O FACTURAS O DIMISIÓN.No hay cuestiones menores cuando afectan a la honradez política. Parece absurdo que un hombre tan sereno y equilibrado como Francisco Camps acepte que le paguen unos trajes a cambio de concesiones millonarias a una trama corrupta. La limpieza de su trayectoria política avala al presidente de la Comunidad Valenciana. Pero un error, una debilidad o una ligereza pueden instalar al político valenciano en una situación que exigiría su dimisión.Pedro G. Cuartango ha resumido sagazmente en “El Mundo” lo que el presidente valenciano debe hacer: o facturas o dimisión. Si Francisco Camps puede exhibir las facturas que ha pagado por los trajes que encargó, entonces habrá ganado la partida. Si no pudiera presentar ante la opinión pública esas facturas, lo tendrá muy mal para continuar en su cargo. Por menor que sea la cuantía económica de lo que se dirime, en política no se aplica el código penal sino la ética ante la opinión pública. El entorno de Camps lo debe tener claro. Ante las acusaciones, facturas. Si Camps no dejó que nadie le pagara los trajes de marras, dispondrá de las facturas que acrediten que fue él quien las abonó. Y asunto concluido.En otro caso, no será fácil que el presidente valenciano pueda evadirse de la dimisión por desproporcionado que, en principio, pueda parecer lo que ha ocurrido. Es una vergüenza, es una indecencia que el procedimiento contra el PP lo instruya un juez que fue número 2 en las listas electorales socialistas y Secretario de Estado en el Gobierno González. Pero si la irregularidad denunciada por Garzón no es real habrá que demostrarlo. Y eso se hace con las facturas. La cosa no puede ser más sencilla. O facturas o dimisión.
L. M. Ansón.
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