No me dirá nadie, que no son guapetonas mis "primas". Más que primas, son "primores".
EL "PRETEXTO".Mi compañero – y sin embargo amigo - Jaime García Pelayo y Gross y su mujer Pilar Barbadillo – por vía paterna prima del que suscribe – han decidido obsequiarnos con unas botellas de “Castillo de San Diego” – el blanco de Barbadillo, que decimos todos – y otras tantas de tinto “Gibalbín” – por el nombre de la finca de Arcos de la Frontera donde crecen las cepas - que hoy han llegado.
Tiene mérito porque el tal Jaime no es que tenga familia a la que “atender”, es que – tanto por vía paterna, como materna - son “una mancha”. Hasta el punto de que, cuando se reúnen, necesitan de local especial, sabiamente elegido; algo así como el Audi de Touriño pero con clase. Estos señores están tan repartidos por el mundo, que se puede decir que “en sus dominios no se pone el sol”. ¡Qué gente!
Esta “publicidad” del hecho no les va a gustar nada: son de los que su mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha, y, siempre, nada malo; pero me da igual. Yo, por mi parte, soy de los que ovacionan cuando la “faena” lo merece. Así que, ambos, daros por cuenta de este “presidente”, una clamorosa vuelta al ruedo por el pasillo de vuestra vivienda algecireña. Si es necesario, os grabo la ovación y la envío por correo electrónico.
(Y se oye una voz que dice: “dile que no, hombre, que este es capaz hasta de venir con la tuna...”).
Ya os haré la crónica de la cata del “Gibalbín”. Yo no entiendo de vinos, pero todos conocemos a un somelier…va a ser en un rato, con un poquito de jamón de categoría. Divino…
Tiene mérito porque el tal Jaime no es que tenga familia a la que “atender”, es que – tanto por vía paterna, como materna - son “una mancha”. Hasta el punto de que, cuando se reúnen, necesitan de local especial, sabiamente elegido; algo así como el Audi de Touriño pero con clase. Estos señores están tan repartidos por el mundo, que se puede decir que “en sus dominios no se pone el sol”. ¡Qué gente!
Esta “publicidad” del hecho no les va a gustar nada: son de los que su mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha, y, siempre, nada malo; pero me da igual. Yo, por mi parte, soy de los que ovacionan cuando la “faena” lo merece. Así que, ambos, daros por cuenta de este “presidente”, una clamorosa vuelta al ruedo por el pasillo de vuestra vivienda algecireña. Si es necesario, os grabo la ovación y la envío por correo electrónico.
(Y se oye una voz que dice: “dile que no, hombre, que este es capaz hasta de venir con la tuna...”).
Ya os haré la crónica de la cata del “Gibalbín”. Yo no entiendo de vinos, pero todos conocemos a un somelier…va a ser en un rato, con un poquito de jamón de categoría. Divino…
Por cierto que Jaime "amenaza" con su visita. A ver si es verdad. Comeremos en:
http://gazules-bonita.blogspot.com/
HISTORIA DE UNA FAMILIA.
Las bodegas nacieron de la mano de D. Benigno Barbadillo y D. Manuel López Barbadillo. Desde entonces, han transcurrido casi 200 años de historia – más o menos cuando mi abuelo Rosende conoció a mi abuela Concha Barbadillo, es decir, que el tío no iba a por la bodega - para una empresa familiar cuyo capital es cien por cien español. Hoy, Bodegas Barbadillo abarcan más de 76.000 m2 y están extendidas por toda la localidad de Sanlúcar de Barrameda (tienen capacidad para albergar 45.000 botas).
Asimismo, sus viñedos alcanzan las 500 Ha. y están repartidos entre las fincas "Gibalbín" y "Santa Lucía", enmarcándose en la zona del "Jerez Superior", donde las tierras conocidas como "albariza" ofrecen un suelo inmejorable para su cultivo. Concretamente, en la finca "Gibalbín" la bodega dispone de alta tecnología, siendo la primera nave de elaboración de estas características en Andalucía.
La firma destaca por la grandeza de sus caldos: la manzanilla Solear es la de mayor crianza del mercado y está considerada como la mejor de su categoría por los sumilleres. En la boca, esta manzanilla tiene un gusto seco en el paladar que contrasta con un armonioso posgusto.
Entre sus blancos, destaca Castillo de San Diego, una apuesta por mostrar la versatilidad de la variedad Palomino fina, el primer blanco de Andalucía, el más original y el más vendido de España. Bodegas Barbadillo cuenta además, con grandes jereces secos: Príncipe, Cuco y Obispo Gascón son algunas de sus joyas, premiadas internacionalmente y acreditadas en el Consejo Regulador de la denominación de origen con una crianza media de 30 años.
