COLEA EL "CALENTÓN" DE ISABEL GEMIO CON LA MINISTRA MERCEDES CABRERA.
También en el espectro radiofónico el diablo carga las palabras. Y, en los últimos días, Isabel Gemio se ha convertido por derecho propio en la comidilla de sus compañeros de trabajo en Onda Cero. La presentadora del programa del fin de semana Te doy mi palabra ha tenido al personal boquiabierto, según cuentan a Garganta Profunda. Un vocablo en todas las bocas: "¡alucinante!" El nombre de Isabel Gemio y el concepto de "aguerrida" se empieza a identificar. Una imagen poco favorable a la que ha contribuido su carácter. Eficiente como la que más en su trabajo carece por completo de "mano izquierda", extremidad muy necesaria en esto de los medios de comunicación. Su última víctima fue la ministra de Educación, Mercedes Cabrera. Muy caliente llegó el pasado sábado la periodista ante los micrófonos de la emisora con sede en San Sebastián de los Reyes. El epicentro de las consecuencias de la nevada que el día anterior había paralizado Madrid estuvo por unos escasos minutos en Onda Cero. Gemio irrumpió con voz peleona, combativa y contundente: "La nieve lo ha trastocado todo, incluso nuestra cita prevista con Mercedes Cabrera". "Esperábamos que la ministra nos acompañase en directo, en nuestros estudios, pero el estado de las carreteras le ha impedido acercarse hasta aquí. No nos queda más remedio que hablar con ella por teléfono y, sinceramente una entrevista de cuarenta minutos por teléfono, no es el mejor de los escenarios para nosotros", advirtió la locutora. Haciendo de tripas corazón, arrancó el encuentro: "Señora ministra, buenos días". Ajena al calvario que le esperaba, Cabrera entró vía telefónica: "Buenos días. Siento no estar ahí pero estoy rodeada de hielo. (…) Pero en fin, tenemos aquí un medio magnifico y podemos tener una conversación estupenda de todas las maneras. Prometo que, en la primera ocasión que tenga, estaré con ustedes en los estudios". Isabel Gemio utilizó la técnica del boxeador táctico que no deja de puntuar en cada uno de los asaltos: "Ministra no es lo mismo una conversación telefónica de diez minutos que una entrevista de cuarenta minutos, que es nuestro formato habitual. Una de las palabras que más se viene utilizando es la imprevisión. Discúlpeme pero usted tenía una cita con nosotros. ¿No ha podido buscar una solución para llegar hasta aquí?" Y Mercedes Cabrera se explicó: "De verdad, lo lamento. Me alegro que, en cualquier caso, podamos hablar. Yo me comprometo a estar ahí en el momento en que ustedes quieran. De todas maneras podemos aprovechar perfectamente esta entrevista". Gemio tomó buena nota y le lanzó un nuevo golpe de mediana potencia: "Sí, la vamos a aprovechar y, precisamente, empecemos por ahí. A usted, como miembro del Gobierno, ¿no cree preocupante que una ministra no pueda salir de su casa y acceder a una cita de trabajo? ¿Le parece a usted normal lo ocurrido en las últimas horas?" La ministra de Educación salió con una respuesta de manual: "Es verdad que este país no está acostumbrado a nevadas como la que hemos tenido. (…) Es verdad que tampoco podemos exagerar el caos y es verdad que cada uno debe asumir sus responsabilidades (…) para los que no tengan que sufrir las consecuencias sean los ciudadanos". La periodista siguió sin morderse la lengua: "Ministra, tenemos muchos asuntos sobre la mesa. Por cierto, se han hecho muchas quinielas sobre la posibilidad de que José Luis Rodríguez Zapatero hiciera cambios en su Gobierno. Algunas de esas encuestas la han situado fuera del Ejecutivo. ¿Le molesta ser una de las ministras peor valoradas?" En esos momentos, Cabrera ya era consciente de que todas las preguntas iban a ir con bala y se dio por vencida: "En fin, esa pregunta es un poco dura….." Porque para este viaje, pensaría la titular de Educación, no hacían falta alforjas.
