Entre los múltiples éxitos económicos y sociales que los países Occidentales han logrado, con esfuerzo, tecnología y productividad, hay también ciertas sombras.
Lo que parecía un logro, el individualismo, que entre otras cosas conseguía más contribuyentes solventes, tenía como contrapartida el abandono del núcleo familiar, y su disolución primada después.
En eso hemos estado todos estos años y la izquierda, impune e inmune lo abanderaba como propio logro.
El ataque a la familia y al núcleo familiar se hace desde varios frentes, por ejemplo el fiscal. También promoviendo minorías, no respetándolas, que es lo lógico, sino fomentándolas. Y finalmente con escasas o nulas ayudas a la familia en sí misma.
Claro que hay unos más que otros. Las ayudas a las familias en España están a la cola de Europa, porque el modernismo era lo contrario.
Esto además ha hecho dos cosas, que cierto grupos de emigrantes de difícil integración, pero con voluntad de permanencia a toda costa, donde el núcleo familiar si es una tradición, la numerosa prole una “obligación, y además se ha facilitado con el fácil agrupamiento permitido, hayan crecido en numero e influencia, y que los “nativos”, hayan perdido terreno y protección, ya que tener y cuidar niños es muy caro y cuidar a los mayores es imposible en la estructura semifamiliar promocionada.
Los niños escasean y los viejos estorban.
Es la premonición del fin le la civilización que tan altas cotas de prosperidad y tantos éxitos y derechos ha conseguido.
Moriremos de éxito y nos ahogaremos en tantos derechos, ya que no podemos nadar en ellos, ni podemos tampoco permitírnoslo ni mucho menos extenderlos a toda la población, ni a los inmigrantes y a sus familiares.
La debilidad de los grupos de inmigrantes que tienen el núcleo familiar fuera, esta mostrando su cara en estos momentos de crisis, porque su voluntad de no permanencia sino de conseguir dinero para enviar al extranjero donde residen los demás miembros que de ellos dependen se ve mermada o extinta. Por eso vuelven, se regresan al núcleo, ya que aquí están solos y sin apoyos, y al fallarles el trabajo, los ingresos, quedan expuestos al hambre o a la delincuencia.
Los ataques a la Iglesia tampoco son ajenos a este asunto. Entiendo la separación de los estamentos y la no injerencia en las creencias individuales libres y consentidas.
No así en ciertas “tradiciones” trogloditas que no debemos de consentir de ciertos grupos religiosos que tratan de imponernos. Pero la modernidad de atacar a la Iglesia es atacar a quien promueve el núcleo familiar y a quien además hace una labor de cuidado de ancianos, enfermos y discapacitados que el Estado no podría de otra manera permitírselo, de ahí que amaguen pero no traspasen. Y sin contar con la educación en la que están muy involucrados, ya que el Estado tampoco puede atender a tanto frente al estar en otras cosas de más “lustre” demagógico y captador de voto que no voy a calificar, además de tener que fumigar dinero a espuertas para mantener esas alianzas que permiten al Gobierno continuar en su mandato.
Proteger el núcleo familiar, incentivar a la familia, proteger y abaratar los nacimientos y la educación desde las guarderías, que se ayuden y se protejan entre ellos y que los abuelos permanezcan en casa es lo eficaz. Es lo que además ha conseguido que grupos, etnias, religiones y grupos, hayan sobrevivido cientos o miles de años.
A reflexionar.
L. Soriano.
Lo que parecía un logro, el individualismo, que entre otras cosas conseguía más contribuyentes solventes, tenía como contrapartida el abandono del núcleo familiar, y su disolución primada después.
En eso hemos estado todos estos años y la izquierda, impune e inmune lo abanderaba como propio logro.
El ataque a la familia y al núcleo familiar se hace desde varios frentes, por ejemplo el fiscal. También promoviendo minorías, no respetándolas, que es lo lógico, sino fomentándolas. Y finalmente con escasas o nulas ayudas a la familia en sí misma.
Claro que hay unos más que otros. Las ayudas a las familias en España están a la cola de Europa, porque el modernismo era lo contrario.
Esto además ha hecho dos cosas, que cierto grupos de emigrantes de difícil integración, pero con voluntad de permanencia a toda costa, donde el núcleo familiar si es una tradición, la numerosa prole una “obligación, y además se ha facilitado con el fácil agrupamiento permitido, hayan crecido en numero e influencia, y que los “nativos”, hayan perdido terreno y protección, ya que tener y cuidar niños es muy caro y cuidar a los mayores es imposible en la estructura semifamiliar promocionada.
Los niños escasean y los viejos estorban.
Es la premonición del fin le la civilización que tan altas cotas de prosperidad y tantos éxitos y derechos ha conseguido.
Moriremos de éxito y nos ahogaremos en tantos derechos, ya que no podemos nadar en ellos, ni podemos tampoco permitírnoslo ni mucho menos extenderlos a toda la población, ni a los inmigrantes y a sus familiares.
La debilidad de los grupos de inmigrantes que tienen el núcleo familiar fuera, esta mostrando su cara en estos momentos de crisis, porque su voluntad de no permanencia sino de conseguir dinero para enviar al extranjero donde residen los demás miembros que de ellos dependen se ve mermada o extinta. Por eso vuelven, se regresan al núcleo, ya que aquí están solos y sin apoyos, y al fallarles el trabajo, los ingresos, quedan expuestos al hambre o a la delincuencia.
Los ataques a la Iglesia tampoco son ajenos a este asunto. Entiendo la separación de los estamentos y la no injerencia en las creencias individuales libres y consentidas.
No así en ciertas “tradiciones” trogloditas que no debemos de consentir de ciertos grupos religiosos que tratan de imponernos. Pero la modernidad de atacar a la Iglesia es atacar a quien promueve el núcleo familiar y a quien además hace una labor de cuidado de ancianos, enfermos y discapacitados que el Estado no podría de otra manera permitírselo, de ahí que amaguen pero no traspasen. Y sin contar con la educación en la que están muy involucrados, ya que el Estado tampoco puede atender a tanto frente al estar en otras cosas de más “lustre” demagógico y captador de voto que no voy a calificar, además de tener que fumigar dinero a espuertas para mantener esas alianzas que permiten al Gobierno continuar en su mandato.
Proteger el núcleo familiar, incentivar a la familia, proteger y abaratar los nacimientos y la educación desde las guarderías, que se ayuden y se protejan entre ellos y que los abuelos permanezcan en casa es lo eficaz. Es lo que además ha conseguido que grupos, etnias, religiones y grupos, hayan sobrevivido cientos o miles de años.
A reflexionar.
L. Soriano.
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