Arriba: el que lo intenta arreglar. Abajo: la incompetente - separatista.
TRATA DE DAR POR ZANJADA LA POLÉMICA CON OBAMA. EL GOBIERNO ADMITE AHORA QUE LAS EXPLICACIONES SOBRE KOSOVO FUERON INSUFICIENTES.
Bernardino León, tras tratar de suavizar la reacción de EEUU por la salida de Kosovo, ha dicho en la Ser que las palabras de Chacón "no sirvieron para explicar, hasta el punto que hubiera sido necesario", la decisión. Después intentó matizar la crítica. No ve más errores que éste.
EL PAÍS, CONTRA LA RETIRADA Y CHACÓN
Los intentos de suavizar la "decepción" de Obama
GEES. La espantá
En una entrevista en la Cadena Ser, Bernardino León Gross se ha referido a su reunión con el secretario de Seguridad de EE.UU., James Jones, en la que trató de calmar los ánimos del Gobierno de Obama después de que este se declarase "decepcionado" tras el anuncio de la salida de las tropas españolas de Kosovo.A preguntas de la periodista, León ha reconocido que con unas explicaciones más amplias "se habría evitado" la reacción de EEUU. "El anuncio lo hizo la ministra de Defensa, explicando que se trataría de una salida gradual", apuntó, pero, en su opinión, "no sirvieron para explicar, hasta el punto que hubiera sido necesario, la voluntad de España de coordinarlo en el tiempo" y de atender los objetivos de la misión que, por cierto, Chacón dio por cumplida.
"Una vez que se ha explicado esto", que "se va a hacer plenamente coordinado" con la OTAN, "la reacción de EEUU es de plena comprensión", dijo Bernardino León en los micrófonos de la Ser.No quiso hablar más de lo que ya lo había hecho sobre Chacón y el momento del anuncio sobre las tropas: "La ministra consideró oportuno hacerlo en su visita y no quiero ser yo quien juzgue esa oportunidad". "Estas cosas son así, se anuncian en el momento que cada ministro lo considera oportuno", continuó León antes de afirmar que "EEUU ha pasado página" tras la, a su juicio, "pequeña reacción inicial".
UNA RELACIÓN INTENSA.
Horas después, en Málaga, Bernardino León definió como "intensa y extraordinaria" la relación con Estados Unidos y trató de enfatizar la "comprensión y el respeto", dijo, del Gobierno estadounidense a la decisión de España de retirar sus tropas de Kosovo.Señaló que durante la reunión informó con "detenimiento" del fondo y del proceso de la decisión y ha anunciado que la reacción norteamericana ante las explicaciones fue "de pleno respeto". León espera que el resto de países europeos comprendan la decisión al igual que lo ha hecho el Gobierno de EEUU, y señaló que la salida de las tropas de Kosovo será "gradual" y de modo "coordinado".Respecto a la conveniencia de haber esperado a la próxima cumbre de la OTAN, León dijo que, si la ministra consideró oportuno hacerlo en su visita a las tropas, él no va juzgar esa oportunidad. Ha insistido en que se informó antes a "nuestros socios a través de una carta del embajador en la OTAN al resto de embajadores de los países miembros".Para León, "todo quedará en una pequeña reacción inicial debida a esta interpretación, que pudiera pensar que se podían hacer las cosas de otros modo, pero se ha pasado página". A su juicio, "no hay problema, todo lo contrario", y la reacción es de que España es uno de los grandes aliados "y lo va a ser más en esta etapa".
MATIZA LA CRÍTICA A CHACÓN.
Cuestionado por si quizás la medida no se explicó adecuadamente por parte de la ministra de Defensa, como apuntó en la Ser, indicó que ella "dio instrucciones para que se enviaran cartas a los embajadores en la OTAN, posteriormente, hizo el anuncio y creo que ella ha dado las explicaciones oportunas". En todo caso, apuntó, "si hay alguna información que ampliar, ella misma lo hará la próxima semana en el Parlamento".
