Arriba: Protectorado español. Abajo: Kabilas de la zona.
Arriba: la famosa nota del Comandante Mingo - muerto en combate - redactada poco antes de ser relevado, una mala costumbre: cuando un oficial estaba ya "puesto", se le otrogaba "descanso". Abajo: de Annual a Igueriben.
El Comandante Laureado Mingo. 
El Comandante Laureado Benítez. 
Descubierta en Annual, en apoyo de los asediados en Igueriben 
Portada del libro de referencia. 
Panorámica de Igueriben. 
Datos de la posición. 
Planta de detalle de la posición. 
Planta general de Igueriben. 
Mapa de Operaciones. Pincha para agrandar.
Otra visión de las Operaciones. Pincha, si quieres.
ABARRAN, IGUERIBEN, ANNUAL Y MONTE ARRUIT; FINALMENTE, NADOR.
Sabía lo que había ocurrido, el hundimiento de la Comandancia de Melilla, pero no comprendía – por falta de datos y escasa información – las causas de lo ocurrido. El libro – Editorial Almena, Madrid, 2007 - del entonces Teniente Luis Casado Escudero único oficial superviviente de Igueriben, me lo está aclarando, aunque, a duras penas: es demasiado caballeroso su autor, como para decir la cruda verdad directamente.
- Unidades poco y mal preparadas.
- Movimientos basados en la Guerra de Posiciones. Y ya se sabe: Clausewich dijo que había – en su tiempo tuvo razón – dos tipos de guerra: de posición y de movimiento.
- Inexistencia de planes de operaciones solventes.
- Posiciones de partida sin abordar problemas logísticos.
- Posiciones elegidas en lugares sin agua. Hay que señalar que, en los alrededores de Ceuta existen aun Fuertes construidos durante la campaña de 1859 - 1860, con pozo; es decir, que el problema se conocía desde el siglo anterior. En el caso de las posiciones de Annual e Igueriben, hacía necesaria la salida diaria, combatiendo, para realizar “aguada” – mulos y hombres – al relativamente cercano río Annual, cuyo caudal en estiaje no era previsible.
- Antidiluviano sistema de Comunicaciones: heliógrafo.
- Artillería insuficiente y anticuada.
- Inexistencia de buenas carreteras – al menos de caminos – en toda la zona.
- Descontrol de las poblaciones kabileñas, cuya lealtad era, en el mejor de los casos, “aleatoria”.
- Apoyo escaso de la Armada y escasísimo de la Aviación. Falta de Mando Inter armas, nada de Coordinación.
- Y, como casi siempre, un gobierno desastroso, que miraba para otra parte y una sociedad sin valores, sin moral, egoísta y falta de motivación. ¿Os recuerda algo?
- En definitiva: que parecía como si la Campaña la dirigiese La Chacona, al frente de Fuerzas de “La Bien Pagá”, con sus mangueras anti incendios (léase la UME).
LOS “PLANES” DE FERNANDEZ SILVESTRE.
Parece ser – no estaban seguros no ya el gobierno, sino el propio Alto Comisario Berenguer, el fundador de Regulares – que pretendía llegar hasta Axdir – en el corazón de Beniurraguel y, por tanto de la rebelión – por el camino mas largo y mas escarpado y difícil, alargando sus líneas de suministro… igual que Napoleón en Rusia aunque sin nieve: todo lo contrario, con un calor sofocante.
En los planos, se sitúa la línea de partida, la de “siempre” la del Kert; hasta allí, Abdelkrim permitía llegar en paz.
Llegados a Annual – obsérvese lo dilatado en el tiempo – el General decidió tomar y posicionarse en Abarrán, cuyo interés estratégico era nulo, si bien, desde allí, se divisaba la Bahía de Alhucemas.
Y Abarrán, nos fue arrebatada al día siguiente. Abdelkrim no estaba por permitir alegrías a sus conciudadanos (era funcionario español, en situación de abandono del servicio).
