La interpretación mayoritaria entre los analistas considera que la operación Gürtel tiene por finalidad desprestigiar al PP en vísperas de las elecciones vascas y gallegas. Es posible que haya algo de esto, pero no es lo único, ni lo más importante.
Es verdad que los socialistas están convencidos de que España es de izquierdas y que eso les atribuye el derecho a ganar todas las elecciones que se convoquen, lo que a su vez justifica hacer lo que sea para impedir perderlas, si es que hay peligro de que eso ocurra. Pero no se entiende que recurran a un escándalo que no tiene nada que ver ni con Galicia ni con el País Vasco para desacreditar a Basagoiti y a Feijóo. Mucho más cuando aquél no tiene ninguna posibilidad y éste, a pesar de haber recortado distancias, aun está lejos de poder ganar con mayoría absoluta.
La finalidad tiene que ser otra. Debe recordarse que este escándalo surge poco después de haber sido alanceada Esperanza Aguirre en El País con ocasión del escándalo del espionaje a miembros de su gabinete. Al examinar el hecho, los analistas hemos cometido el error de creer que el que filtró la información buscaba necesariamente beneficiarse con ello. Por eso, unos apuntaron al PSOE, que estaría intentando tapar las pésimas noticias que diariamente nos da la economía, y otros señalaron al entorno de Rajoy y Gallardón, que estarían tratando de desembarazarse de Esperanza Aguirre como rival a presidir el PP en 2012. Pero, nadie consideró la la posibilidad de que fuera uno quien filtró y otro quien se benefició. En efecto, la filtración pudo proceder del entorno del PSOE, no para tapar nada, sino para proteger a Rajoy de Esperanza Aguirre, obvia candidata a sucederle en el muy probable caso de que el PP pierda las elecciones europeas.
Hace unos días, la Sexta, la cadena de televisión más próxima a Zapatero, hizo público un vídeo grabado varios días antes en los que se puede contemplar una "versión" de Gallardón que cuando menos hace dudar de que sea, como pretende, el mejor de los presidentes posibles. Aquí no hay duda de la responsabilidad socialista en la decisión de ofrecer al público el vídeo. Pero, nuevamente, el beneficiado es Rajoy, que ve como pocas semanas después de ser desacreditada como sucesora Esperanza Aguirre, lo es igualmente, también desde un medio de izquierdas, el otro rival que desafía su liderazgo.
Por lo tanto, cuando se trata de analizar la operación Gürtel, la pregunta no es por qué es atacado el PP ahora y contestar que porque es ahora cuando hay elecciones en Galicia y en el País Vasco. La pregunta que verdaderamente hay que hacerse es otra. Si los socialistas están empeñados en proteger el liderazgo de Rajoy, si ya han empezado a defenderlo de sus dos rivales más obvios, si los encausados en Gürtel no parecen tener relación ni con Aguirre ni con Gallardón, ¿de quién están protegiendo a Rajoy?
La presencia en la causa de tantos invitados a la boda de la hija de Aznar sugiere el nombre del ex presidente como la pieza a batir, mucho más ahora que daba la impresión de que estaba sopesando volver. Pero lo que Rajoy debería preguntarse no es tanto esto, como por qué los socialistas se esfuerzan tanto en atrincherar su liderazgo. Esta pregunta sí que se contesta sola.
E. Capmany. Libertad Digital
Es verdad que los socialistas están convencidos de que España es de izquierdas y que eso les atribuye el derecho a ganar todas las elecciones que se convoquen, lo que a su vez justifica hacer lo que sea para impedir perderlas, si es que hay peligro de que eso ocurra. Pero no se entiende que recurran a un escándalo que no tiene nada que ver ni con Galicia ni con el País Vasco para desacreditar a Basagoiti y a Feijóo. Mucho más cuando aquél no tiene ninguna posibilidad y éste, a pesar de haber recortado distancias, aun está lejos de poder ganar con mayoría absoluta.
La finalidad tiene que ser otra. Debe recordarse que este escándalo surge poco después de haber sido alanceada Esperanza Aguirre en El País con ocasión del escándalo del espionaje a miembros de su gabinete. Al examinar el hecho, los analistas hemos cometido el error de creer que el que filtró la información buscaba necesariamente beneficiarse con ello. Por eso, unos apuntaron al PSOE, que estaría intentando tapar las pésimas noticias que diariamente nos da la economía, y otros señalaron al entorno de Rajoy y Gallardón, que estarían tratando de desembarazarse de Esperanza Aguirre como rival a presidir el PP en 2012. Pero, nadie consideró la la posibilidad de que fuera uno quien filtró y otro quien se benefició. En efecto, la filtración pudo proceder del entorno del PSOE, no para tapar nada, sino para proteger a Rajoy de Esperanza Aguirre, obvia candidata a sucederle en el muy probable caso de que el PP pierda las elecciones europeas.
Hace unos días, la Sexta, la cadena de televisión más próxima a Zapatero, hizo público un vídeo grabado varios días antes en los que se puede contemplar una "versión" de Gallardón que cuando menos hace dudar de que sea, como pretende, el mejor de los presidentes posibles. Aquí no hay duda de la responsabilidad socialista en la decisión de ofrecer al público el vídeo. Pero, nuevamente, el beneficiado es Rajoy, que ve como pocas semanas después de ser desacreditada como sucesora Esperanza Aguirre, lo es igualmente, también desde un medio de izquierdas, el otro rival que desafía su liderazgo.
Por lo tanto, cuando se trata de analizar la operación Gürtel, la pregunta no es por qué es atacado el PP ahora y contestar que porque es ahora cuando hay elecciones en Galicia y en el País Vasco. La pregunta que verdaderamente hay que hacerse es otra. Si los socialistas están empeñados en proteger el liderazgo de Rajoy, si ya han empezado a defenderlo de sus dos rivales más obvios, si los encausados en Gürtel no parecen tener relación ni con Aguirre ni con Gallardón, ¿de quién están protegiendo a Rajoy?
La presencia en la causa de tantos invitados a la boda de la hija de Aznar sugiere el nombre del ex presidente como la pieza a batir, mucho más ahora que daba la impresión de que estaba sopesando volver. Pero lo que Rajoy debería preguntarse no es tanto esto, como por qué los socialistas se esfuerzan tanto en atrincherar su liderazgo. Esta pregunta sí que se contesta sola.
E. Capmany. Libertad Digital
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