León insistió en que las relaciones con Estados Unidos pasan por "un momento intenso" y recordó que "en a penas 100 días, los ministros de Exteriores ya se han reunido, el ministro del Interior tuvo recientemente también un encuentro con su colega, los presidentes han hablado por teléfono, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero también ha hablado con el vicepresidente".
TRATA DE DAR POR ZANJADA LA POLÉMICA CON OBAMA. EL GOBIERNO ADMITE AHORA QUE LAS EXPLICACIONES SOBRE KOSOVO FUERON INSUFICIENTES.
Bernardino León, tras tratar de suavizar la reacción de EEUU por la salida de Kosovo, ha dicho en la Ser que las palabras de Chacón "no sirvieron para explicar, hasta el punto que hubiera sido necesario", la decisión. Después intentó matizar la crítica. No ve más errores que éste.
EL PAÍS, CONTRA LA RETIRADA Y CHACÓN
Los intentos de suavizar la "decepción" de Obama
GEES. La espantá
En una entrevista en la Cadena Ser, Bernardino León Gross se ha referido a su reunión con el secretario de Seguridad de EE.UU., James Jones, en la que trató de calmar los ánimos del Gobierno de Obama después de que este se declarase "decepcionado" tras el anuncio de la salida de las tropas españolas de Kosovo.A preguntas de la periodista, León ha reconocido que con unas explicaciones más amplias "se habría evitado" la reacción de EEUU. "El anuncio lo hizo la ministra de Defensa, explicando que se trataría de una salida gradual", apuntó, pero, en su opinión, "no sirvieron para explicar, hasta el punto que hubiera sido necesario, la voluntad de España de coordinarlo en el tiempo" y de atender los objetivos de la misión que, por cierto, Chacón dio por cumplida.
"Una vez que se ha explicado esto", que "se va a hacer plenamente coordinado" con la OTAN, "la reacción de EEUU es de plena comprensión", dijo Bernardino León en los micrófonos de la Ser.No quiso hablar más de lo que ya lo había hecho sobre Chacón y el momento del anuncio sobre las tropas: "La ministra consideró oportuno hacerlo en su visita y no quiero ser yo quien juzgue esa oportunidad". "Estas cosas son así, se anuncian en el momento que cada ministro lo considera oportuno", continuó León antes de afirmar que "EEUU ha pasado página" tras la, a su juicio, "pequeña reacción inicial".
UNA RELACIÓN INTENSA.
Horas después, en Málaga, Bernardino León definió como "intensa y extraordinaria" la relación con Estados Unidos y trató de enfatizar la "comprensión y el respeto", dijo, del Gobierno estadounidense a la decisión de España de retirar sus tropas de Kosovo.Señaló que durante la reunión informó con "detenimiento" del fondo y del proceso de la decisión y ha anunciado que la reacción norteamericana ante las explicaciones fue "de pleno respeto". León espera que el resto de países europeos comprendan la decisión al igual que lo ha hecho el Gobierno de EEUU, y señaló que la salida de las tropas de Kosovo será "gradual" y de modo "coordinado".Respecto a la conveniencia de haber esperado a la próxima cumbre de la OTAN, León dijo que, si la ministra consideró oportuno hacerlo en su visita a las tropas, él no va juzgar esa oportunidad. Ha insistido en que se informó antes a "nuestros socios a través de una carta del embajador en la OTAN al resto de embajadores de los países miembros".Para León, "todo quedará en una pequeña reacción inicial debida a esta interpretación, que pudiera pensar que se podían hacer las cosas de otros modo, pero se ha pasado página". A su juicio, "no hay problema, todo lo contrario", y la reacción es de que España es uno de los grandes aliados "y lo va a ser más en esta etapa".
MATIZA LA CRÍTICA A CHACÓN.
