DEBATE LIGHT.-

Ayer asistimos a la hasta ahora última representación del Retablo de las Maravillas. Las conclusiones es que cada vez están más lejos de la calle, del español de a pié. Si ellos son los que van a resolver la crisis, vean los videos y verán que debemos de abandonar cualquier esperanza al respecto. Allí pudimos ver a Zapatero en su real y sincera presencia sin trampa ni cartón, Ya ni el disimulo le sale. Desnortado, impotente, noqueado antes de que nadie le reprochara nada, arrepentido de estar allí, asombrado por lo que le dicen que pasa en España, incrédulo aún de que eso le pueda ocurrir a él y rabiando de su mala suerte- crée él-, y rumiando la venganza que seguramente tomará contra algo que no sea sí mismo.
Ninguna proposición seria. Reducir el número de los Ayuntamientos a menos de la mitad, proponer un pacto para disminuir o suspender las Autonomías, controlar y supervisar, luego de auditar el gasto Público, Estatal y Autonómico. Rebajar después de estos datos y a su luz, un 50% los gastos corrientes, o “improductivos”. Rebajar los sueldos de los que lo tengan en cierta medida blindados o “seguros”, en al menos un 30%. Cesar a todos los ocupantes de cargos de empresas o entidades, u Oficinas dependientes del erario Público y cerrarlas de inmediato. Hablar de Nucleares, de energías con tendencia a la gratuidad, de prospecciones, de plan nacional de optimizar los costos de producción y rebajar los costos laborales, para que se pueda contratar sin pánico, disminuir a la mitad los fiscales, deshacer los impuestos directos, desaparecer los “a cuenta”, terminar con los impuestos de transmisiones, de incremento del valor de los activos, de las plusvalías, hablar de los incentivos para los empleadores y para los inversores, y la suspensión definitiva de prerrogativas, prebendas, “chollos” no extensibles a todos los ciudadanos, y sociedades tipo SGAE, Cámaras de Comercio, Liberados de Sindicatos, y Asociaciones todas que no se sostengan con sus afiliados voluntarios, así como con la financiación, OJO, a los partidos políticos. A cotizar, militante.
Y reformar la enseñanza, de arriba a abajo, premiando el esfuerzo, suspendiendo al mal estudiante, impartiendo cultura y conocimientos, haciendo respetar al profesorado. ¿No?
Entonces nos convertimos en el país más productivo de Europa y puede que del mundo.
Rajoy, le dio algo de estopilla, era fácil, lo tenia rendido, pero, que oportunidad perdida para lo anteriormente expuesto. Yo te lo dije, tu también y yo tampoco.
Duran, en un discurso que me sorprendió, se mostró dispuesto a dejar de succionar del sonrosado pezón, fíjense si verá el asunto feo. El de Ezquerra y casi todos, salvo, claro está, el ínclito Llamazares, ¿Por qué no esta el Cayo?, ¿No es diputado?, Nos habríamos reído un poco oyéndole que es Castro el que solventaría esto.
El dulce mordico del canario lo puso Anita Oramas, en uno minutitos cariñosos de gloria, que le sacó la sonrisita del conejo al Presidente, de lo suavecita, con un reprochito de que en Canarias, no hay sólo una hora menos sino un 10% más de parados, y de eso ella “no sabe nada”, ya que como todos sabemos, si bien son sus compañeros de partido quien gobiernan hace una enormidad de años, que no miren para ella. Junto a este desastre Insular, está el desastre Andaluz, otra historia de Alternancia en uno mismo y falta de ganas de que los ciudadanos prosperen no sea que voten otra cosa.
Alonso, igual de estalinista que Garrido, pero con el cemento aún sin resquebrajar, y con un pasado menos oscuro, con cierta frescura y credibilidad, lejos de Rubalcaba y Solbes, y no digamos Sebastián, intentó sacar los balones fuera con un palabrerío acusador y del tú más. No vió el debate de Pizarro con Solbes. Insisto, elaboren un Plan.
Tarde perdida, lo siento por nosotros, que tendremos que seguir padeciendo, desenchufados ya de la alimentación y la hidratación hasta que se nos hinchen las cosas y proponga alguno el asalto de los Palacios de Invierno. Solos, está claro que no van a salir. Algunos están hasta cazando muflones, muy adecuado para los tiempos que corren.
A reflexionar.
L. Soriano.