EL DOMINIO DEL PP EN LAS URNAS, ACABA EN HADU.La jornada electoral del 27 de mayo supuso un nuevo día de triunfo para el PP y Juan Vivas, que renovaron su mayoría absoluta con suficiencia e incluso mejorando los ya históricos resultados de hace cuatro años. Sin embargo, y aunque las siglas del PP fueron las más votadas con mucha diferencia en la gran mayoría de la ciudad, cada día parece dibujarse con más firmeza una línea divisoria que marca dos territorios bien diferenciados en cuanto a simpatía política.
El barrio de San José parece haberse convertido en la nueva ‘frontera’ para los intereses electorales del Partido Popular. Si hasta ese punto la victoria de los de Vivas es incuestionable colegio por colegio, urna por una, a partir de Hadú la situación se torna en muy favorable para Mohamed Alí y la coalición UDCE-IU, que ha convertido el distrito sexto de la ciudad en un importante granero de votos.
El colegio público José Acosta es uno de los primeros en el que el dominio de la UDCE se hace presente, con una ligera ventaja de 642 votos frente a los 536 del PP. A partir de aquí la situación regresa al esquema de victorias por amplia diferencia de la candidatura de Juan Vivas, una dinámica que acaba de nuevo en el edificio La Reina, en el que la UDCE obtuvo 183 votos por los 94 del Partido Popular. A partir de este punto la coalición de Alí y Musa se impone con fuerza en todas las mesas y colegios, con diferencias que incluso doblan los resultados del PP.
En la Guardería de Juan Carlos I, la diferencia de votos es de más de 200, en el Ruiz Picasso, en Benzú, UDCE-IU logró 139 votos por los tan solo 55 del PP. Aunque la mayor diferencia se da en el Colegio Público Reina Sofía, ubicado en Príncipe Alfonso, en el que la candidatura de Mohamed Alí se hizo con 688 votos por los tan solo 146 del Partido Popular. Similar situación en Príncipe Felipe y en el Polifuncional de Príncipe Alfonso, centros en los que UDCE-IU recabó 309 y 560 papeletas respectivamente, frente a las 99 y 155 del PP.
De esta forma, se puede afirmar sin temor que Mohamed Alí fue el claro vencedor de lo que en período electoral se denominó como la ‘batalla por el Príncipe’, no sólo logrando ser el candidato más votado en la zona, sino con cifras que van mucho más allá del doble de apoyo.
EL PP ARRASA EN EL POLÍGONO.
Las cifras obtenidas por la coalición UDCE-IU en el distrito sexto de la ciudad son dignas de estudio, pero en ningún caso ocultan una realidad incontestable, como es la victoria por aclamación del PP en prácticamente toda la ciudad. Una situación que se repite en el resto de sectores, pero con especial incidencia en el tercero, que cubre desde las Puertas del Campo al Morro. Un distrito en el que el PP se hizo con 6.852 votos, casi una cuarta parte del total logrado, y en el que la candidatura de Juan Vivas obtiene resultados diez veces mejores que el segundo partido más votado, el PSOE, que se queda con tan solo 674.
El dominio absoluto del PP se repite en el centro de la ciudad, con 5.126 votos en el distrito primero. En el segundo, que comprende la zona entre el centro y el Hacho, logró 2.505. En el cuarto los populares obtuvieron 4.728 votos, mientras que en el quinto se hicieron con 2.548. Aquí la diferencia con la UDCE - IU ya es más pequeña, con 1.500 papeletas de distancia entre Juan Vivas y Mohamed Alí.
El apoyo de los ceutíes a Juan Vivas también es manifiesto al comprobar los resultados por mesas. El PP fue el partido más votado en 76 de las 92. El único distrito en el que UDCE-IU ganó más mesas que el PP fue precisamente el sexto, con nueve a favor de Alí y dos que contaron con más papeletas encabezadas por Juan Vivas. En el resto de zonas electorales, el PP tan sólo cedió la mayoría en siete mesas, cuatro del cuarto distrito y tres del quinto.
Los malos resultados del PSOE en las elecciones del domingo son claros atendiendo a las cifras de votos por distritos y colegios. De los seis distritos de la ciudad, el PSOE sólo pudo ser el segundo partido más votado en dos de ellos, el primero y el tercero, y en ambos a mucha distancia del PP. La candidatura del PSOE obtuvo su mejor resultado en el cuarto distrito, con 720 votos, aunque de nuevo lejos de los 4.728 del PP o los 1.699 de la coalición UDCE - IU, y en el sexto incluso obtuvo menos votos que el PDSC de Mustafá Mizzian.
Los resultados por colegios no fueron más positivos para los socialistas, que no lograron ser el partido más votado en ninguno de ellos, y tampoco lograron estar ni tan siquiera por encima del PP, siendo lo más cercano el empate a 55 votos en el colegio de Benzú.
Leonardo Campoamor. El Faro.
UN COMENTARIO.