Cuestionado por si quizás la medida no se explicó adecuadamente por parte de la ministra de Defensa, como apuntó en la Ser, indicó que ella "dio instrucciones para que se enviaran cartas a los embajadores en la OTAN, posteriormente, hizo el anuncio y creo que ella ha dado las explicaciones oportunas". En todo caso, apuntó, "si hay alguna información que ampliar, ella misma lo hará la próxima semana en el Parlamento".
León insistió en que las relaciones con Estados Unidos pasan por "un momento intenso" y recordó que "en a penas 100 días, los ministros de Exteriores ya se han reunido, el ministro del Interior tuvo recientemente también un encuentro con su colega, los presidentes han hablado por teléfono, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero también ha hablado con el vicepresidente".
OTAN. LOS BUEYES Y LA CARRETA.-
Hoy Occidente está sumido en una crisis de difícil cuantificación. No se trata sólo de una crisis económica; ésta no es más que la expresión de una crisis mucho más profunda y mucho más peligrosa, que afecta a la civilización occidental en cuanto tal. Crisis que tiene sus manifestaciones no sólo en la economía, sino en otras áreas de la sociedad occidental; en el arte, en los medios de comunicación, en sus instituciones políticas. También en su política exterior y estratégica.
La crisis es doble: moral e intelectual. Estratégicamente, Occidente muestra su debilidad moral en Gaza, justificando a quienes tienen por objetivo expreso acabar con cualquier vestigio occidental en la orilla sur del Mediterráneo. Muestra su debilidad en el apaciguamiento diplomático ante el expansionismo ruso, que se cierne sombrío sobre ex repúblicas soviéticas y ex miembros del Pacto de Varsovia. La muestra en relación con Irán, que camina lento pero seguro hacia su bomba nuclear. Y la muestra, en fin, hacia los Estados y grupos terroristas que tienen en la destrucción de la cultura occidental su razón de ser.
Tras el derrumbe del muro, los occidentales creyeron que la democracia había vencido definitivamente. En los noventa entraron en una era de pereza estratégica, de vagancia diplomática que les impidió ver que poco a poco el mundo cambiaba a peor. Hoy es más complicado que hace diez y que hace cinco años. Es en este diagnóstico donde más fallan los occidentales; no reconocen los peligros a los que las democracias se enfrentan, y cuando los reconocen, los minusvaloran. Sus instituciones han perdido las mínimas nociones de bien y de verdad. Se encuentran en un momento delicado, arrastradas por esa crisis cultural que socava su funcionamiento diario. Éstas no son más que la encarnación política y estratégica de los valores de la sociedad occidental. Cuando una sociedad abandona sus principios, sus instituciones pierden su razón de ser. O lo que es lo mismo, cuando los bueyes que tiran del carro occidental pierden sus ganas de avanzar, el carro se para y deja de funcionar.
Lo paradójico del caso es que los occidentales sólo pueden resolver esta crisis cultural echando mano a lo que ya tienen: esas mismas instituciones. Las mismas que son consecuencia de la crisis moral occidental son ahora las únicas que pueden revertirla. Es algo así como poner el carro delante de los bueyes. Difícil, pero necesario. De lo contrario, el fin de Occidente dejará de ser una inquietante posibilidad a ser una realidad histórica. Y de entre todas las instituciones, aquellas implicadas en aspectos más delicados y acuciantes son las primeras que deben dar un paso adelante. Es el caso de la OTAN, aquella que en los últimos sesenta años nos ha defendido de nuestros enemigos. Hoy funciona mal, tiene problemas graves que la aquejan en todos sus niveles. Muestra en sí misma los males que sufre la civilización occidental, puesto que es la expresión de ella.
¿Cómo es posible que la consecuencia de la crisis revierta la causa? ¿Cómo hacer que el carro ponga en marcha los bueyes? ¿Cómo puede la OTAN empujar a Occidente? Hacen falta dos cosas para invertir el orden de las cosas y que la Alianza Atlántica funcione como el bastión de Occidente, tirando de él. En primer lugar, liderazgo político. Es decir, la capacidad de los responsables de la organización y de sus países miembros de ver más allá de las necesidades momentáneas. Es lo que se llama sentido histórico, que se resume en una cuestión: la OTAN no sólo es necesaria, es una necesidad. Y exige políticos y funcionarios a la altura de los tiempos, ilusionantes e ilusionados.
