NOTA DE "LA REDACCION".Por vez primera, Sorlo abandona su tradicional "a reflexionar" por el mas imperativo "a combatir". ¿1934?
Yo, que he vivido a caballo entre la dictadura y la democracia, ya que pase mas de 20 años en aquella y llevo mas de treinta en este intento de convivencia con votos, creo que puedo expresar una opinión documentada, al menos de mi experiencia personal, entendiendo, respetando y comprendiendo que otros hayan tenido otras.
Pues bien, tanto preámbulo, solo es unicamente para arribar al puerto de estar convencido, desde lo más profundo de mi percepción personal, de que estamos viviendo la etapa con más censura de la historia de España, incluida la Republica y las ultimas Monarquías.
No solo hay censura oficial, sino algo peor, autocensura por miedo insuperable al poder establecido, que si te enfila, estas perdido. Máxime si habitas en sitios pequeños donde eres fácil de cazar o de relegar al mas profundo ostracismo.
La posibilidad de defensa es mínima, y el corporativismo inexistente, sobre todo si eres independiente y no te proteges entre grupos, a los que lógicamente se les debe cierta obediencia, lo que limita la objetividad.
Además, es incorrecto escribir o disertar a favor de la noción de España, de la bandera, del himno, del Ejército, de la unidad, de la Constitución, del idioma, de la Religión – católica -, ya que de otras represoras y desintegradoras, es moderno silenciar sus lados oscuros y trágicos. De nuestro pasado, historia y cultura, no se puede ni repasar por sus aledaños. De las minorías y de sus problemas, defectos o actuaciones, es imposible comentar nada que la oficialidad no apruebe. No es su protección, respeto y derechos, es su fomento como modelo de sociedad basado en ellas lo que se pretende enseñar. Como en su día ocurrió con el racismo, con esta basura de discriminaciones “positivas”, y con esta manía de justificar asuntos como la nauseabunda ley del menor.
Es incorrecto ser pro americano, puede aislarte socialmente defender a Bush, a quien le votan mas de cien millones de americanos, y criticar a Fidel, o a Mohamed, o a toda esta patulea con la que se codea el Canciller. Es aislante hasta criticar al esperpento de Maradona. No digo ya de ser pro-Judío, ese estigma es cainita y no se borra jamás. Es suicida poner negro sobre blanco ese sentimiento, tan legitimo como otros.
Abunda más que en este país el 90 por ciento de la información es progubernamental, de este gobierno y de su signo, no del poder y la opinión de una gran mayoría es la de Gabilondo, Ache u otros sectarios mezquinos y apesebrados. Ir contra ella es estigmatizarte como crispador con el Sambenito colgado.
Aznár tuvo sus 8 años y aquí no solo no nos equilibró, sino al contrario, se metía más con los que le apoyaban que con quienes le denostaban. Algo así como la Monarquía, que lamina a quien es su base natural. Y de esto y de otras cosas referentes a la Jefatura del Estado tampoco se puede ni debe de hablar, ni de la boda del Príncipe ni de comentarios ni actuaciones mas allá de sus meras obligaciones como efusivas muestras de aprecio a ciertos personajes y de “desprecio” a otros.
El fomento de CAC y de otros organismos que defienden “la verdad”, que asco. ¿Se acuerdan de Pujol, cuando decía que algunas emisoras o medios eran malos y que habría que cerrarlas porque decían mentiras?
En fin, como muestra un botón, hay mucho más, y espero que abierta la puerta, se vea lo que ocurre en el oscuro interior y se reflexione.
¿No estamos ahogados por la censura? Más que eso, mucho más.
Mucho cuidado con el Gran Hermano, y no me refiero al programa de TV.
A combatir.
L.Soriano.
Pues bien, tanto preámbulo, solo es unicamente para arribar al puerto de estar convencido, desde lo más profundo de mi percepción personal, de que estamos viviendo la etapa con más censura de la historia de España, incluida la Republica y las ultimas Monarquías.
No solo hay censura oficial, sino algo peor, autocensura por miedo insuperable al poder establecido, que si te enfila, estas perdido. Máxime si habitas en sitios pequeños donde eres fácil de cazar o de relegar al mas profundo ostracismo.
La posibilidad de defensa es mínima, y el corporativismo inexistente, sobre todo si eres independiente y no te proteges entre grupos, a los que lógicamente se les debe cierta obediencia, lo que limita la objetividad.
Además, es incorrecto escribir o disertar a favor de la noción de España, de la bandera, del himno, del Ejército, de la unidad, de la Constitución, del idioma, de la Religión – católica -, ya que de otras represoras y desintegradoras, es moderno silenciar sus lados oscuros y trágicos. De nuestro pasado, historia y cultura, no se puede ni repasar por sus aledaños. De las minorías y de sus problemas, defectos o actuaciones, es imposible comentar nada que la oficialidad no apruebe. No es su protección, respeto y derechos, es su fomento como modelo de sociedad basado en ellas lo que se pretende enseñar. Como en su día ocurrió con el racismo, con esta basura de discriminaciones “positivas”, y con esta manía de justificar asuntos como la nauseabunda ley del menor.
Es incorrecto ser pro americano, puede aislarte socialmente defender a Bush, a quien le votan mas de cien millones de americanos, y criticar a Fidel, o a Mohamed, o a toda esta patulea con la que se codea el Canciller. Es aislante hasta criticar al esperpento de Maradona. No digo ya de ser pro-Judío, ese estigma es cainita y no se borra jamás. Es suicida poner negro sobre blanco ese sentimiento, tan legitimo como otros.
Abunda más que en este país el 90 por ciento de la información es progubernamental, de este gobierno y de su signo, no del poder y la opinión de una gran mayoría es la de Gabilondo, Ache u otros sectarios mezquinos y apesebrados. Ir contra ella es estigmatizarte como crispador con el Sambenito colgado.
Aznár tuvo sus 8 años y aquí no solo no nos equilibró, sino al contrario, se metía más con los que le apoyaban que con quienes le denostaban. Algo así como la Monarquía, que lamina a quien es su base natural. Y de esto y de otras cosas referentes a la Jefatura del Estado tampoco se puede ni debe de hablar, ni de la boda del Príncipe ni de comentarios ni actuaciones mas allá de sus meras obligaciones como efusivas muestras de aprecio a ciertos personajes y de “desprecio” a otros.
El fomento de CAC y de otros organismos que defienden “la verdad”, que asco. ¿Se acuerdan de Pujol, cuando decía que algunas emisoras o medios eran malos y que habría que cerrarlas porque decían mentiras?
En fin, como muestra un botón, hay mucho más, y espero que abierta la puerta, se vea lo que ocurre en el oscuro interior y se reflexione.
¿No estamos ahogados por la censura? Más que eso, mucho más.
Mucho cuidado con el Gran Hermano, y no me refiero al programa de TV.
A combatir.
L.Soriano.
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