No resulta políticamente correcto, hablar de Hadú / El Príncipe, en relación con el terrorismo, pero nadie me negará que – en este sentido – se trata de una zona bastante más conflictiva y potencialmente peligrosa, que aquella en la que habitan los tradicionales feligreses de la parroquia de Los Remedios.
Y el problema reside en que no sea posible – porque algunos tachan de racista a quien no “obedece”, lo que me trae al fresco porque se que no lo soy – decir las cosas claras, es decir, que la situación lleva consigo riesgos: puede haber un atentado, es posible una sublevación - ignoro la cantidad de armas que se almacenan por aquellos andurriales, pero tal que las meigas, seguro que haberlas, hailas – y, por ello, es necesario quitarse la careta de un “centrismo” mal entendido.
Lo único que les exijo a los ciudadanos magrebíes, sean de nacionalidad española o con tarjeta de residente – no me refiero a los ilegales, que para ellos mi doctrina es la de “marchar kabila", como en cualquier país civilizado – es que sean respetuosos con la Normativa vigente, aunque nunca mas allá que los ciudadanos españoles de origen. ¿Es eso racismo? Eso es, democracia y aplicación del Estado de Derecho; porque a lo que no estoy dispuesto, es a tener que cumplir con unas determinadas exigencias legales y que otros – solamente por el hecho de que sean de otro origen – tengan “bula” para no comportarse adecuadamente.
¿Qué hemos de ser “especialmente comprensivos”? Lo que resulta necesario, es procesar – y, en su caso, encarcelar – a todos los ciudadanos – blancos, negros, cristianos, agnósticos, musulmanes, e incluso “mediopensionistas” – que conculquen la Ley. Y también que – para aquellos que hayan adquirido la nacionalidad española – que antepongan – asunto clave - los preceptos emanados de nuestra Constitución, por encima de sus creencias religiosas, como hacemos el resto de los ciudadanos. De esta manera, por ejemplo, jamás tendrían lugar el apedreamiento de procesiones en Semana Santa; habría respeto, lo que, en bastantes ocasiones, no se consigue.
Respecto de los que gocen de las ventajas de tarjeta de residente que, como “invitados”, se comporten con la necesaria cortesía.
El papanatismo, solo nos llevaría a volver a los tiempos vitizianos, o al de aquella Roma descompuesta y amenazada – luego invadida - por los bárbaros. No deseo Julianes, por muy Condes que resulten ser, ni tampoco émulas de Gala Placidia.
La conclusión natural es que, si han ganado la “Batalla del Príncipe”, es porque consideran a Alí y Musa - por que poco no Tarik y Muza - “de los suyos”, lo que hay que entender como que dichos votantes, no se consideran “de los nuestros”. Negarnos a reconocerlo, sería imitar al avestruz; conmigo que no cuenten. Y considerarlos “de los nuestros”, fuera de un régimen de reciprocidad – es decir, unilateralmente - significa volver al papanatismo; tampoco estoy por esa labor.
El colegio público José Acosta es uno de los primeros en el que el dominio de la UDCE se hace presente, con una ligera ventaja de 642 votos frente a los 536 del PP. A partir de aquí la situación regresa al esquema de victorias por amplia diferencia de la candidatura de Juan Vivas, una dinámica que acaba de nuevo en el edificio La Reina, en el que la UDCE obtuvo 183 votos por los 94 del Partido Popular. A partir de este punto la coalición de Alí y Musa se impone con fuerza en todas las mesas y colegios, con diferencias que incluso doblan los resultados del PP.
En la Guardería de Juan Carlos I, la diferencia de votos es de más de 200, en el Ruiz Picasso, en Benzú, UDCE-IU logró 139 votos por los tan solo 55 del PP. Aunque la mayor diferencia se da en el Colegio Público Reina Sofía, ubicado en Príncipe Alfonso, en el que la candidatura de Mohamed Alí se hizo con 688 votos por los tan solo 146 del Partido Popular. Similar situación en Príncipe Felipe y en el Polifuncional de Príncipe Alfonso, centros en los que UDCE-IU recabó 309 y 560 papeletas respectivamente, frente a las 99 y 155 del PP.
De esta forma, se puede afirmar sin temor que Mohamed Alí fue el claro vencedor de lo que en período electoral se denominó como la ‘batalla por el Príncipe’, no sólo logrando ser el candidato más votado en la zona, sino con cifras que van mucho más allá del doble de apoyo.
EL PP ARRASA EN EL POLÍGONO.
Las cifras obtenidas por la coalición UDCE-IU en el distrito sexto de la ciudad son dignas de estudio, pero en ningún caso ocultan una realidad incontestable, como es la victoria por aclamación del PP en prácticamente toda la ciudad. Una situación que se repite en el resto de sectores, pero con especial incidencia en el tercero, que cubre desde las Puertas del Campo al Morro. Un distrito en el que el PP se hizo con 6.852 votos, casi una cuarta parte del total logrado, y en el que la candidatura de Juan Vivas obtiene resultados diez veces mejores que el segundo partido más votado, el PSOE, que se queda con tan solo 674.
