LOS TENIENTES CORONELES MONTAN EN CÓLERA ANTE LAS EXIGENCIAS DE LEY DE CARRERA MILITAR, DONDE SE ESTIPULA QUE EL ASCENSO A CORONEL SEA "A DEDO".
Una nueva polémica ha surgido en el seno de las Fuerzas Armadas con el texto del Anteproyecto de la Ley de la Carrera Militar, en trámite parlamentario. Los tenientes coroneles ya no podrán ascender a Coronel atendiendo a los méritos adquiridos sino “a dedo”, como los Generales.
Afirma El Confidencial Digital, en el estamento militar existe un gran enfado y una queja unánime entre los Tenientes Coroneles, por lo que estipula el Anteproyecto de Ley de la Carrera Militar sobre sus ascensos a Coronel.
La Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, en vigencia, establece en el artículo 111 que los Tenientes Coroneles asciendan de empleo mediante el sistema de selección; es decir, en base a méritos adquiridos a lo largo de su vida como militar.
Sin embargo, el Anteproyecto mencionado, que debe ser revisado en el Senado tras haber pasado por el Congreso, en el artículo 83 estipula que el nuevo sistema de ascenso para los Tenientes Coroneles se producirá por elección, es decir, “a dedo”.
El enfado en este escalafón de oficiales es notable, no tanto porque se les compare con los Generales, sin por la ‘politización’ que supondría esta medida: sus ascensos dependerán de los responsables militares elegidos por los políticos.
Muchos suponen que “lo” de Julio de 1936, fue cosa de Generales y se equivocan: los Generales quedaron muy divididos, porque la República ya se había preocupado de “colocar” a unos y “cercenar” las carreras de otros. Desde el punto de vista sociológico, fue un golpe de Tenientes Coroneles – que es lo que debía haber sido Franco, sin tantísimo ascenso por méritos de guerra, todos menos el primero, de Segundo Teniente a Teniente – al que sus coetáneos siguieron como un solo hombre. También le siguieron en masa, los que habían estudiado a sus órdenes en la Academia General Militar de Zaragoza, cerrada por Azaña.
Una nueva polémica ha surgido en el seno de las Fuerzas Armadas con el texto del Anteproyecto de la Ley de la Carrera Militar, en trámite parlamentario. Los tenientes coroneles ya no podrán ascender a Coronel atendiendo a los méritos adquiridos sino “a dedo”, como los Generales.
Afirma El Confidencial Digital, en el estamento militar existe un gran enfado y una queja unánime entre los Tenientes Coroneles, por lo que estipula el Anteproyecto de Ley de la Carrera Militar sobre sus ascensos a Coronel.
La Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, en vigencia, establece en el artículo 111 que los Tenientes Coroneles asciendan de empleo mediante el sistema de selección; es decir, en base a méritos adquiridos a lo largo de su vida como militar.
Sin embargo, el Anteproyecto mencionado, que debe ser revisado en el Senado tras haber pasado por el Congreso, en el artículo 83 estipula que el nuevo sistema de ascenso para los Tenientes Coroneles se producirá por elección, es decir, “a dedo”.
El enfado en este escalafón de oficiales es notable, no tanto porque se les compare con los Generales, sin por la ‘politización’ que supondría esta medida: sus ascensos dependerán de los responsables militares elegidos por los políticos.
Muchos suponen que “lo” de Julio de 1936, fue cosa de Generales y se equivocan: los Generales quedaron muy divididos, porque la República ya se había preocupado de “colocar” a unos y “cercenar” las carreras de otros. Desde el punto de vista sociológico, fue un golpe de Tenientes Coroneles – que es lo que debía haber sido Franco, sin tantísimo ascenso por méritos de guerra, todos menos el primero, de Segundo Teniente a Teniente – al que sus coetáneos siguieron como un solo hombre. También le siguieron en masa, los que habían estudiado a sus órdenes en la Academia General Militar de Zaragoza, cerrada por Azaña.
2 comentarios:
Desde luego, no aprenden nunca, como muy acertadamente dice el autor. Cada vez se politiza más al personal, en lugar de atender a su valía, medida con parámetros objetivos.
Me emociona dejar de ser, exclusivamente, "el amigo del hermano del autor", para ser considerado, directamente, "el autor".
José Ignacio.
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