MARRUECOS ESTRECHA SUS LAZOS CON EEUU. VAN TRAS LOS APACHE.
De confirmarse que Marruecos albergará la sede del USAFRICOM, lo que será a partir de octubre de 2008 el VI Mando Regional de Estados Unidos, dicha decisión tendría consecuencias que no deberían pasar desapercibidas en España. Ya algún país, como Argelia, ha rechazado el ofrecimiento y algún otro, como Sudáfrica, se ha mostrado reacio al proyecto. Así pues, de confirmarse la aceptación de Rabat habrá que analizar lo que puede suponer, máxime cuando Oriente Próximo, Somalia, Irak, Irán o Afganistán son escenario de creciente conflictividad.
En el mundo arabo-musulmán, Marruecos es país aliado preferencial de Estados Unidos, un estatuto que disfrutan algunos países no miembros de la OTAN con una relación privilegiada con la superpotencia. La visibilidad del Mando puede provocar oposición, si bien es cierto que Estados Unidos tiene en otros países árabes (entre otros Arabia Saudita, Jordania, el propio Irak o la cercana Argelia, este último con facilidades estadounidenses en la meridional ciudad de Tamanrasset) o musulmanes (Turquía o Pakistán) presencia militar en su suelo o concesiones de diverso tipo para sus fuerzas. Esto podría neutralizar reacciones adversas desde la Liga Árabe o la Organización de la Conferencia Islámica.
Marruecos calibrará seguramente que, dado que sufre una importante amenaza del terrorismo yihadista salafista desde hace tiempo, la presencia estadounidense podría ayudar a neutralizar este peligro. Antes de que se barajara siquiera el ser sede del USAFRICOM los terroristas yihadistas ya habían golpeado en Marruecos, con los atentados suicidas del 16 de mayo de 2003 y, más recientemente, con los también suicidas de marzo y abril, todos ellos en Casablanca. Por otro lado, en 2002 Marruecos desarticuló una célula yihadista que planeaba atentados contra unidades navales aliadas en patrulla antiterrorista por el Estrecho de Gibraltar dentro de la Operación Active Endavour. Marruecos no era entonces socio activo de dicha operación liderada por la OTAN mientras que hoy sí lo es, y acoger el USAFRICOM no incrementaría una amenaza ya reforzada por ese motivo.
En cuanto a la posible reacción africana, Marruecos podrá superar fácilmente unas críticas más bien improbables, que procederían o bien de estados africanos o bien de organizaciones internacionales. Las autoridades marroquíes consideran más importante la cercanía y el apoyo político y diplomático estadounidense para resolver la cuestión existencial del Sáhara Occidental, así como su apoyo militar y de inteligencia para combatir el terrorismo, que la más que demagógica solidaridad panafricana.
Mientras se decide si es Marruecos la futura sede del Mando – algunos aún barajan Camp Lemonier, en Yibuti, o Botswana, que también se habría mostrado dispuesto a acogerlo – ya hay 50 millones de dólares disponibles para los primeros gastos, con cargo al ejercicio fiscal de 2007. España ve así cómo su vecino refuerza sus relaciones con Estados Unidos, un país clave para el futuro de las relaciones hispano-marroquíes, como se demostró durante la crisis de Perejil. Sería bueno que recuperara una normalidad con Washington que nunca hubiera debido abandonar.
GEES Libertad Digital
De confirmarse que Marruecos albergará la sede del USAFRICOM, lo que será a partir de octubre de 2008 el VI Mando Regional de Estados Unidos, dicha decisión tendría consecuencias que no deberían pasar desapercibidas en España. Ya algún país, como Argelia, ha rechazado el ofrecimiento y algún otro, como Sudáfrica, se ha mostrado reacio al proyecto. Así pues, de confirmarse la aceptación de Rabat habrá que analizar lo que puede suponer, máxime cuando Oriente Próximo, Somalia, Irak, Irán o Afganistán son escenario de creciente conflictividad.
En el mundo arabo-musulmán, Marruecos es país aliado preferencial de Estados Unidos, un estatuto que disfrutan algunos países no miembros de la OTAN con una relación privilegiada con la superpotencia. La visibilidad del Mando puede provocar oposición, si bien es cierto que Estados Unidos tiene en otros países árabes (entre otros Arabia Saudita, Jordania, el propio Irak o la cercana Argelia, este último con facilidades estadounidenses en la meridional ciudad de Tamanrasset) o musulmanes (Turquía o Pakistán) presencia militar en su suelo o concesiones de diverso tipo para sus fuerzas. Esto podría neutralizar reacciones adversas desde la Liga Árabe o la Organización de la Conferencia Islámica.
Marruecos calibrará seguramente que, dado que sufre una importante amenaza del terrorismo yihadista salafista desde hace tiempo, la presencia estadounidense podría ayudar a neutralizar este peligro. Antes de que se barajara siquiera el ser sede del USAFRICOM los terroristas yihadistas ya habían golpeado en Marruecos, con los atentados suicidas del 16 de mayo de 2003 y, más recientemente, con los también suicidas de marzo y abril, todos ellos en Casablanca. Por otro lado, en 2002 Marruecos desarticuló una célula yihadista que planeaba atentados contra unidades navales aliadas en patrulla antiterrorista por el Estrecho de Gibraltar dentro de la Operación Active Endavour. Marruecos no era entonces socio activo de dicha operación liderada por la OTAN mientras que hoy sí lo es, y acoger el USAFRICOM no incrementaría una amenaza ya reforzada por ese motivo.
En cuanto a la posible reacción africana, Marruecos podrá superar fácilmente unas críticas más bien improbables, que procederían o bien de estados africanos o bien de organizaciones internacionales. Las autoridades marroquíes consideran más importante la cercanía y el apoyo político y diplomático estadounidense para resolver la cuestión existencial del Sáhara Occidental, así como su apoyo militar y de inteligencia para combatir el terrorismo, que la más que demagógica solidaridad panafricana.
Mientras se decide si es Marruecos la futura sede del Mando – algunos aún barajan Camp Lemonier, en Yibuti, o Botswana, que también se habría mostrado dispuesto a acogerlo – ya hay 50 millones de dólares disponibles para los primeros gastos, con cargo al ejercicio fiscal de 2007. España ve así cómo su vecino refuerza sus relaciones con Estados Unidos, un país clave para el futuro de las relaciones hispano-marroquíes, como se demostró durante la crisis de Perejil. Sería bueno que recuperara una normalidad con Washington que nunca hubiera debido abandonar.
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