El dominio absoluto del PP se repite en el centro de la ciudad, con 5.126 votos en el distrito primero. En el segundo, que comprende la zona entre el centro y el Hacho, logró 2.505. En el cuarto los populares obtuvieron 4.728 votos, mientras que en el quinto se hicieron con 2.548. Aquí la diferencia con la UDCE - IU ya es más pequeña, con 1.500 papeletas de distancia entre Juan Vivas y Mohamed Alí.
El apoyo de los ceutíes a Juan Vivas también es manifiesto al comprobar los resultados por mesas. El PP fue el partido más votado en 76 de las 92. El único distrito en el que UDCE-IU ganó más mesas que el PP fue precisamente el sexto, con nueve a favor de Alí y dos que contaron con más papeletas encabezadas por Juan Vivas. En el resto de zonas electorales, el PP tan sólo cedió la mayoría en siete mesas, cuatro del cuarto distrito y tres del quinto.
Los malos resultados del PSOE en las elecciones del domingo son claros atendiendo a las cifras de votos por distritos y colegios. De los seis distritos de la ciudad, el PSOE sólo pudo ser el segundo partido más votado en dos de ellos, el primero y el tercero, y en ambos a mucha distancia del PP. La candidatura del PSOE obtuvo su mejor resultado en el cuarto distrito, con 720 votos, aunque de nuevo lejos de los 4.728 del PP o los 1.699 de la coalición UDCE - IU, y en el sexto incluso obtuvo menos votos que el PDSC de Mustafá Mizzian.
Los resultados por colegios no fueron más positivos para los socialistas, que no lograron ser el partido más votado en ninguno de ellos, y tampoco lograron estar ni tan siquiera por encima del PP, siendo lo más cercano el empate a 55 votos en el colegio de Benzú.
Leonardo Campoamor. El Faro.
UN COMENTARIO.
No resulta políticamente correcto, hablar de Hadú / El Príncipe, en relación con el terrorismo, pero nadie me negará que – en este sentido – se trata de una zona bastante más conflictiva y potencialmente peligrosa, que aquella en la que habitan los tradicionales feligreses de la parroquia de Los Remedios.
Y el problema reside en que no sea posible – porque algunos tachan de racista a quien no “obedece”, lo que me trae al fresco porque se que no lo soy – decir las cosas claras, es decir, que la situación lleva consigo riesgos: puede haber un atentado, es posible una sublevación - ignoro la cantidad de armas que se almacenan por aquellos andurriales, pero tal que las meigas, seguro que haberlas, hailas – y, por ello, es necesario quitarse la careta de un “centrismo” mal entendido.
Lo único que les exijo a los ciudadanos magrebíes, sean de nacionalidad española o con tarjeta de residente – no me refiero a los ilegales, que para ellos mi doctrina es la de “marchar kabila", como en cualquier país civilizado – es que sean respetuosos con la Normativa vigente, aunque nunca mas allá que los ciudadanos españoles de origen. ¿Es eso racismo? Eso es, democracia y aplicación del Estado de Derecho; porque a lo que no estoy dispuesto, es a tener que cumplir con unas determinadas exigencias legales y que otros – solamente por el hecho de que sean de otro origen – tengan “bula” para no comportarse adecuadamente.
¿Qué hemos de ser “especialmente comprensivos”? Lo que resulta necesario, es procesar – y, en su caso, encarcelar – a todos los ciudadanos – blancos, negros, cristianos, agnósticos, musulmanes, e incluso “mediopensionistas” – que conculquen la Ley. Y también que – para aquellos que hayan adquirido la nacionalidad española – que antepongan – asunto clave - los preceptos emanados de nuestra Constitución, por encima de sus creencias religiosas, como hacemos el resto de los ciudadanos. De esta manera, por ejemplo, jamás tendrían lugar el apedreamiento de procesiones en Semana Santa; habría respeto, lo que, en bastantes ocasiones, no se consigue.
Respecto de los que gocen de las ventajas de tarjeta de residente que, como “invitados”, se comporten con la necesaria cortesía.
El papanatismo, solo nos llevaría a volver a los tiempos vitizianos, o al de aquella Roma descompuesta y amenazada – luego invadida - por los bárbaros. No deseo Julianes, por muy Condes que resulten ser, ni tampoco émulas de Gala Placidia.
La conclusión natural es que, si han ganado la “Batalla del Príncipe”, es porque consideran a Alí y Musa - por que poco no Tarik y Muza - “de los suyos”, lo que hay que entender como que dichos votantes, no se consideran “de los nuestros”. Negarnos a reconocerlo, sería imitar al avestruz; conmigo que no cuenten. Y considerarlos “de los nuestros”, fuera de un régimen de reciprocidad – es decir, unilateralmente - significa volver al papanatismo; tampoco estoy por esa labor.
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