martes, 3 de marzo de 2009

SUPERVIVIENTES DE UN EQUILIBRIO AMENAZADO.-

CETÁCEOS Y OTRAS ESPECIES MARINAS DEL ESTRECHO DE GIBRALTAR COMPARTEN SU HÁBITAT CON COTAS CRECIENTES DE CONTAMINACIÓN Y TRÁFICO MARÍTIMO.
Marzo de 2008. Aparece en la costa de Ceuta una ballena de unas 30 toneladas y 14 metros de longitud. El departamento de Sanidad de la Ciudad Autónoma determina como causa de su muerte el encuentro con una almadraba - laberinto de redes empleado para la pesca del atún -, en la que se quedó enredada y donde finalmente se asfixió. A lo largo del pasado año, otros 9 ejemplares de cetáceos y 14 tortugas marinas vararon en las costas de Ceuta. Son menos que los recogidos en años pasados, pero casi todos tienen algo en común: la causa de su muerte está relacionada directamente con la acción del hombre.
Así lo afirma el biólogo marino y director del Museo del Mar en Ceuta, Óscar Ocaña, quien explica que el impacto del sector pesquero (sobre todo las redes de deriva) es una de las principales causas de mortalidad de los cetáceos y tortugas que llegan a las costas ceutíes, (en ocasiones los animales aparecen mutilados por los propios pescadores al desengancharlos de las artes de pesca), aunque también hay otros muchos factores que, mezclados, contribuyen a que el delicado equilibrio biológico de esta zona se mantenga a duras penas. Hoy, el Estrecho de Gibraltar es, además de un ecosistema único en Europa por su variedad en flora y fauna, un laberinto superpoblado en el que sus habitantes naturales, cetáceos y otras especies marinas, han de sortear una de las zonas de mayor tráfico marítimo del mundo. Solo a lo largo de 2008 se superó en varios miles la cifra de cien mil barcos (106.332), entre buques mercantes (72.698) y ferries de pasajeros (33.634). La gran autopista marítima por la que cada hora pasan más de diez barcos con velocidades de hasta 40 kilómetros por hora es el mismo espacio en el que viven importantes comunidades de ballenas piloto o delfines, además de rorcuales o cachalotes que por su gran tamaño y movimientos lentos, pueden ser arrollados.
Desde finales de los noventa todo buque que atraviese las aguas del Estrecho debe reportarlo al Centro de Coordinación de Salvamento de Tarifa, donde Adolfo Serrano Solís, jefe del Centro de Salvamento Marítimo, confirma que la densidad de tráfico no ha parado de crecer en la última década. En menos de diez años, el movimiento ha aumentado en más de 20.000 buques, (106.332 en 2008 frente a 84.844 barcos en 2000), y las previsiones indican que el volumen seguirá aumentando, en parte debido al nuevo puerto, ya operativo de Tánger-Med, situado a escasas millas al oeste de Ceuta. Debido a la apertura de este nuevo puerto, La Organización Marítima Internacional (OMI), aprobó en julio de 2007 un nuevo dispositivo de separación del tráfico en el que se establecían dos zonas de precaución, una frente al nuevo puerto de Tánger-Med, y otra entre Algeciras y Ceuta, si bien las medidas que cada barco toma al pasar por estas aguas están a discreción del capitán de cada buque. La mayoría de los buques que pasan por el Estrecho son mercantes, pero el aumento del tráfico de fast-ferries y embarcaciones de alta velocidad en los últimos años, especialmente entre Ceuta y Algeciras, es muy importante, observa Solís.
La Autoridad Portuaria de Ceuta confirma los datos de crecimiento en el tráfico total del Puerto en los últimos años: el tráfico de pasajeros se mantiene en más de dos millones y medio al año, se ha multiplicado el avituallamiento, el tráfico de cruceros ha aumentado en un 147% respecto al año anterior y ha crecido el búnkering (práctica de reposición de combustible que evita el atraque de un barco en puerto y por la que el fuel se reposta con las denominadas gasolineras flotantes en una zona cercana al mismo, sin llegar a entrar en él). Este tipo de transvases de combustible suponen un importante riesgo, sobre todo cuando se realizan de forma ilegal, tal y como han denunciado grupos ecologistas en aguas próximas a Gibraltar.
Aún así, el jefe del centro de Salvamento Marítimo de Tarifa explica que los hidrocarburos no son el único material peligroso que circula por las aguas del Estrecho: El algodón, por ejemplo, es un material que puede provocar combustión espontánea. Todos los productos, como la pintura, que puedan arder, se consideran peligrosos, son aproximadamente un 15% del total de las mercancías que surcan esta zona. A parte del riesgo que supone el movimiento del conjunto de estos materiales, la asociación ecologista de Ceuta Septem Nostra-Ecologistas en Acción considera el derrame de hidrocarburos como uno de los principales problemas de contaminación a los que se enfrentan los cetáceos en esta zona, sin olvidar los vertidos de aguas residuales fecales. En su última visita a Ceuta, en diciembre de 2008, el jefe de división de Protección del mar y Prevención de Contaminación Marítima, Jose Pucela, llamaba la atención sobre el hecho de que Ceuta es uno de los pocos núcleos de más de 50.000 habitantes que no tiene una EDAR (Estación depuradora de Aguas Residuales), aunque aseguró que si se cumplen las previsiones, la ciudad autónoma tendría la suya activa a tiempo para evitar que la normativa Europea le impusiera ninguna sanción.
