SOBRE UN ARTICULO DE BERNARDO RABASSA.Las taifas son diez y nueve - 17 "grandes" + 2 "pequeñitas" - porque a Ceuta y Melilla, no las quisieron como parte de Cádiz y Málaga, respectivamente, es decir porque las excluyeron de Andalucía. Probablemente, por jindama al paisa.
Y, mucho después, en el colmo del aldeanismo mas feroz, las “autonomizaron”, precisamente, a dos ciudades donde decir en público “mañana me voy para España”, supone que todos los que oigan semejante desatino, interrumpan sus quehaceres para afear la conducta del dicente y prorrumpir en protestas del mas radical españolismo: “mañana se irá usted a la Península, oiga…” Lo mismo dentro de un taxi – el taxista es capaz de frenar y detenerse para poder hablar “a gusto” – de una tienda o una entidad bancaria; soy testigo de más de una situación como las descritas. El que así se exprese deja de ser un cliente para convertirse ipso facto, en objetivo de la ira urbanita del ceutí o el melillense más próximos.
Las consecuencias prácticas de aplicar aquello de “café para todos” – que recuerda Rabassa en su artículo, tan atinadamente – son que los Alcaldes pasaron a ser Presidentes de las respectivas Ciudades Autónomas y, como consecuencia, se subieron el sueldo. E igual el resto de ex concejales.
Ahora Suárez – enfermo además – es un héroe, pero en su tiempo, algunos lo consideraron un traidor y, creo yo, ni tanto, ni tan calvo: solamente el producto de una desmedida ambición. La cuestión es que él conocía su andadura y siempre estuvo acomplejado (jamás habría, por ejemplo, atacado en Perejil). Porque no tuvo mayoría suficiente, porque los sociatas no le consideraban con pedigrí democrático y se lo afeaban a la cara – tahur del Misisipi o alusiones al caballo de Pavía, por ejemplo -. Porque era consciente de su falta de bagaje intelectual frente a elementos como Fraga y otros. Porque el rey no le daba su sitio – tanto el Monarca como Torcuato, le consideraron siempre “el peón puesto por ellos” – porque el Monarca – error, que gran error – supone que los únicos que pueden expulsarle por Cartagena son los de la izquierda y está muy equivocado: la derecha española tarda en “calentar” pero, cuando lo hace, tiene mas mala leche que nadie y no para en barras. Porque cuando quiso frenar el proceso disgregador – con Andalucía – una persona a la que respeto y admiro por otras cosas, el profesor Clavero Arévalo, se opuso frontalmente. Sin menoscabo de sus impresionantes conocimientos sobre Derecho Administrativo, puso de manifiesto que nunca fue un hombre de estado.
Después, miles de “segundas – y terceras – lecturas de la Constitución”, echaron abajo la LOAPA de Entrena Cuesta y rindieron culto a una nefasta palabreja, “nacionalidades” que, en mi opinión, fue el detonante de todo.
Lo mas triste es que los políticos separatistas, no lo son por “patriotismo” aunque quieran engañarnos: los son por dinero, por vivir mejor – mejor de lo que podrían hacerlo trabajando, tanto ellos como su corte clientelar - y porque en su congénito sectarismo, desprecian a los demás... aunque no tanto como yo a ellos.
Nos quieren vender que “modernidad” es disgregación – desde luego que España es muy antigua, 500 años sin contar con los godos – es aborto libre, es matrimonio entre homosexuales, es eutanasia… y simultáneamente, salvar a las ballenas. A las ballenas, a los toros de lidia y al chorlito canariensis, razón por la que en la isla del Hierro, hay un cono oscuro en los radares que apuntan a donde han de apuntar: al moro.
P/D. Igual que si los “ecologistas de bufanda” consiguieran la abolición de la Fiesta, el toro bravo desaparecería porque no es rentable para otra cosa, si la caza mayor no se practicase, los dueños de las fincas pondrían en ellas otra cosa que les rentabilizase la explotación. Por ejemplo, avestruces para vender los huevos. (Es broma, aunque "esto" sea, también, una cuestión de huevos; y conste que no soy cazador, ni nunca lo he sido, por "falta de trapío de las reses").
Pensaba escribir un comentario y me ha salido un patagón. Decido, ante esta horrorosa hemorragia de tinta, publicarlo como artículo independiente.
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