EL BANCO DE ESPAÑA ACUSA A LOS GESTORES DE CCM DE HABER LLEVADO LA CAJA A LA QUIEBRA.
El informe con el que el Banco de España justifica la intervención de Caja Castilla-La Mancha (CCM) es demoledor. El supervisor acusa a los gestores de la caja de una actuación irresponsable en su actividad crediticia y de no haber sido capaz de reaccionar a tiempo, "socavando de forma muy grave la solvencia y la viabilidad de la entidad". Porque el informe reconoce que CCM estaba prácticamente quebrada, a pesar de las declaraciones iniciales del propio Banco de España asegurando que la caja era solvente.
Este informe, filtrado hoy al diario Expansión, acusa a la caja de una gestión deficiente: "En primer lugar, el equipo directivo sobrevaloró el ciclo expansivo con un excesivo posicionamiento en el sector inmobiliario tanto a través de financiación directa como de participaciones en empresas del sector". Respecto al consejo que presidía Juan Pedro Hernández - Moltó, su principal culpa es no enterarse de lo que pasaba en la caja: "No estableció los mecanismos necesarios para garantizar que recibía suficiente información de control de la cartera crediticia y, en general, del perfil de riesgo de la entidad". Además de no haber sido capaz de reaccionar "cuando el deterioro de la situación era ya manifiesto".
El supervisor que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez pone el dedo en la llaga al señalar como principal causa del colapso de CCM al verdadero cáncer del sector financiero español: la "fuerte relajación de los criterios de concesión (de créditos, se entiende)" que es lo que "ha desembocado en la situación actual, socavando de forma muy grave la solvencia y la viabilidad de la entidad".
Respecto a esta situación de insolvencia, los números que revela el Banco de España son inapelables: presenta un déficit regulatorio de recursos propios de 157 millones al cierre de 2008, con un ratio de solvencia (que incluye todos los compartimentos del capital) del 7,2%. Y sin visos de mejorar, sino todo lo contrario: "La situación empeorará sensiblemente si se tienen en cuenta los 600 millones de euros de ajustes al patrimonio neto que, previsiblemente, se derivarán de la inspección en curso". Lo cual significa que, si el Banco de España no la hubiera intervenido, la caja habría quebrado.
Estos 600 millones resultan de una segunda inspección exhaustiva realizada en 2008, centrada en la corporación, la liquidez y la cartera de inversión crediticia, que encontró que hacían falta ajustes al patrimonio neto que superaban esa cifra. Estos 600 millones se suman a los 441 millones detectados en el ejercicio 2007 y que Moltó no incluyó en su totalidad en la cuenta de resultados haciendo caso omiso de las instrucciones del supervisor.
En este sentido, las acusaciones de MAFO no tienen desperdicio: dijo a la caja que tenía que incrementar las provisiones específicas (las que cubren la mora ya declarada) de 2007 en 245 millones, pero a diciembre faltaban por dotar todavía 60. Asimismo, a septiembre de 2008 constató otro "deterioro de instrumentos de capital por valor de 196 millones, deterioro que tampoco se ha pasado por la cuenta de resultados en diciembre".
NECESITÓ UNA INYECCIÓN DE LIQUIDEZ DE 900 MILLONES.
Respecto a la liquidez, el informe confirma lo que ha venid públicando El Confidencial en los últimos meses: el cierre de los mercados interbancarios, que se agravó todavía más en el caso de CCM a raíz de la bajada de rating decidida por Standard & Poor's en febrero. Además, señala que CCM carece de activos aptos para descontar en el BCE, es decir, que no podía utilizar la vía favorita de financiación de la banca española. Ante esta situación, la fuga de depósitos volvía insostenible la situación de la entidad, que no era capaz de hacer frente a sus obligaciones - es decir, era insolvente - y tuvo que solicitar una provisión urgente de liquidez de 900 millones.
Finalmente, el informe del supervisor se detiene también en la morosidad, que se disparó en 2008 desde el 0,5% hasta el 5,1%, con una tasa de cobertura de sólo el 36%. Como es lógico, la mayor parte de la morosidad se concentra en la financiación a promotores, que supera el 9% incluyendo los inmuebles recibidos en pago de los créditos.