Un año negro para el Estrecho.
El 2008 ha sido un año negro para la bahía de Algeciras, que ha registrado una decena de incidentes con vertidos en su costa. Los grupos ecologistas de la zona todavía no saben a ciencia cierta cuál es el daño real que los vertidos y la chatarra que ha caído al mar puede producir en los fondos marinos, pero hay estudios que relacionan la contaminación en su sentido más amplio - hidrocarburos, metales pesados y otros - con la causa fundamental del aumento de enfermedades en los organismos marinos. ¿Cómo afecta todo esto a la población de cetáceos y tetrápodos del Estrecho? En 2007 se produjo la inquietante aparición de 20 ballenas piloto muertas entre el Estrecho y Murcia a lo largo de cinco meses, algo que desató la alarma entre los especialistas, que explicaban que, dadas las fuertes corrientes de la zona, si aparecían 20 ejemplares, habrían muerto muchos más. Además de la población estable de ballenas y otros cetáceos, también pasan por la zona bancos de animales que emigran, como las ballenas del Mediterráneo que a finales de primavera pasan por el Estrecho de Gibraltar buscando las aguas más frías del ártico. Según el veterinario municipal de Ceuta, Álvaro García de los Ríos, una al año cae siempre. Dependiendo de las características el animal, su prevalencia en la zona y su sensibilidad frente a los factores externos, la mortalidad de los mismos varía, pero según la memoria de varamientos de cetáceos y tortugas marinas en Ceuta entre septiembre de 2006 y septiembre de 2008, el delfín listado es el que presenta mayor mortalidad, siendo además una de las especies consideradas de interés especial dentro del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Además de este delfín, diez especies más de los cetáceos que habitan la zona están incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Seis son consideradas vulnerables (rorcual común, rorcual norteño o boreal, rorcual aliblanco, cachalote, delfín mular y delfín común), mientras que otras cinco se cuentan como poblaciones de interés especial (yubarta o ballena jorobada, orca, calderón común, y calderón gris y delfín listado).
Pero si hay un animal que aparece varado en nuestras costas con especial intensidad es la tortuga marina. Según el biólogo Óscar Ocaña, ellas son quienes más sufren los efectos del hombre en los alrededores. La memoria de varamientos entre septiembre del 2006 y 2008 confirma que Ceuta registra el mayor porcentaje de varamiento de tortuga boba por kilómetro lineal de costa en España (34 en los últimos dos años). Su compañera, la tortuga laúd es también considerada de interés especial por el área de Medio Ambiente y Ceuta es el lugar donde se registran más varamientos de todo el Mediterráneo. Muchas de las tortugas son atropelladas por embarcaciones recreativas o se quedan atrapadas en redes de pesca, explica Ocaña, quien cuestiona la necesidad de estudiar estas especies y el impacto que podría producir su desaparición o merma en la zona, al tratarse de especies muy interesantes desde el punto de vista ecológico. La consejería de Medio Ambiente y el departamento de Sanidad de Ceuta, han empezado a realizar informes patológicos con los que, en el futuro, se podrán hacer estudios mejor documentados que lleguen a confirmar la verdadera causa de las muertes de estos animales. Mientras, los especialistas alertan de que el futuro de estas especies es incierto y, teniendo en cuenta que no se conoce el porcentaje de machos y hembras en el caso de la población de tortugas, cualquier día podría llegar una caída súbita de la población. Sobre todo la tortuga laúd necesita medidas de protección urgentes, en especial en lo relativo a las redes fijas, que son su principal causa de muerte, dice el biólogo. En cuanto a los cetáceos las expectativas no son mejores, el tráfico, los ruidos y la contaminación de las aguas ponen, cada vez más, su medio vital en jaque.
Cristina Rojo.
Y cuantos menos tortugas - y menos atunes - mas medusas.

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