Y a todos los niveles. Es algo imprescindible si queremos seguir avanzando como País, seguir cohesionados como Nación, y encontrar un camino hacia la estabilidad, prosperidad y bienestar general y extensible a todos, al menos en lo básico y más.
Lo más urgente es la regeneración política, y la resurrección de la ética.
Lo más importante es la vuelta a los valores de escala coherente, a la dignidad, al respeto, a la educación, al premio al esfuerzo, al reconocimiento de la brillantez, el apoyo al meritorio , la protección de las víctimas y de los dependientes, la preparación como objetivo, la tecnología como meta, la productividad como norma y la seriedad como norte.
Lo más necesario es exterminar la corrupción, a todos los niveles, la defensa de lo público, la no confusión ni mezcla con lo privado y la escrupulosidad por el uso de lo recaudado.
¿Les parece esto posible? No, o no ni a medio plazo.
La idea del esfuerzo se aprende en casa primero y en los centros de docencia después, terminando por el interés personal del individuo por cultivarse, culturizarse y progresar en las materias o temas en los que se sienta capacitado, o vocacionales.
De momento lo que percibimos en la sociedad es el culto al “pelotazo”, a la “lotería”, a “ser rico”, no a hacerse rico, con esfuerzo, legalidad y honestidad, sino por cualquier medio, que todos, hasta los mas perezosos y holgazanes creen en el Estado de la subvención y en que algo saldrá o caerá del cielo para cambiar sus vidas. El ansia funcionarial, o política, “colocarse”, en el otro mal sentido.
Saber que un alto cargo del Partido de la Leal Oposición, cobra – según él- altísimos ingresos, que le permiten tener mansiones, mayordomos y estratosféricos vehículos, aunque luego, al ver el error cometido por dar exceso de pistas, lo enjuagara con la bolsa, nos desalienta mucho, aunque sean legales y aprobadas, imagínense, si pueden, que sucederá con las prebendas de los que gobiernan. En Gambia, Haití, Somalia, etc., también les gustaría, pero no pueden. En España, tampoco. Créanme, no nos podemos permitir tanto despilfarro ni asalto a las cuentas públicas.
Regeneración en la clase política de vocación permanente , en la Democracia parlamentaria, su uso y sus formas, en las Leyes Electorales, para que cada uno represente lo que sea cierto, del Estado de Derecho para todos, de los sistemas de representación con listas abiertas, de las financiaciones- subvenciones- a partidos , sindicatos, patronales, y “empresarios afines varios”, en el control del gasto publico, en el respeto y la escrupulosidad en el destino de lo recaudado, en las Leyes Fiscales confiscatorias, con impuestos directos impagables, otros “ a cuenta” desproporcionados y con criterios de “devengo” irreales porque la mayoría jamás se cobran, en la situación de los Autónomos, los elevadísimos costos de Contratación que anulan el interés por crear empleo, en la Sanidad pública, en el Poder Judicial- el peor valorado- galardón que con toda la razón se han ganado a pulso, en la Reducción al mínimo de Autonomías y Ayuntamientos, en las fuerzas del Orden, en los servicios de Inteligencia, en la Diplomacia, en el Ejercito, en la Enseñanza y en el ejemplo a las generaciones futuras que deberán heredar este desastre que hemos montado y que no les permitirá en muchos años ser ciudadanos con derechos, prestaciones y vejez asegurada. Todo eso es mucho a regenerar, pero es imprescindible hacerlo.
A reflexionar.
L. Soriano.
Lo más urgente es la regeneración política, y la resurrección de la ética.
Lo más importante es la vuelta a los valores de escala coherente, a la dignidad, al respeto, a la educación, al premio al esfuerzo, al reconocimiento de la brillantez, el apoyo al meritorio , la protección de las víctimas y de los dependientes, la preparación como objetivo, la tecnología como meta, la productividad como norma y la seriedad como norte.
Lo más necesario es exterminar la corrupción, a todos los niveles, la defensa de lo público, la no confusión ni mezcla con lo privado y la escrupulosidad por el uso de lo recaudado.
¿Les parece esto posible? No, o no ni a medio plazo.
La idea del esfuerzo se aprende en casa primero y en los centros de docencia después, terminando por el interés personal del individuo por cultivarse, culturizarse y progresar en las materias o temas en los que se sienta capacitado, o vocacionales.
De momento lo que percibimos en la sociedad es el culto al “pelotazo”, a la “lotería”, a “ser rico”, no a hacerse rico, con esfuerzo, legalidad y honestidad, sino por cualquier medio, que todos, hasta los mas perezosos y holgazanes creen en el Estado de la subvención y en que algo saldrá o caerá del cielo para cambiar sus vidas. El ansia funcionarial, o política, “colocarse”, en el otro mal sentido.
Saber que un alto cargo del Partido de la Leal Oposición, cobra – según él- altísimos ingresos, que le permiten tener mansiones, mayordomos y estratosféricos vehículos, aunque luego, al ver el error cometido por dar exceso de pistas, lo enjuagara con la bolsa, nos desalienta mucho, aunque sean legales y aprobadas, imagínense, si pueden, que sucederá con las prebendas de los que gobiernan. En Gambia, Haití, Somalia, etc., también les gustaría, pero no pueden. En España, tampoco. Créanme, no nos podemos permitir tanto despilfarro ni asalto a las cuentas públicas.
Regeneración en la clase política de vocación permanente , en la Democracia parlamentaria, su uso y sus formas, en las Leyes Electorales, para que cada uno represente lo que sea cierto, del Estado de Derecho para todos, de los sistemas de representación con listas abiertas, de las financiaciones- subvenciones- a partidos , sindicatos, patronales, y “empresarios afines varios”, en el control del gasto publico, en el respeto y la escrupulosidad en el destino de lo recaudado, en las Leyes Fiscales confiscatorias, con impuestos directos impagables, otros “ a cuenta” desproporcionados y con criterios de “devengo” irreales porque la mayoría jamás se cobran, en la situación de los Autónomos, los elevadísimos costos de Contratación que anulan el interés por crear empleo, en la Sanidad pública, en el Poder Judicial- el peor valorado- galardón que con toda la razón se han ganado a pulso, en la Reducción al mínimo de Autonomías y Ayuntamientos, en las fuerzas del Orden, en los servicios de Inteligencia, en la Diplomacia, en el Ejercito, en la Enseñanza y en el ejemplo a las generaciones futuras que deberán heredar este desastre que hemos montado y que no les permitirá en muchos años ser ciudadanos con derechos, prestaciones y vejez asegurada. Todo eso es mucho a regenerar, pero es imprescindible hacerlo.
A reflexionar.
L. Soriano.
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