También en el espectro radiofónico el diablo carga las palabras. Y, en los últimos días, Isabel Gemio se ha convertido por derecho propio en la comidilla de sus compañeros de trabajo en Onda Cero. La presentadora del programa del fin de semana Te doy mi palabra ha tenido al personal boquiabierto, según cuentan a Garganta Profunda. Un vocablo en todas las bocas: "¡alucinante!" El nombre de Isabel Gemio y el concepto de "aguerrida" se empieza a identificar. Una imagen poco favorable a la que ha contribuido su carácter. Eficiente como la que más en su trabajo carece por completo de "mano izquierda", extremidad muy necesaria en esto de los medios de comunicación. Su última víctima fue la ministra de Educación, Mercedes Cabrera. Muy caliente llegó el pasado sábado la periodista ante los micrófonos de la emisora con sede en San Sebastián de los Reyes. El epicentro de las consecuencias de la nevada que el día anterior había paralizado Madrid estuvo por unos escasos minutos en Onda Cero. Gemio irrumpió con voz peleona, combativa y contundente: "La nieve lo ha trastocado todo, incluso nuestra cita prevista con Mercedes Cabrera". "Esperábamos que la ministra nos acompañase en directo, en nuestros estudios, pero el estado de las carreteras le ha impedido acercarse hasta aquí. No nos queda más remedio que hablar con ella por teléfono y, sinceramente una entrevista de cuarenta minutos por teléfono, no es el mejor de los escenarios para nosotros", advirtió la locutora. Haciendo de tripas corazón, arrancó el encuentro: "Señora ministra, buenos días". Ajena al calvario que le esperaba, Cabrera entró vía telefónica: "Buenos días. Siento no estar ahí pero estoy rodeada de hielo. (…) Pero en fin, tenemos aquí un medio magnifico y podemos tener una conversación estupenda de todas las maneras. Prometo que, en la primera ocasión que tenga, estaré con ustedes en los estudios". Isabel Gemio utilizó la técnica del boxeador táctico que no deja de puntuar en cada uno de los asaltos: "Ministra no es lo mismo una conversación telefónica de diez minutos que una entrevista de cuarenta minutos, que es nuestro formato habitual. Una de las palabras que más se viene utilizando es la imprevisión. Discúlpeme pero usted tenía una cita con nosotros. ¿No ha podido buscar una solución para llegar hasta aquí?" Y Mercedes Cabrera se explicó: "De verdad, lo lamento. Me alegro que, en cualquier caso, podamos hablar. Yo me comprometo a estar ahí en el momento en que ustedes quieran. De todas maneras podemos aprovechar perfectamente esta entrevista". Gemio tomó buena nota y le lanzó un nuevo golpe de mediana potencia: "Sí, la vamos a aprovechar y, precisamente, empecemos por ahí. A usted, como miembro del Gobierno, ¿no cree preocupante que una ministra no pueda salir de su casa y acceder a una cita de trabajo? ¿Le parece a usted normal lo ocurrido en las últimas horas?" La ministra de Educación salió con una respuesta de manual: "Es verdad que este país no está acostumbrado a nevadas como la que hemos tenido. (…) Es verdad que tampoco podemos exagerar el caos y es verdad que cada uno debe asumir sus responsabilidades (…) para los que no tengan que sufrir las consecuencias sean los ciudadanos". La periodista siguió sin morderse la lengua: "Ministra, tenemos muchos asuntos sobre la mesa. Por cierto, se han hecho muchas quinielas sobre la posibilidad de que José Luis Rodríguez Zapatero hiciera cambios en su Gobierno. Algunas de esas encuestas la han situado fuera del Ejecutivo. ¿Le molesta ser una de las ministras peor valoradas?" En esos momentos, Cabrera ya era consciente de que todas las preguntas iban a ir con bala y se dio por vencida: "En fin, esa pregunta es un poco dura….." Porque para este viaje, pensaría la titular de Educación, no hacían falta alforjas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario