DIARIO NACIONAL.-: MOHAMED TOMA PRENDA XIII. AGOSTO.-

POR FIN, EL ATAQUE. MOHAMED COMIENZA A TOMAR PRENDAS.

LA SITUACION GENERAL.
Cuando llegó el mes de Agosto, el gobierno deseoso de aparentar normalidad y en un claro e imposible ejercicio de hacer coincidir sus proclamas propagandísticas con la realidad, deseó unas felices vacaciones a todo el funcionariado civil y militar e instó a tomar vacaciones para así “poder normalizar la vida pública en el mes de Septiembre cuando se proponía dinamizar aun mas, la vida social, política y económica del país”.
Lo peor del caso, es que la mayoría siguió sus consignas y las Fuerzas Armadas estaban en cuadro. El AJEMA, Almirante Sillero – que creía tener ya un pie fuera del despacho – se negó a abandonar su despacho. En constante contacto con el Oficial de mayor graduación en la Base de Rota, estableció la adjudicación de plazas provisionales de fortuna para poder sacar a la mar a los buques, caso de que fuesen atacados. Si bien no eran buques aptos para el combate debido a la carencia de buena parte de su tripulación titular, al menos esperaba que pudiesen huir hacia El Ferrol, en caso necesario.
En Canarias y en los Mandos naval y aéreo de Canarias, en un claro desafío a las directrices gubernamentales, nadie se movió de su sitio, si bien con el pretexto de que tomarían las vacaciones en las Islas, lo que era completamente incierto.
En Ceuta y en Melilla, las cosas discurrieron de maneras opuestas: en tanto en Ceuta, todo el mundo quedó, con más o menos disimulo, en su puesto, en Melilla la desbandada fue general.
En la Brigada de Artillería del Estrecho, su General, Barbadillo Gross, se las ingenió para dividir las vacaciones del personal entre los tres meses de verano, con carácter “voluntario” – con la aquiescencia de los interesados – y siempre podía contar con, al menos, un tercio del personal. El resto de las necesidades – si eran requeridas – lo dejaría a la tradicional improvisación latina.
Quiso la mala suerte que el día quince de Agosto, se correspondiese con un viernes, por lo que los españoles pudieron organizar un puente en plenas vacaciones. Así, aquellos que no las disfrutaban en esos días, se encontraron con una posibilidad más de festejo.
Poco antes del alba, se desencadenó todo. De manera simultánea, fueron atacados Chafarinas, Melilla, Ceuta, Rota y Los Llanos.
ISLAS CHAFARINAS.
En Chafarinas – donde solo había, circunstancialmente, una Sección de Regulares – llegaron en silencio por mar, en balsas neumáticas desde la costa y pasaron a cuchillo a los hombres e hicieron prisioneras a las tres mujeres presentes, a las que llevaron hasta Berkane, a unos 15 Km. de la costa, según comunicaron desde los Estados Unidos, con posterioridad.
MELILLA.
En Melilla, coincidieron un ataque aéreo de parte de los viejos F5 – dados de baja en España en 1992, tras ejercer al final de su vida como aviones escuela en Talavera la Real - basados en Uxda – Oujda - y Taza, con una insurrección de la población bereber – muchos de ellos de nacionalidad española – bandera de conveniencia – que determinaron el caos. A las once de la mañana, todo había terminado. Clavados en cruces improvisadas, se encontraban los cuerpos de buena parte de los máximos responsables militares – también algunos civiles – sacerdotes y hasta el Vicario General de la Diócesis, que estaba de visita pastoral. Los Estados Unidos, muy activos en esos días, proporcionaron fotografías aéreas espeluznantes, también de cuerpos sin vida de niños – preferentemente judíos – colgados hasta desangrarse y morir en las verjas del Parque Hernández. Muchas mujeres fueron raptadas y llevadas hasta la cercana Nador, desde donde se organizó un servicio de saqueo de las viviendas melillenses, muy efectivo.
CEUTA.