Por eso en segundo lugar, la OTAN sobrevivirá sólo si es ambiciosa en sus objetivos y audaz en sus planteamientos. Hoy en día languidece y no aguantará otros sesenta años así. No vale con la inercia de su comportamiento y de sus éxitos puntuales, como no vale dejarla morir lentamente por desacuerdo entre sus miembros. Si en 1949 nació como la encarnación de dos conceptos, el de la democracia parlamentaria y el de Occidente, tanto uno como otro deben seguir siendo el objetivo fundamental. Defender los regímenes democráticos allí donde se encuentren amenazados; valorar y defender los valores occidentales, los únicos capaces de encarnarse en una sociedad que proporciona un bienestar político y moral desconocido para la humanidad. Acudir en ayuda de los demócratas que la necesiten es lo mínimo que puede hacer una OTAN global, sea en Israel, en Corea del Sur o en Irak. Hacerlo así, comprometerse con la democracia allí es la mejor forma de valorarla y revalorizarla aquí.
La OTAN es no sólo un instrumento válido de Occidente, sino un valor capaz de revitalizarlo. Pero para ello debe huirse tanto de la inercia como del fatalismo. Hace falta liderazgo en los fines y ambición en los mecanismos de adaptación a los nuevos tiempos. Necesidades ambas que, desde esta institución, valen para revitalizar al decadente Occidente. Basta que el carro se muestre valioso para que los bueyes vuelvan a tirar de él.
GEES. Libertad Digital
El señor León Gross – malagueño y exquisito, como la cerveza “Victoria”, ahora en Sevilla, como no - es uno de los pocos altos cargos que se gana el sueldo, sin estridencias y como un buen español. Se rumorea que podría ser el candidato número 1 a las municipales por su partido.
En su entorno familiar, recuerdan a su tatarabuelo Adolfo Príes Scholtz – el fundador de la familia en Málaga - al que una muerte prematura impidió formar parte del Consejo de Ministros. Es posible que él lo consiga: mimbres tiene, esperemos que tiempo, también.
Hoy Occidente está sumido en una crisis de difícil cuantificación. No se trata sólo de una crisis económica; ésta no es más que la expresión de una crisis mucho más profunda y mucho más peligrosa, que afecta a la civilización occidental en cuanto tal. Crisis que tiene sus manifestaciones no sólo en la economía, sino en otras áreas de la sociedad occidental; en el arte, en los medios de comunicación, en sus instituciones políticas. También en su política exterior y estratégica.
La crisis es doble: moral e intelectual. Estratégicamente, Occidente muestra su debilidad moral en Gaza, justificando a quienes tienen por objetivo expreso acabar con cualquier vestigio occidental en la orilla sur del Mediterráneo. Muestra su debilidad en el apaciguamiento diplomático ante el expansionismo ruso, que se cierne sombrío sobre ex repúblicas soviéticas y ex miembros del Pacto de Varsovia. La muestra en relación con Irán, que camina lento pero seguro hacia su bomba nuclear. Y la muestra, en fin, hacia los Estados y grupos terroristas que tienen en la destrucción de la cultura occidental su razón de ser.
Tras el derrumbe del muro, los occidentales creyeron que la democracia había vencido definitivamente. En los noventa entraron en una era de pereza estratégica, de vagancia diplomática que les impidió ver que poco a poco el mundo cambiaba a peor. Hoy es más complicado que hace diez y que hace cinco años. Es en este diagnóstico donde más fallan los occidentales; no reconocen los peligros a los que las democracias se enfrentan, y cuando los reconocen, los minusvaloran. Sus instituciones han perdido las mínimas nociones de bien y de verdad. Se encuentran en un momento delicado, arrastradas por esa crisis cultural que socava su funcionamiento diario. Éstas no son más que la encarnación política y estratégica de los valores de la sociedad occidental. Cuando una sociedad abandona sus principios, sus instituciones pierden su razón de ser. O lo que es lo mismo, cuando los bueyes que tiran del carro occidental pierden sus ganas de avanzar, el carro se para y deja de funcionar.