Cotizalia.
El informe con el que el Banco de España justifica la intervención de Caja Castilla-La Mancha (CCM) es demoledor. El supervisor acusa a los gestores de la caja de una actuación irresponsable en su actividad crediticia y de no haber sido capaz de reaccionar a tiempo, "socavando de forma muy grave la solvencia y la viabilidad de la entidad". Porque el informe reconoce que CCM estaba prácticamente quebrada, a pesar de las declaraciones iniciales del propio Banco de España asegurando que la caja era solvente.
Este informe, filtrado hoy al diario Expansión, acusa a la caja de una gestión deficiente: "En primer lugar, el equipo directivo sobrevaloró el ciclo expansivo con un excesivo posicionamiento en el sector inmobiliario tanto a través de financiación directa como de participaciones en empresas del sector". Respecto al consejo que presidía Juan Pedro Hernández - Moltó, su principal culpa es no enterarse de lo que pasaba en la caja: "No estableció los mecanismos necesarios para garantizar que recibía suficiente información de control de la cartera crediticia y, en general, del perfil de riesgo de la entidad". Además de no haber sido capaz de reaccionar "cuando el deterioro de la situación era ya manifiesto".
El supervisor que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez pone el dedo en la llaga al señalar como principal causa del colapso de CCM al verdadero cáncer del sector financiero español: la "fuerte relajación de los criterios de concesión (de créditos, se entiende)" que es lo que "ha desembocado en la situación actual, socavando de forma muy grave la solvencia y la viabilidad de la entidad".
Respecto a esta situación de insolvencia, los números que revela el Banco de España son inapelables: presenta un déficit regulatorio de recursos propios de 157 millones al cierre de 2008, con un ratio de solvencia (que incluye todos los compartimentos del capital) del 7,2%. Y sin visos de mejorar, sino todo lo contrario: "La situación empeorará sensiblemente si se tienen en cuenta los 600 millones de euros de ajustes al patrimonio neto que, previsiblemente, se derivarán de la inspección en curso". Lo cual significa que, si el Banco de España no la hubiera intervenido, la caja habría quebrado.
Estos 600 millones resultan de una segunda inspección exhaustiva realizada en 2008, centrada en la corporación, la liquidez y la cartera de inversión crediticia, que encontró que hacían falta ajustes al patrimonio neto que superaban esa cifra. Estos 600 millones se suman a los 441 millones detectados en el ejercicio 2007 y que Moltó no incluyó en su totalidad en la cuenta de resultados haciendo caso omiso de las instrucciones del supervisor.
En este sentido, las acusaciones de MAFO no tienen desperdicio: dijo a la caja que tenía que incrementar las provisiones específicas (las que cubren la mora ya declarada) de 2007 en 245 millones, pero a diciembre faltaban por dotar todavía 60. Asimismo, a septiembre de 2008 constató otro "deterioro de instrumentos de capital por valor de 196 millones, deterioro que tampoco se ha pasado por la cuenta de resultados en diciembre".
NECESITÓ UNA INYECCIÓN DE LIQUIDEZ DE 900 MILLONES.
Respecto a la liquidez, el informe confirma lo que ha venid públicando El Confidencial en los últimos meses: el cierre de los mercados interbancarios, que se agravó todavía más en el caso de CCM a raíz de la bajada de rating decidida por Standard & Poor's en febrero. Además, señala que CCM carece de activos aptos para descontar en el BCE, es decir, que no podía utilizar la vía favorita de financiación de la banca española. Ante esta situación, la fuga de depósitos volvía insostenible la situación de la entidad, que no era capaz de hacer frente a sus obligaciones - es decir, era insolvente - y tuvo que solicitar una provisión urgente de liquidez de 900 millones.
Finalmente, el informe del supervisor se detiene también en la morosidad, que se disparó en 2008 desde el 0,5% hasta el 5,1%, con una tasa de cobertura de sólo el 36%. Como es lógico, la mayor parte de la morosidad se concentra en la financiación a promotores, que supera el 9% incluyendo los inmuebles recibidos en pago de los créditos.
Cotizalia.
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