No se comprende nada de lo ocurrido, sin conocer lo ocurrido en Abarrán, detonante de Igueriben – donde el Comandante Benítez dejó de ser un ser vivo para pasar a engrosar la nómina de los héroes - que, a su vez, marca la suerte definitiva de Annual, diezmados y agotados los hombres que la guarnecían, en los vanos intentos de socorro a los hombres del Comandante. Después, son todo desbandadas, con algunos actos aislados de valor hispánico, tan admirables como inútiles. La línea final quedó en los Lavaderos, a tiro de piedra del corazón de Melilla, ciudad que Abdelkrim no tomó, exclusivamente porque era temeroso de las repercusiones internacionales tras la segura matanza de civiles y la consiguiente razzia.
Se produjo una tensa calma durante semanas en las que los rifeños desgastaron a los españoles, en tanto cortaba – por los barrancos, fuera del tiro de los españoles - sus líneas de abastecimiento. Llegaron a masticar piedras, para generar saliva y a beber tomate, ante la falta de agua.
Y Fernández Silvestre no modificó sus planes, es decir, continuó improvisando, pese a percatarse de la falta de fuerzas de las que no disponía. Contempló los hostigamientos sobre Tizzi Aza, Bu Hafora y Ben Tieb, entre otras posiciones, esperando la llegada del Santo Advenimiento y, que se conozca, no hizo nada más.
En Ben Tieb, años después – cuando era ya campamento legionario - se ofreció al Dictador Primo de Rivera un menú muy legionario basado – exclusivamente – en huevos preparados de diferentes maneras. De esa reunión salió la decisión de desembarcar en Alhucemas; de algo sirvió aquel derroche ovíparo.
El autor del libro señala que los militares profesionales pusieron de manifiesto que “estos” moros no eran “los de antes”. Sus tácticas habían evolucionado y ya no se les podía combatir con un simple Ejercito Colonial.
Sabía lo que había ocurrido, el hundimiento de la Comandancia de Melilla, pero no comprendía – por falta de datos y escasa información – las causas de lo ocurrido. El libro – Editorial Almena, Madrid, 2007 - del entonces Teniente Luis Casado Escudero único oficial superviviente de Igueriben, me lo está aclarando, aunque, a duras penas: es demasiado caballeroso su autor, como para decir la cruda verdad directamente.
- Unidades poco y mal preparadas.
- Movimientos basados en la Guerra de Posiciones. Y ya se sabe: Clausewich dijo que había – en su tiempo tuvo razón – dos tipos de guerra: de posición y de movimiento.
- Inexistencia de planes de operaciones solventes.
- Posiciones de partida sin abordar problemas logísticos.
- Posiciones elegidas en lugares sin agua. Hay que señalar que, en los alrededores de Ceuta existen aun Fuertes construidos durante la campaña de 1859 - 1860, con pozo; es decir, que el problema se conocía desde el siglo anterior. En el caso de las posiciones de Annual e Igueriben, hacía necesaria la salida diaria, combatiendo, para realizar “aguada” – mulos y hombres – al relativamente cercano río Annual, cuyo caudal en estiaje no era previsible.
- Antidiluviano sistema de Comunicaciones: heliógrafo.
- Artillería insuficiente y anticuada.
- Inexistencia de buenas carreteras – al menos de caminos – en toda la zona.
- Descontrol de las poblaciones kabileñas, cuya lealtad era, en el mejor de los casos, “aleatoria”.
- Apoyo escaso de la Armada y escasísimo de la Aviación. Falta de Mando Inter armas, nada de Coordinación.
- Y, como casi siempre, un gobierno desastroso, que miraba para otra parte y una sociedad sin valores, sin moral, egoísta y falta de motivación. ¿Os recuerda algo?
- En definitiva: que parecía como si la Campaña la dirigiese La Chacona, al frente de Fuerzas de “La Bien Pagá”, con sus mangueras anti incendios (léase la UME).
LOS “PLANES” DE FERNANDEZ SILVESTRE.
Parece ser – no estaban seguros no ya el gobierno, sino el propio Alto Comisario Berenguer, el fundador de Regulares – que pretendía llegar hasta Axdir – en el corazón de Beniurraguel y, por tanto de la rebelión – por el camino mas largo y mas escarpado y difícil, alargando sus líneas de suministro… igual que Napoleón en Rusia aunque sin nieve: todo lo contrario, con un calor sofocante.
En los planos, se sitúa la línea de partida, la de “siempre” la del Kert; hasta allí, Abdelkrim permitía llegar en paz.