Lo paradójico del caso es que los occidentales sólo pueden resolver esta crisis cultural echando mano a lo que ya tienen: esas mismas instituciones. Las mismas que son consecuencia de la crisis moral occidental son ahora las únicas que pueden revertirla. Es algo así como poner el carro delante de los bueyes. Difícil, pero necesario. De lo contrario, el fin de Occidente dejará de ser una inquietante posibilidad a ser una realidad histórica. Y de entre todas las instituciones, aquellas implicadas en aspectos más delicados y acuciantes son las primeras que deben dar un paso adelante. Es el caso de la OTAN, aquella que en los últimos sesenta años nos ha defendido de nuestros enemigos. Hoy funciona mal, tiene problemas graves que la aquejan en todos sus niveles. Muestra en sí misma los males que sufre la civilización occidental, puesto que es la expresión de ella.
¿Cómo es posible que la consecuencia de la crisis revierta la causa? ¿Cómo hacer que el carro ponga en marcha los bueyes? ¿Cómo puede la OTAN empujar a Occidente? Hacen falta dos cosas para invertir el orden de las cosas y que la Alianza Atlántica funcione como el bastión de Occidente, tirando de él. En primer lugar, liderazgo político. Es decir, la capacidad de los responsables de la organización y de sus países miembros de ver más allá de las necesidades momentáneas. Es lo que se llama sentido histórico, que se resume en una cuestión: la OTAN no sólo es necesaria, es una necesidad. Y exige políticos y funcionarios a la altura de los tiempos, ilusionantes e ilusionados.
Por eso en segundo lugar, la OTAN sobrevivirá sólo si es ambiciosa en sus objetivos y audaz en sus planteamientos. Hoy en día languidece y no aguantará otros sesenta años así. No vale con la inercia de su comportamiento y de sus éxitos puntuales, como no vale dejarla morir lentamente por desacuerdo entre sus miembros. Si en 1949 nació como la encarnación de dos conceptos, el de la democracia parlamentaria y el de Occidente, tanto uno como otro deben seguir siendo el objetivo fundamental. Defender los regímenes democráticos allí donde se encuentren amenazados; valorar y defender los valores occidentales, los únicos capaces de encarnarse en una sociedad que proporciona un bienestar político y moral desconocido para la humanidad. Acudir en ayuda de los demócratas que la necesiten es lo mínimo que puede hacer una OTAN global, sea en Israel, en Corea del Sur o en Irak. Hacerlo así, comprometerse con la democracia allí es la mejor forma de valorarla y revalorizarla aquí.
La OTAN es no sólo un instrumento válido de Occidente, sino un valor capaz de revitalizarlo. Pero para ello debe huirse tanto de la inercia como del fatalismo. Hace falta liderazgo en los fines y ambición en los mecanismos de adaptación a los nuevos tiempos. Necesidades ambas que, desde esta institución, valen para revitalizar al decadente Occidente. Basta que el carro se muestre valioso para que los bueyes vuelvan a tirar de él.
GEES. Libertad Digital
El señor León Gross – malagueño y exquisito, como la cerveza “Victoria”, ahora en Sevilla, como no - es uno de los pocos altos cargos que se gana el sueldo, sin estridencias y como un buen español. Se rumorea que podría ser el candidato número 1 a las municipales por su partido.
En su entorno familiar, recuerdan a su tatarabuelo Adolfo Príes Scholtz – el fundador de la familia en Málaga - al que una muerte prematura impidió formar parte del Consejo de Ministros. Es posible que él lo consiga: mimbres tiene, esperemos que tiempo, también.
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