domingo, 1 de julio de 2007

"SEGURIDAD JURIDICA" EN MARRUECOS.-

JOSE MARIA CAMPOS ANIMABA A INVERTIR EN MARRUECOS: MAJARON. UN RESIDENTE EN CEUTA DENUNCIA QUE LE QUIEREN ARREBATAR SU CASA.
“He perdido treinta años de mi vida para vivir bien en mi país. Antes de irme deseo desahogarme llamo a los responsables a que escuchen a mis denuncias e investigan mi caso”, dice Ahmed, un inversor residente en Ceuta, que aspiraba invertir en Marruecos y acabó amenazando con suicidarse por la injusticia marroquí.
Ahmed Bhihi, un residente permanente en Ceuta, relata a El Faro su sufrimiento hacia algunos responsables marroquíes y con la justicia marroquí, su vida en Tetuán es un culebron sin fin. Este hombre de negocios, que se dirigió a Francia para montar una empresa de construcción decidió instalarse en Tetuán, después de abandonar Argelia. Tras las invitaciones de un marroquí que trabajaba en su empresa, decidió volver para invertir en Tetuán y precisamente en Cabo Negro a 35 Kilómetros de Ceuta. Cuando Ahmed estaba en una visita en Cádiz, recibió una llamada telefónica por parte de un responsable de la conservación territorial de Tetuán: “Enhorabuena Ahmed por la venta de la finca, espero mi regalo”; decía muy contento el responsable de la conservación territorial en la otra línea. Sorprendido por la noticia, Ahmed negó alguna venta por su parte, preguntando quién es el comprador; el responsable contestó: “Es el Hadj Abdenbi Douch”. Ahmed regresó de repente a Marruecos, y recomienza el infierno del “ir y venir a los juzgados”. El alcalde del palacio real presentaba un documento de venta totalmente falsificado, el escrito fue firmado en el mismo día que Ahmed estaba en Cádiz, “he presentado ante la justicia certificados de las autoridades de Cádiz y de la frontera que demuestran que estaba instalado en Cádiz el mismo día de la firma del documento de venta, pero nada”, se lamenta Ahmed.El acta de la venta está fechada el 5 de abril de 2000 y en éste aparecen las dos partes implicadas en el contrato, Bhihi y Douch. El documento de la Dirección General de la Policía, fechado el 6 de abril, fue suscrito un día después de la fecha que aparece en el acta de venta, por lo que aún sería posible que el afectado estuviese en Marruecos. Sin embargo, Bhihi proporcionó un registro de vehículos con destino a la península ibérica en el que figura el 4 de abril del mismo año como su salida de las costas magrebíes, algo que, presuntamente, invalidaría el contrato que da la titularidad de la vivienda a Douch ya que Bihi estaría en España. La sentencia de la justicia marroquí salio en contra de Ahmed y dio “la razón” al alcalde del Palacio Real, incluso hace una semana pisaron su terreno mas de 50 miembros de las fuerzas de seguridad para desalojarle por fuerza de su finca, “me suicidaré aquí, si no me queda mas alternativa”, dice Ahmed. Ahmed dirigió misivas y quejas a un sinfín de responsables marroquíes, hasta al rey Mohamed VI. El único responsable que le ayudó en todo su proceso judicial es Mulay Taieb Charkaoui, el fiscal del rey ante el Tribunal Supremo. “Este responsable dio sus órdenes para que investiguen mi caso y para convocar al alcalde” comenta Ahmed, pero aun así el “hombre fuerte del palacio real” niega comparecer ante las autoridades, en un desafió total a la ley y a las órdenes de los fiscales.
LA PROPIEDAD.
Unos años antes, Ahmed Bhihi decidió viajar a Marrakech y buscar su suerte. Una vez allí, conoce a un inversor marroquí llamado Rachid Idrissi, este último le propuso colaborar con el en una empresa de azulejos. En esta época, Ahmed consiguió tener de nuevo sus documentos además del pasaporte. Cuando lograba de nuevo su pasaporte, decidió salir de Marruecos, entonces “compré un visado para Suecia por 10.000 euros”, añade. De Suecia se dirigió a Francia para visitar a sus familiares, y de allí a España para montar una nueva compañía de construcción, hasta que decidió abrir un restaurante en Marbella. Meses más tarde su socio de la empresa de azulejos de Marrakech vendió sus acciones a un tal ‘Hadj Abdenbi Douch’, un alto cargo y Alcaide en el Palacio Real, “creo que era del círculo del Rey Hassan II” susurra Ahmed. Yo confiaba en este hombre del que considero “el autor de todo mi dolor y sufrimiento con la justicia marroquí y las autoridades”, confiando en el, Ahmed firmo con el en 1998, en el distrito de Agdal en Rabat un documento en el aquel documento se trataba de unas gestiones corrientes de su finca de Cabo Negro. Dejamos a Ahmed con su tragedia en su finca acompañado de su mascota y de 50 litros de gasolina, para prender fuego a sí mismo “si no me dan mi derecho, me empaparé de gasolina y me suicidaré, son 30 años para invertir en Marruecos y al final nada” grita Ahmed en un estado de depresión, ansiedad y desconfianza.
El Faro de Ceuta.
El bled majzen, sigue, secularmente, aplastando al bled sida. Y ¿en ese país quieres que invirtamos, Campos?

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