lunes, 9 de marzo de 2009

LA CUARTA - ¿O ES LA QUINTA? – TRAMA.-

La Gran Corrida: Gallito, Belmonte y Vicente Pastor, con toros de S. Husseín. ¡Vaya cartel!
ZOUGHAM, EL CULPABLE OFICIAL.
DEL OLMO Y G. BERMUDEZ, ECHANDO BALONES FUERA, COMO LOCOS.
Publicamos hoy en El Mundo, como exclusiva, la primera entrevista realizada al principal condenado en el juicio del 11-M: el marroquí Jamal Zougham, el único acusado de poner una de las bombas de los trenes, la única que estalló en el tren de Santa Eugenia.En esa entrevista, que hemos tenido que comprimir por motivos de espacio, Jamal Zougham respondió a muchas cuestiones que le planteamos. Pero lo importante es el conjunto: la visión que tiene el propio condenado sobre los acontecimientos que le han llevado a estar cinco años en prisión por un crimen que, según él, no ha cometido.Zougham ha proclamado desde el primer momento su inocencia. Y hoy revelamos también en El Mundo cómo la Policía
tenía datos que confirmaban la coartada de Zougham para la noche anterior al atentado y no adjuntó dichos datos al sumario, privando así a Zougham de un medio de defensa. Como también se escamotearon, inexplicablemente, los datos aportados por la gestoría que llevaba las cuentas de la tienda de telefonía de Zougham, por la que se supone que pasaron las tarjetas telefónicas usadas en las bombas.Algunos de los participantes del blog se han preguntado, a raíz de las informaciones publicadas hoy en El Mundo, cómo es posible que los abogados de Zougham no hicieran más por defenderle o que el propio Zougham no se defendiera con más ahínco. Pero, como dice una buena amiga mía: "a cojón visto, macho es". Y plantearse ese tipo de preguntas ahora es hacerse trampas en el solitario.Porque por supuesto que Zougham ha estado haciendo todo lo posible por defenderse a lo largo de estos cinco años. Esa y no otra es la razón, por ejemplo, de que haya cambiado hasta cuatro veces de abogado a lo largo de este tiempo: para él, su inocencia era tan evidente que no entendía cómo era posible que los abogados no pudieran hacer nada. Pero es que los abogados sí intentaron defenderle. Le pidieron al juez Del Olmo que llamara a declarar a los propietarios de los pisos que Zougham había visitado con su mujer, llegando a aportarle al juez la libreta en la que Zineb, la hermana de Zougham, tenía anotada cada visita, con los respectivos datos de contacto. Le pidieron al juez que llamara a declarar al dueño de la gestoría que le llevaba los papeles a Zougham. Le pidieron al juez repetidamente que llamara a declarar al dueño del gimnasio al que Jamal acudía... Y el juez fue denegando absolutamente todas las solicitudes. ¿Saben ustedes, por ejemplo, qué respondió Del Olmo a esa petición de que se llamara a declarar al dueño del gimnasio? ¡Pues que no veía en qué sentido podía ser relevante para las investigaciones!
La familia de Zougham llegó a presentarle un escrito al juez Del Olmo el 30 de junio de 2004, pidiéndole una entrevista personal para contarle cómo Jamal estaba durmiendo en su casa a la hora en que se produjeron los atentados. ¿Y qué contestó el juez instructor? Pues que no había lugar a entrevista personal alguna, sin perjuicio de que más adelante pudiera llamarles a declarar como testigos. Por supuesto, el sumario se cerró 18 meses después sin que fueran llamados a declarar. Y encima después, en el juicio, el juez Gómez Bermúdez utilizó como argumento, para descartar el testimonio de la madre de Zougham... ¡que no había prestado declaración durante la fase de instrucción! ¡Toma del frasco!
Claro que Zougham se intentó defender, igual que su familia le intentó defender e igual que sus abogados le intentaron defender ¿Que todo el mundo podía haber hecho más? Por supuesto. Todos podíamos haber hecho mucho más en el tema del 11-M. ¿O acaso no podíamos también todos los periodistas de este país, empezando por mí mismo, habernos preocupado de contrastar la coartada de Zougham mucho antes? Pero cada día tiene sólo 24 horas, y cuando tienes dos mil hilos de los que tirar, no puedes tirar de todos al mismo tiempo. Y te ves forzado a elegir a cuáles de esos hilos dedicas el tiempo no infinito del que dispones. Además, ahora resulta muy fácil contemplar las cosas desde la lejanía temporal y preguntarse por qué no se hizo esto o por qué no se hizo lo otro, pero lo cierto es que la situación es ahora muy, muy diferente. Hasta que no pasaron casi dos años del atentado, te arriesgabas a que te partieran la cara por fascista, simplemente por atreverte a defender en público... ¡la actuación de Aznar! ¿O es que se nos ha olvidado ya a todos cómo eran las cosas en 2004 y 2005? Así que como para atreverte a cuestionar oficialmente la culpabilidad de ese Zougham a quien nos presentaron desde el minuto uno como un sangriento asesino capaz de masacrar a 192 personas.Zougham estaba irremisiblemente condenado desde el principio, independientemente de qué abogado le defendiera, porque los intereses en juego eran demasiado grandes. No en vano dijo un responsable policial en el juicio que la detención de Zougham había sido "la mejor decisión de nuestra vida".
Aunque quizá esa frase tenga una lectura mucho menos obvia de lo que algunos lectores del blog imaginan.
L. del Pino.
¿Qué dirán, ahora, Quique el sectario o El monstruo cuellicorto?

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