
El debate de la proposición se celebrará en las próximas semanas, «y aunque para algunos pueda suponer un brindis al sol, pienso que hay que seguir insistiendo en que no se nos olvida que Gibraltar es territorio español y que hay que recuperarlo».
CHATARRAS Y VERTIDOS.
Otros temas abordados por Landaluce y vinculados al Peñón han sido en los últimos años el destino de la chatarra del «New Flame», los vertidos contaminantes, los trasvases de combustible en mar abierto, la llegada de buques de propulsión nuclear, la eliminación de las restricciones del cielo único europeo y en esta semana ha presentado otra iniciativas parlamentaria «para recordar que falta un mes antes de que termine el plazo para recurrir ante los tribunales de la UE el tema de la fiscalidad de Gibraltar».
Y es que el Peñón ya no es un simple trozo de tierra cuya devolución se reclama por un impulso más o menos romántico. En los últimos años en torno a la colonia se ha generado una lista casi interminable de problemas por el estatus especial que las autoridades británicas le tienen concedido, circunstancia que le permite actuar al margen de las directivas de la UE.
«Las actividades de Gibraltar —señala Landaluce— podrían repercutir a ambos lados de la verja, pero por ahora los únicos beneficiados son los gibraltareños, mientras que nosotros somos los perjudicados en todos los sentidos».
Según el diputado del PP, el gesto que evidenció la renuncia del Gobierno español a presionar sobre las autoridades gibraltareñas se produjo tras el hundimiento del «New Flame», en agosto de 2007.
Entonces, Salvamento Marítimo procedió al rescate de la tripulación del barco, instante en el que recibió una orden del Ministerio de Fomento, indica Landaluce, y Gibraltar tomó el relevo. «Eso —asegura el parlamentario popular— fue un disparate porque comenzaron a reconocerle aguas jurisdiccionales, algo que no se había hecho en los trescientos años anteriores». De todas las iniciativas presentadas, la única que hasta el momento ha prosperado es la aprobación, con el rechazo del PSOE, de la creación en la zona de un centro de salvamento marítimo integral, para la formación y lucha contra la contaminación.
ERRORES DE BULTO Y DE CONCEPTO.
No existen “aguas territoriales” en relación con Gibraltar. En el Tratado de Utrech – única base jurídica para que ondee el pabellón británico en La Roca – no se contempla dicha cuestión. ABC – aunque sea el de Sevilla – debería saberlo.
Como Gibraltar carece de aguas territoriales, todas ellas son de soberanía española. Así es.
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