EL ESTADO DE LA CUESTIÓN.
En el Ministerio de Chacón se premia la obediencia ciega o la adscripción ideológica. Todo aquel militar profesionalmente independiente, religioso, español o conservador es relegado en la jerarquía militar.
En el GEES, la decisión del Ministerio de Defensa de Chacón de reducir el número de tropas en el País Vasco no nos extraña. La decisión casa perfectamente con una de las características que definen su paso por el Ministerio: la desnacionalización de las Fuerzas Armadas. Éstas son sociológicamente uno de los elementos vertebradores de España, razón por la cual el nacionalismo vasco quiere su expulsión, y razón por la cual Chacón no tiene problema en hacerlo. No es, sin embargo, la única característica de Chacón como ministra. Podemos citar como mínimo las que siguen sobre su actividad.
· Maltrato económico. Los Presupuestos marcan las líneas de interés del Gobierno. En tiempos de crisis, el dúo Zapatero-Chacón ha metido la tijera a fondo en el Ministerio de Defensa. Somos uno de los únicos países de la OTAN que no aumenta su presupuesto y en algunas partidas, como la destinada a modernización, bajan un 20%. No hay ni un solo motivo para estar contentos con el dinero que el Gobierno destina a las Fuerzas Armadas, y más teniendo en cuenta que ha aumentado el gasto para fomentar valores y políticas absolutamente contrarias al ejército. Mala gestión: No sólo hay menos presupuesto; está mal gestionado y administrado por Chacón. La partida de personal es altísima en relación a la partida para material; las partidas para logística y sostenimiento no pueden cubrir ni las nuevas necesidades técnicas ni las de las misiones internacionales. No hay modernización, no hay sostenimiento y la partida de I+D es casi inexistente. No es de extrañar en quien antes de llegar a la política nunca ha gestionado nada.
· Ignorancia estratégica: Cuando fue nombrada ministra, Chacón lo ignoraba todo en relación con la defensa. Ahora lo pagamos. En el caso de Afganistán, tuvo que ser el portavoz de la OTAN el que regañara en público a la ministra de Defensa. De igual forma, en repetidas ocasiones ha denunciado a los norteamericanos por unas muertes que cualquiera, incluidos nuestros soldados, podían causar. Tiene una visión ideológica de la guerra, alejada de lo real, justo lo contrario al realismo y profesionalidad que se le exige a un ministro de Defensa.
· Falta de transparencia y ocultación de la naturaleza y el carácter de las misiones en el exterior: Alérgico a la guerra, el Gobierno oculta el deterioro de la situación en Afganistán, así como las acciones en las que nuestras tropas se ven inmersas. En el caso de Kosovo, el Ejecutivo tiene nuestras tropas allí comprometidas en un limbo jurídico del que no da respuesta política o estratégica. En el caso de Líbano, aún esperamos explicaciones de la relación de nuestras tropas con Hezbolá. El Gobierno habla mucho de transparencia y del Parlamento, pero lo cierto es que en lo fundamental, ésta brilla por su ausencia.
· Ignorancia diplomática: Constantemente Chacón comete equivocaciones que constituyen desaires diplomáticos (caso de Estados Unidos en Afganistán o la equiparación de Israel y Hamás) con nuestros aliados. Su desconocimiento de las reglas diplomáticas hacen que hable cuando no debe y cuando lo hace en foros internacionales, dice o perogrulladas o se mete en líos.
· Utilización ideológica de las Fuerzas Armadas: Desde que Chacón está al frente del Ministerio, se ha acelerado la desmilitarización de las Fuerzas Armadas, la ideologización de la defensa y su inmersión en el postmodernismo radical del Gobierno de Zapatero. Su agenda es la del PSOE, no la del Ejército, y al circo montado con su maternidad se sumó el de los uniformes, los homosexuales y ahora la apología de los transexuales. Todo menos modernizar las FAS, mejorar sus capacidades o solucionar los problemas de nuestras tropas en el exterior.
· Sectarismo sobre profesionalidad: En el Ministerio de Chacón se premia la obediencia ciega o la adscripción ideológica. Todo aquel militar profesionalmente independiente, religioso, español o conservador es relegado en la jerarquía militar. Al mismo tiempo, la Ley de Carrera Militar heredada de Bono y Alonso ha tenido una contestación entre los oficiales inaudita. Cuando Chacón deje el Ministerio, la profesionalidad en las fuerzas Armadas habrá sufrido un duro golpe a manos de la politización y la servidumbre.
· Utilización de las Fuerzas Armadas para su propio lucimiento: Ignoramos si ya ha sido elegida por Zapatero para sucederle; lo que sí sabemos es que usa el Ministerio. Ha convertido los viajes en circos multimedia para su promoción. Ha realizado viajes perfectamente prescindibles y en otros el aparato propagandístico del que se ha hecho rodear ha convertido a nuestros militares en el exterior en atrezzo para su lucimiento. Llega, se deja fotografiar hablando con los mandos y se va con el recuerdo.
· Doble discurso: En relación con la defensa, Chacón mantiene un doble discurso, de FAS adentro y de FAS afuera. A veces, sus declaraciones van por caminos distintos a los de Zapatero, como en el caso de la estrategia de seguridad nacional, que ni depende de ella ni puede llevar a cabo sola. Sus palabras pueden satisfacer, sus hechos no. La defensa no es, ni de lejos, una las prioridades de Zapatero, por mucho que Chacón se ponga solemne y trace ambiciosos planes que luego se quedan en nada.
