(EN CRISIS).
De entre las nefastas consecuencias que nos va a traer - nos esta llegando ya - la absurda manía de reventar al sector de la construcción, la mas inmediata después de la lógica debacle de constructores y sus equipos, será la de las inmobiliarias.
Y no me refiero a las grandes inmobiliarias del país. No. Me refiero a las miles de pequeñas y medianas agencias intermediarias, que dan empleo a miles y miles de personas, fijas y autónoma, con altos emolumentos por comisiones de intermediación, que crean riqueza en su entorno y mueven una importantísima área del consumo de este país.
Que se nos jacten con que Julio sea un mes de casi pleno empleo, con una población activa engañosa y disminuida, o no añadida, es como siempre la tinta del calamar.
En la bajadita – Octubre - esperamos, y si se actualizaran las cifras de población a las reales, entonces veremos mas tinta porque, reconocer aquí, nada de nada. Y sin reconocer, el primer paso para resolver, pues no hay solución.
Cierto es que las Inmobiliarias deberían de estar sujetas a Listas Únicas, y los listados deberían pasar un control y que las comisiones, los contratos y los depósitos, deberían de estar regulados, así como los “ brokers” y los agentes libres colaboradores. Esto clarificaría al sector, eliminaría posibles fraudes, daría transparencia y fiabilidad a las operaciones.
Sin embargo, por toda Europa, corre un rumor que es ya un clamor. El desplome de las propiedades en España. Todos los medios especializados, periódicos, televisiones y también muchos malintencionados que aprovechan todo lo que nos ocurre para arañarnos visitantes e inversores, predican lo mismo. Asesoran, sugieren, aconsejan, previenen y al menos piden esperar. Con esto, lo que se consigue es lo que se augura. Si se para, es como si todos los impositores fuéramos a sacar todo el dinero de un Banco, lo quebraríamos seguro. Pues de eso se trata, parece. Con la complicidad del Gobierno, parece, y con el empujoncito de los medios, parece.
En vez de atajar, poner barreras, explicar, negar y fomentar una defensa “siciliana”, estamos laxos, y aceptantes, sin darnos cuenta de que nuestro patrimonio, si el de todos los españoles, tanto los que tienen un minipiso hasta un cerro de propiedades, están en peligro. Nuestro futuro, nuestro ahorro, nuestras jubilaciones extras, nuestros ingresos, calidad asistencial privada y forma de vida.
Nuestro Gobierno, lo único que se le ocurre es, penalizar a las constructoras y a las construcciones con normas absolutamente incumplibles y que a corto no se cumplirán. Fomentar la construcción rápida de todo lo construible, esperando huir antes de la quema. Aumentar de una manera tremenda los impuestos, algunos absurdos y que afectan sobre todo a los mayores que se dejan en la venta del piso que no pueden mantener, mas de la mitad del valor de su venta entre impuestos y plusvalías. No mantener los tipos de interés bajos para enfriar la economía, con lo que se consigue es “glacializarla”. No permitir que los cambios de hipotecas, algunas tan controvertidas y que son demenciales, sean gratis o casi, como habían prometido. No controlar lo que firman los hipotecados ni salvaguardar sus derechos.
Me dejo muchas negligencias “in vigilando”, delitos de omisión, pero como muestra esta bien, espero. La intención por suicida es incomprensible, inescrutable, o estúpida simplemente.
No entiendo nada, y eso que reflexiono y sugiero reflexión.
L. Soriano.
De entre las nefastas consecuencias que nos va a traer - nos esta llegando ya - la absurda manía de reventar al sector de la construcción, la mas inmediata después de la lógica debacle de constructores y sus equipos, será la de las inmobiliarias.
Y no me refiero a las grandes inmobiliarias del país. No. Me refiero a las miles de pequeñas y medianas agencias intermediarias, que dan empleo a miles y miles de personas, fijas y autónoma, con altos emolumentos por comisiones de intermediación, que crean riqueza en su entorno y mueven una importantísima área del consumo de este país.
Que se nos jacten con que Julio sea un mes de casi pleno empleo, con una población activa engañosa y disminuida, o no añadida, es como siempre la tinta del calamar.
En la bajadita – Octubre - esperamos, y si se actualizaran las cifras de población a las reales, entonces veremos mas tinta porque, reconocer aquí, nada de nada. Y sin reconocer, el primer paso para resolver, pues no hay solución.
Cierto es que las Inmobiliarias deberían de estar sujetas a Listas Únicas, y los listados deberían pasar un control y que las comisiones, los contratos y los depósitos, deberían de estar regulados, así como los “ brokers” y los agentes libres colaboradores. Esto clarificaría al sector, eliminaría posibles fraudes, daría transparencia y fiabilidad a las operaciones.
Sin embargo, por toda Europa, corre un rumor que es ya un clamor. El desplome de las propiedades en España. Todos los medios especializados, periódicos, televisiones y también muchos malintencionados que aprovechan todo lo que nos ocurre para arañarnos visitantes e inversores, predican lo mismo. Asesoran, sugieren, aconsejan, previenen y al menos piden esperar. Con esto, lo que se consigue es lo que se augura. Si se para, es como si todos los impositores fuéramos a sacar todo el dinero de un Banco, lo quebraríamos seguro. Pues de eso se trata, parece. Con la complicidad del Gobierno, parece, y con el empujoncito de los medios, parece.
En vez de atajar, poner barreras, explicar, negar y fomentar una defensa “siciliana”, estamos laxos, y aceptantes, sin darnos cuenta de que nuestro patrimonio, si el de todos los españoles, tanto los que tienen un minipiso hasta un cerro de propiedades, están en peligro. Nuestro futuro, nuestro ahorro, nuestras jubilaciones extras, nuestros ingresos, calidad asistencial privada y forma de vida.
Nuestro Gobierno, lo único que se le ocurre es, penalizar a las constructoras y a las construcciones con normas absolutamente incumplibles y que a corto no se cumplirán. Fomentar la construcción rápida de todo lo construible, esperando huir antes de la quema. Aumentar de una manera tremenda los impuestos, algunos absurdos y que afectan sobre todo a los mayores que se dejan en la venta del piso que no pueden mantener, mas de la mitad del valor de su venta entre impuestos y plusvalías. No mantener los tipos de interés bajos para enfriar la economía, con lo que se consigue es “glacializarla”. No permitir que los cambios de hipotecas, algunas tan controvertidas y que son demenciales, sean gratis o casi, como habían prometido. No controlar lo que firman los hipotecados ni salvaguardar sus derechos.
Me dejo muchas negligencias “in vigilando”, delitos de omisión, pero como muestra esta bien, espero. La intención por suicida es incomprensible, inescrutable, o estúpida simplemente.
No entiendo nada, y eso que reflexiono y sugiero reflexión.
L. Soriano.
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