Llegados a Annual – obsérvese lo dilatado en el tiempo – el General decidió tomar y posicionarse en Abarrán, cuyo interés estratégico era nulo, si bien, desde allí, se divisaba la Bahía de Alhucemas.
Y Abarrán, nos fue arrebatada al día siguiente. Abdelkrim no estaba por permitir alegrías a sus conciudadanos (era funcionario español, en situación de abandono del servicio).
No se comprende nada de lo ocurrido, sin conocer lo ocurrido en Abarrán, detonante de Igueriben – donde el Comandante Benítez dejó de ser un ser vivo para pasar a engrosar la nómina de los héroes - que, a su vez, marca la suerte definitiva de Annual, diezmados y agotados los hombres que la guarnecían, en los vanos intentos de socorro a los hombres del Comandante. Después, son todo desbandadas, con algunos actos aislados de valor hispánico, tan admirables como inútiles. La línea final quedó en los Lavaderos, a tiro de piedra del corazón de Melilla, ciudad que Abdelkrim no tomó, exclusivamente porque era temeroso de las repercusiones internacionales tras la segura matanza de civiles y la consiguiente razzia.
Se produjo una tensa calma durante semanas en las que los rifeños desgastaron a los españoles, en tanto cortaba – por los barrancos, fuera del tiro de los españoles - sus líneas de abastecimiento. Llegaron a masticar piedras, para generar saliva y a beber tomate, ante la falta de agua.
Y Fernández Silvestre no modificó sus planes, es decir, continuó improvisando, pese a percatarse de la falta de fuerzas de las que no disponía. Contempló los hostigamientos sobre Tizzi Aza, Bu Hafora y Ben Tieb, entre otras posiciones, esperando la llegada del Santo Advenimiento y, que se conozca, no hizo nada más.
En Ben Tieb, años después – cuando era ya campamento legionario - se ofreció al Dictador Primo de Rivera un menú muy legionario basado – exclusivamente – en huevos preparados de diferentes maneras. De esa reunión salió la decisión de desembarcar en Alhucemas; de algo sirvió aquel derroche ovíparo.
El autor del libro señala que los militares profesionales pusieron de manifiesto que “estos” moros no eran “los de antes”. Sus tácticas habían evolucionado y ya no se les podía combatir con un simple Ejercito Colonial.
Abajo: La Línea Estella Occidental - retirada de Chauen incluida - que dejó campo libre al Emir, para atacar a Francia.
ABDELKRIM SUPO ESPERAR SU MOMENTO.Entre tanto Abdelkrim – un gran tipo al que le pudo la “hibris” del poder posteriormente, se creyó que era, en realidad, Emir del Rif – enviaba emisarios a las kabilas dudosas y reclutaba partidarios con un gran despliegue sicológico. Los españoles quedaron solos. Y se hizo necesario que se creara la Línea Estella para que, así, el Emir se lanzase contra los franceses, con gran éxito por cierto, en los primeros combates.
Hasta el 8 de Septiembre de 1925 no tuvo fuerza moral – coraje - España, para desembarcar en Alhucemas – el corazón de la rebelión – tomar Axdir y continuar luchando hasta que el 10 de Julio de 1927, entregaban sus armas los últimos rebeldes y, para ello se hizo imprescindible un Golpe de Estado previo – la España de la Restauración yacía sin pulso ya - protagonizado por el General Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. Pero esa es, ya, otra Historia.
En el desembarco – en el bombardeo previo al mismo – participaron varios buques franceses, entre otros el que el original Dictador definió como “ese acorazado de tan sugestivo nombre”. Se llamaba “París”. Al fin y al cabo, se trataba de un General Dictador viudo y con novia, una monería de criatura, por cierto.
Abajo: Lo que queda del flamante Campamento Benítez, entre Málaga y Torremolinos. Fue Sede, en su momento, de la Cia. de Operaciones Especiales de La Legión.
Entrada al Campamento. 
Málaga. Parque. En honor del Comandante Benítez. 
Primo de Rivera llega a la Playa de La Cebadilla, cuando ya no hay "barud". Dicen que Mac Arthur, se inspiró en esta fotografía. No lo creo: era demasiado "chuleta" para inspirarse en otro.
(Continuará)... 
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