GEES.
En el Ministerio de Chacón se premia la obediencia ciega o la adscripción ideológica. Todo aquel militar profesionalmente independiente, religioso, español o conservador es relegado en la jerarquía militar.
En el GEES, la decisión del Ministerio de Defensa de Chacón de reducir el número de tropas en el País Vasco no nos extraña. La decisión casa perfectamente con una de las características que definen su paso por el Ministerio: la desnacionalización de las Fuerzas Armadas. Éstas son sociológicamente uno de los elementos vertebradores de España, razón por la cual el nacionalismo vasco quiere su expulsión, y razón por la cual Chacón no tiene problema en hacerlo. No es, sin embargo, la única característica de Chacón como ministra. Podemos citar como mínimo las que siguen sobre su actividad.
· Maltrato económico. Los Presupuestos marcan las líneas de interés del Gobierno. En tiempos de crisis, el dúo Zapatero-Chacón ha metido la tijera a fondo en el Ministerio de Defensa. Somos uno de los únicos países de la OTAN que no aumenta su presupuesto y en algunas partidas, como la destinada a modernización, bajan un 20%. No hay ni un solo motivo para estar contentos con el dinero que el Gobierno destina a las Fuerzas Armadas, y más teniendo en cuenta que ha aumentado el gasto para fomentar valores y políticas absolutamente contrarias al ejército. Mala gestión: No sólo hay menos presupuesto; está mal gestionado y administrado por Chacón. La partida de personal es altísima en relación a la partida para material; las partidas para logística y sostenimiento no pueden cubrir ni las nuevas necesidades técnicas ni las de las misiones internacionales. No hay modernización, no hay sostenimiento y la partida de I+D es casi inexistente. No es de extrañar en quien antes de llegar a la política nunca ha gestionado nada.
· Ignorancia estratégica: Cuando fue nombrada ministra, Chacón lo ignoraba todo en relación con la defensa. Ahora lo pagamos. En el caso de Afganistán, tuvo que ser el portavoz de la OTAN el que regañara en público a la ministra de Defensa. De igual forma, en repetidas ocasiones ha denunciado a los norteamericanos por unas muertes que cualquiera, incluidos nuestros soldados, podían causar. Tiene una visión ideológica de la guerra, alejada de lo real, justo lo contrario al realismo y profesionalidad que se le exige a un ministro de Defensa.
· Falta de transparencia y ocultación de la naturaleza y el carácter de las misiones en el exterior: Alérgico a la guerra, el Gobierno oculta el deterioro de la situación en Afganistán, así como las acciones en las que nuestras tropas se ven inmersas. En el caso de Kosovo, el Ejecutivo tiene nuestras tropas allí comprometidas en un limbo jurídico del que no da respuesta política o estratégica. En el caso de Líbano, aún esperamos explicaciones de la relación de nuestras tropas con Hezbolá. El Gobierno habla mucho de transparencia y del Parlamento, pero lo cierto es que en lo fundamental, ésta brilla por su ausencia.
· Ignorancia diplomática: Constantemente Chacón comete equivocaciones que constituyen desaires diplomáticos (caso de Estados Unidos en Afganistán o la equiparación de Israel y Hamás) con nuestros aliados. Su desconocimiento de las reglas diplomáticas hacen que hable cuando no debe y cuando lo hace en foros internacionales, dice o perogrulladas o se mete en líos.
· Utilización ideológica de las Fuerzas Armadas: Desde que Chacón está al frente del Ministerio, se ha acelerado la desmilitarización de las Fuerzas Armadas, la ideologización de la defensa y su inmersión en el postmodernismo radical del Gobierno de Zapatero. Su agenda es la del PSOE, no la del Ejército, y al circo montado con su maternidad se sumó el de los uniformes, los homosexuales y ahora la apología de los transexuales. Todo menos modernizar las FAS, mejorar sus capacidades o solucionar los problemas de nuestras tropas en el exterior.
· Sectarismo sobre profesionalidad: En el Ministerio de Chacón se premia la obediencia ciega o la adscripción ideológica. Todo aquel militar profesionalmente independiente, religioso, español o conservador es relegado en la jerarquía militar. Al mismo tiempo, la Ley de Carrera Militar heredada de Bono y Alonso ha tenido una contestación entre los oficiales inaudita. Cuando Chacón deje el Ministerio, la profesionalidad en las fuerzas Armadas habrá sufrido un duro golpe a manos de la politización y la servidumbre.
· Utilización de las Fuerzas Armadas para su propio lucimiento: Ignoramos si ya ha sido elegida por Zapatero para sucederle; lo que sí sabemos es que usa el Ministerio. Ha convertido los viajes en circos multimedia para su promoción. Ha realizado viajes perfectamente prescindibles y en otros el aparato propagandístico del que se ha hecho rodear ha convertido a nuestros militares en el exterior en atrezzo para su lucimiento. Llega, se deja fotografiar hablando con los mandos y se va con el recuerdo.
· Doble discurso: En relación con la defensa, Chacón mantiene un doble discurso, de FAS adentro y de FAS afuera. A veces, sus declaraciones van por caminos distintos a los de Zapatero, como en el caso de la estrategia de seguridad nacional, que ni depende de ella ni puede llevar a cabo sola. Sus palabras pueden satisfacer, sus hechos no. La defensa no es, ni de lejos, una las prioridades de Zapatero, por mucho que Chacón se ponga solemne y trace ambiciosos planes que luego se quedan en nada.
GEES.
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