Respecto a los jereces dulces, destacan el pedroximénez La Cilla, el oloroso dulce Eva Cream, el moscatel Laura o el amoroso San Rafael. Pero, sin lugar a dudas, los vinos más singulares son las Reliquias Barbadillo: los jereces más viejos del mercado y de mayor calidad del mundo, que han batido todos los récords en Christies al obtener el precio más alto pagado por una botella de vino de Jerez en una subasta. Son cuatro vinos de lujo que recogen las esencias del amontillado, el oloroso, el palo cortado y el pedroximénez. Es la síntesis de la historia de la mayor bodega de Sanlúcar.
MAS DETALLES EN LA REVISTA:
HISTORIA DE UNA FAMILIA.
Las bodegas nacieron de la mano de D. Benigno Barbadillo y D. Manuel López Barbadillo. Desde entonces, han transcurrido casi 200 años de historia – más o menos cuando mi abuelo Rosende conoció a mi abuela Concha Barbadillo, es decir, que el tío no iba a por la bodega - para una empresa familiar cuyo capital es cien por cien español. Hoy, Bodegas Barbadillo abarcan más de 76.000 m2 y están extendidas por toda la localidad de Sanlúcar de Barrameda (tienen capacidad para albergar 45.000 botas).
Asimismo, sus viñedos alcanzan las 500 Ha. y están repartidos entre las fincas "Gibalbín" y "Santa Lucía", enmarcándose en la zona del "Jerez Superior", donde las tierras conocidas como "albariza" ofrecen un suelo inmejorable para su cultivo. Concretamente, en la finca "Gibalbín" la bodega dispone de alta tecnología, siendo la primera nave de elaboración de estas características en Andalucía.
La firma destaca por la grandeza de sus caldos: la manzanilla Solear es la de mayor crianza del mercado y está considerada como la mejor de su categoría por los sumilleres. En la boca, esta manzanilla tiene un gusto seco en el paladar que contrasta con un armonioso posgusto.
Entre sus blancos, destaca Castillo de San Diego, una apuesta por mostrar la versatilidad de la variedad Palomino fina, el primer blanco de Andalucía, el más original y el más vendido de España. Bodegas Barbadillo cuenta además, con grandes jereces secos: Príncipe, Cuco y Obispo Gascón son algunas de sus joyas, premiadas internacionalmente y acreditadas en el Consejo Regulador de la denominación de origen con una crianza media de 30 años.
Respecto a los jereces dulces, destacan el pedroximénez La Cilla, el oloroso dulce Eva Cream, el moscatel Laura o el amoroso San Rafael. Pero, sin lugar a dudas, los vinos más singulares son las Reliquias Barbadillo: los jereces más viejos del mercado y de mayor calidad del mundo, que han batido todos los récords en Christies al obtener el precio más alto pagado por una botella de vino de Jerez en una subasta. Son cuatro vinos de lujo que recogen las esencias del amontillado, el oloroso, el palo cortado y el pedroximénez. Es la síntesis de la historia de la mayor bodega de Sanlúcar.
MAS DETALLES EN LA REVISTA:
No hay mejor sitio en el mundo, para tomarse unos langostinos y media copita de "Solear".
Antonio Pedro Barbadillo Romero, “Toto”, que fue presidente de las Bodegas Barbadillo, falleció en 2005 a los 82 años, de manera repentina, en el Hospital Virgen del Camino de Sanlúcar de Barrameda, según explicaron fuentes de las Bodegas. Antonio Pedro Barbadillo nació en Sanlúcar de Barrameda el 3 de abril de 1922 de una familia, los Barbadillo, que llegó al municipio gaditano en 1821 y cuyos antecesores se dedicaron siempre a la crianza de vinos y plantación de viñas. Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, en el año 1943 lo hacen responsable de Bodega de los Infantes de Orleans y es nombrado secretario del Consejo de Administración.
Además de haber sido teniente de alcalde y delegado de Hacienda y Personal en el Ayuntamiento sanluqueño, Antonio Pedro Barbadillo fue presidente de Williams and Humbert Group y secretario fundador de Caydsa. En el momento de su fallecimiento, se encontraba jubilado como presidente
de Antonio Barbadillo S.A.,
de Barbadillo Group International Ltd.
de Pedro Romero, S.A.
y de Gibalbin, S.A. entre otros cargos.
Además de haber sido teniente de alcalde y delegado de Hacienda y Personal en el Ayuntamiento sanluqueño, Antonio Pedro Barbadillo fue presidente de Williams and Humbert Group y secretario fundador de Caydsa. En el momento de su fallecimiento, se encontraba jubilado como presidente
de Antonio Barbadillo S.A.,
de Barbadillo Group International Ltd.
de Pedro Romero, S.A.
y de Gibalbin, S.A. entre otros cargos.
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