MOHAMED TOMA PRENDA V. JUNIO.-

LAS FOTOGRAFIAS; TAN CONFLICTIVAS, COMO PREOCUPANTES.
El hecho de que el gobierno ocultase las fotografías solamente había servido para que buena parte de la prensa, se preguntase el derecho de los gobernantes para tal ocultación. El Gobierno de los Estados Unidos – probablemente para incordiar a los dirigentes españoles – había hecho públicas algunas fotografías tomadas desde satélite, con lo que el secreto lo era, ya, a voces. Una abigarrada flota de “barquitos”, la versión marrueca de nuestros “bous” de la Guerra Civil y hasta simples botes – la mayoría de nueva construcción - se apretaban en los puertos de Essaouira, Agadir, Sidi Ifni y El Aaiún, en cantidad muy superior a la acostumbrada.
El Almirante Sillero, exigió el inmediato traslado del Grupo Alfa y el Galicia, a la base de El Ferrol, pero el gobierno se empecinaba en ignorar la realidad y, por su parte, la Capitana de Navío Larrarte, recibía el ascenso a Contralmirante, solicitando permanecer en su puesto, hasta que la crisis fuese superada y tomaba la decisión de mantener una Patrullera en las proximidades de la otra Plataforma petrolífera intacta aun. En Ceuta y en Melilla, ambos Comandantes Generales – Salvador Báez y Pepe Alos, respectivamente - decidieron establecer patrullas especiales nocturnas y, con ayuda de la Guardia Civil y las correspondientes autorizaciones judiciales, se procedió al registro de varias edificaciones en la Barriada del Príncipe Alfonso, donde se halló un verdadero arsenal de armas, municiones y explosivos, “curiosamente” Titadyne, todo ello, en Ceuta con la colaboración entusiasta del vehemente Coronel Gerardo Rodríguez. El gobierno se enteraba de algunas de estas medidas por los medios de comunicación y, desde el Grupo Prisa, se le instaba a “mantener la disciplina”. El Almirante Sillero, adelantó unas maniobras navales varios meses, con lo que consiguió sacar de la ratonera roteña, a las unidades allí basadas, pero a los pocos días, el gobierno las suspendió y los buques hubieron de volver a Rota. Y el ministro Mora – tinos, emprendió un viaje oficial a Marruecos, desde donde realizó unas muy optimistas declaraciones que, naturalmente, nadie tomó en serio.
El ex Presidente Aznár, siempre patriota, visitó discretamente la Casa Blanca y pidió ayuda al Presidente Giuliani, quien le prometió que hablaría, de nuevo, con Mohamed VI, pero poco mas: no confiaba en Corto Zapatero, ni creía que fuese merecedor de ayuda alguna.
En Los Llanos, se incorporaba, como Jefe del Ala 14, el Teniente Coronel Roses. De inmediato, dispuso revisiones exhaustivas de los Mirage F 1, bajo su mando. “No quiero que me cojan con los rulos puestos”, había manifestado a sus subordinados.
Un movimiento imprevisto de magrebíes hacia la zona de Alicante – donde habitaban regularmente muchos marroquíes y argelinos – puso en guardia a los responsables del orden en aquella provincia, si bien y pese a ello, menudearon los incidentes. Mujeres españolas fueron insultadas debido a su vestimenta veraniega y hubo, incluso, un conato de lapidación.
Informaciones de fuentes creíbles, hacían saber del traslado de un batallón de carros de combate estacionado en el Sahara Occidental, hasta las proximidades del puerto de El Aaiún. Los marroquíes estaban tan seguros de si mismos, que no ocultaban los movimientos de sus tropas. Como consecuencia, Aznár volvió a la Casa Blanca para confirmar la noticia: obtuvo la confirmación tan indeseada. Y añadió que otro batallón, en jornadas nocturnas, se dirigía al Norte, desde la misma zona.
Spanair y otras líneas aéreas, habían suspendido sus vuelos a las Islas canarias, donde se comenzaba a sentir cierta sensación de abandono y soledad. Los mismos alcaldes que impidieron en su día, la instalación de radares, clamaban por una mayor protección por parte del “gobierno central” y algunas cancillerías europeas, realizaban planes de evacuación de sus conciudadanos allí residentes.

FOTOGRAFIAS:

1 y 2.- Los barcos en puertos marroquíes.

3, 4, 5 y 6.- Puerto marroquíes.

7.- Plataforma petrolífera.

8.- Interior de un carro M60.

9.- Parte del Batallón de carros M 60, detenidos en un oasis, en su camino hacia el Norte.