En Ceuta los moros intentaron parecida cosa, pero allí, las disposiciones eran diferentes. Por un lado, desde la Brigada de Artillería del Estrecho, se frenó en seco el ataque aéreo con el resto de los F5. Hasta personal de cocina participó como ayudantes en las lanzaderas de misiles y los quince aviones fueron derribados. La insurrección se inició sin demasiada fe, al ver caer al mar a “sus” aviones y los militares españoles, disparando a todo lo que se movía, la abortaron. Más de cinco mil cuerpos inertes daban fe de ello, en tanto que “motivados” por las consignas – proclamadas por su cuenta – del jefe de Estado Mayor del Ejército - de visita a la Plaza - General Gil Remacho, se produjo un éxodo masivo de la población de origen bereber, a los que los militares españoles, pusieron “puente de plata”.
Este éxodo impidió el rápido avance del Batallón de Carros estacionado a unos veinte kilómetros de Ceuta y, cuando quisieron avanzar, tras coordinar en la medida de lo posible, la marea humana que circulaba en dirección contraria, aviones y helicópteros de los Estados Unidos de la VI Flota – presionados por la mas que probable reacción del lobby judío en su país cuando conociesen los hechos de Melilla – los disuadieron, con su sola y discreta presencia, de proseguir el avance.
BASE AEREA DE LOS LLANOS (ALBACETE).
Situado a 300 millas de Uxda, se valieron de los también vetustos Mirage F1, para destruir las instalaciones y los restantes aparatos – salvo los pertenecientes al Ala 14, en Canarias al mando del Tte. Col. Roses – en el suelo. No había nadie de guardia. Solo estaban los moritos expulsados de Canarias, que habían sido “recolocados” en respeto a “sus derechos”. Ello fueron los observadores “adelantados”.
ROTA Y EL GRUPO ALFA.
Para su “gran objetivo” – el Grupo Alfa – se valieron de la flor y nata de su Arma Aérea: los F 16 comprados – ya usados – a Arabia Saudita. Era un vuelo mucho más corto, 160 millas, que el realizado hasta Los Llanos, por lo que pudieron efectuar dos salidas consecutivas. En la primera, inutilizaron la Base de Rota y hundieron al Grupo Alfa completo, pese a los actos de valor heroico de sus tripulaciones improvisadas, que consiguieron hacerse a la mar, si bien solamente para modificar el lugar de hundimiento de sus buques, incluso alguna de las Fragatas consiguió derribar dos aviones antes de sucumbir. Las bajas españolas fueron numerosas. En la segunda, ametrallaron a la población civil de la comarca.
CANARIAS.
En las Islas, estaban seguros de la inminente invasión, por lo que el General Soriano ordenó un “reconocimiento en fuerza”, apoyando a los aviones para tal misión, con los del Ala 14.
La Contralmirante Larrarte lo dispuso todo para combatir en el mar y no permitir que ningún buque fuese encontrado en su base. Y hasta la Tte. Mogaburo, sin misión concreta, dispuso atrincherarse con su sección en las playas cercanas a Gando, por si era aquella la zona de invasión. Repetía su frase: “por aquí no pasa ni Dios”.
Estaba claro que, hundido el Grupo Alfa, la invasión sería al día siguiente: los datos recogidos por el reconocimiento aéreo, así lo confirmaban. Pero el gobierno continuaba creyendo – lo creía el gobierno y nadie mas - sus mentiras y milongas: Mora-tinos detendría el desembarco.
LA PERPLEJA OPINION PUBLICA ESPAÑOLA. EL HOMBRE QUE PREGONABA SU ANSIA INFINITA DE PAZ, HABIA METIDO AL PAIS EN UNA GUERRA.
La gente despertó con la noticia y se preguntaba que hacía el gobierno. La respuesta era inexistente. Desde Doñana, solo se escuchaba el silencio – el trino de los pájaros - y el resto del gobierno permanecía “desaparecido” en espera de la respuesta del presidente. “De guardia” en Madrid estaba el marxista leninista López Garrido, que se limitó a “quitar importancia” al “incidente”, anunciando una posterior conferencia de prensa del máximo responsable. Todavía confiaba en poder cobrar su pensión de jubilación.
Por fin – coincidiendo con la hora del telediario – el presidente anunció que Mora-tinos, volaba hacia Rabat a fin de conferenciar “con nuestros amigos marroquíes”. No se permitieron preguntas en la rueda de prensa y los periodistas, abandonaron la misma en pública protesta por el hermético laconismo presidencial.
España estaba en sus horas mas bajas desde 1898. Entonces, la derrota en Cavite fue sabida en Madrid, a la salida de una tarde de toros. En esta ocasión a la hora de comer tras acudir a la playa. Venía a ser lo mismo; continuaban dando la espalda a la realidad.
Las dos últimas fotografías, el parque melillense y un F5.

OTROS ARTICULOS DE "LA SAGA":