lunes, 5 de enero de 2009

EL SOLO LOS ASUSTA.-

Los dos pajarracos.
Ahora, Teodoro, ¿eres también marino?

Severo Moto.

Se llama Severo Matías Moto Nsa y, en cuanto “se mueve”, Teodoro y los suyos, se sacan de la manga un Golpe de Estado… el Golpe que nunca existió y el gobierno español que padecemos, lo toma en consideración; claro que el coeficiente mental de Moratinos, es manifiestamente mejorable.
Ha de ser muy duro, vivir al ritmo de Severo Moto, muy duro. Mi admiración por un luchador por la libertad.
A continuación inserto un artículo de Ana Camacho, publicado en la página web del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio -
http://www.guinea-ecuatorial.org/ -

PETROLEO AFRICANO: RIQUEZA MALDITA.
Una extraña maldición azota a los países africanos ricos en petróleo. Nuevos descubrimientos de crudo en Nigeria, Guinea Ecuatorial, Congo, Chad o Sudán están cumpliendo con creces las expectativas con las que hace diez años los expertos señalaron el continente africano como la alternativa a los suministros de Oriente Próximo. Es una riqueza que no para de crecer, pero que, en contra de toda lógica, no logra sacar de la pobreza a los pueblos agraciados.
Los expertos la llaman la maldición de los recursos o enfermedad holandesa y su sintomatología conlleva más miseria, riesgo de guerras, inestabilidad política y violaciones de los derechos humanos que las que estos países padecían cuando ni siquiera imaginaban que su subsuelo escondía un fabuloso tesoro. Dicen que no es un mal exclusivo del continente africano, pero que allí prende con especial fuerza por la endémica debilidad institucional de sus Estados y la proliferación de las cleptocracias, regímenes tiránicos volcados en el saqueo de los ingresos del petróleo, que se vuelven más crueles y arbitrarios, cuanto mayor es el botín en juego.
GUINEA ECUATORIAL: CORRUPCIÓN Y PILLAJE.
Guinea Ecuatorial se ha convertido en un ejemplo de referencia para ilustrar la razón que tienen los informes del Banco Mundial que advierten que la corrupción y el pillaje de las clases dirigentes en los países pobres se han convertido en el principal impedimento para acabar con el subdesarrollo. De los 7.500 barriles diarios con que inició su producción petrolera en 1991 se ha pasado, según datos oficiales, al medio millón de barriles diarios, aunque se sospecha que podrían llegar a los 810.000. Los ingresos de 3 millones de dólares que esta explotación aportó en 1993 también han seguido una feliz progresión al alza: 210 millones en 2000 y al menos 700 millones en 2003.
Todo parecía confluir en una feliz encrucijada para el futuro del apenas medio millón de habitantes del único rincón de hispanidad que dejó el reparto colonial al sur del Sahara. Las expectativas abiertas por unas reservas de dos billones de barriles convirtieron a este pequeño país en el epicentro de ese triángulo del petróleo del África Occidental que el Congreso de Washington señaló en 2002 como “área de interés vital” para el abastecimiento energético de Estados Unidos, por contener el potencial necesario (unos 10 billones de barriles, entre Guinea, Nigeria, Congo Brazzaville, Santo Tomé y Príncipe, Gabón y Angola) para acabar con la peligrosa dependencia de los yacimientos del Golfo Pérsico.
Las previsiones de crecimiento del petróleo guineano atrajeron como un imán las inversiones de las grandes multinacionales del sector ansiosas por hacerse hueco en una zona donde apenas hay riesgos de pinchar en falso. Incluso la coyuntura internacional se puso del lado de lo que ahora llaman el Kuwait de África al desencadenar un vertiginoso ascenso de los precios del crudo que ha llegado este año a la cifra histórica de 150 dólares el barril, inimaginable en los años noventa, cuando los precios llegaron a desplomarse hasta los 10 dólares el barril.
Pero, si en 2002 Guinea ocupaba la posición 111 de 177 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), en 2004 el empeoramiento de la esperanza de vida (que no supera los 43 años) o la elevada mortalidad infantil (122,4 por mil) hicieron retroceder a este país hasta el puesto 120 en un descenso que aún no ha tocado fondo y que sitúa sus niveles de pobreza a la altura de los países tocados por el azote de sequías o guerras como Ruanda, Eritrea o Níger.
Hoy, los datos del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y organizaciones como Global Witness (candidata al premio Nobel de la Paz por su batalla contra la corrupción) señalan sin equívocos que la nueva maldición que se ceba con la población guineana tiene nombre y apellidos: el de su presidente Teodoro Obiang Nguema, los de sus allegados y los de los responsables de las petroleras que cumplen escrupulosamente con la voluntad del número uno para que los ingresos percibidos por el crudo sean un "secreto de Estado" y las estimaciones de la producción, un dato aproximado.
Mientras, las posibilidades de los que no pertenecen a ese privilegiado entorno de lograr ingresos mayores de un dólar al día han incluso disminuido porque la enfermedad holandesa suele hipnotizar a los gobernantes con los fáciles ingresos del petróleo y hacerles dar la espalda a las actividades económicas que no forman parte de ese negocio.
Corrupción, despilfarro y mal gobierno también mantienen a Nigeria y Angola en la lista de los 30 países más pobres del mundo, a pesar de que el petróleo les proporciona unos ingresos de 100 millones de dólares al día.
CHAD: GESTIÓN DE INGRESOS.
Chad constituyó el primer experimento internacional de explotación petrolífera como motor de desarrollo. La puesta en marcha en 1999 de la extracción de sus reservas, estimadas en unos 2.000 millones de barriles, requería la construcción de un oleoducto para canalizar las exportaciones de este país sin salida al mar desde Doba a la costa de Camerún.
El Banco Mundial se comprometió con el proyecto a cambio de control y transparencia. Se pidió al Gobierno que adoptase una ley de gestión de ingresos petroleros para que el 12,5 por ciento de los mismos fuese depositado en una cuenta controlada por un colegio independiente antes de que la recibiese el Gobierno chadiano. Otro 10 por ciento sería depositado en un fondo de generaciones futuras para asegurar a Chad ingresos para cuando se acabasen las reservas.
La construcción del oleoducto Chad-Camerún por valor de 3.500 millones de dólares empezó en el año 2000 y fue completada en 2004. En diciembre de 2005 la Asamblea Nacional de Chad abolió el fondo para las generaciones futuras y desvió el dinero de los esfuerzos para la lucha contra la pobreza a la compra de armas. Ese mismo año, los índices de Transparencia Internacional calificaron al país como el más corrupto del mundo.
El presidente chadiano, Idris Deby, ha justificado ese cambio de prioridades con las tensiones con el vecino Sudán al que acusa de haber instigado los diversos intentos de golpes de Estado y acciones de grupos rebeldes que se han levantado en armas contra su gobierno. Para la liga anticorrupción, sin embargo, el conflicto de Darfur tendría menos posibilidades de prender la mecha de una guerra civil chadiana si no contase con la carga explosiva de la indignación popular por el despilfarro de las clases dirigentes.
Como indican desde Intermón Oxfam –una de las ONG que en España se han adherido a la iniciativa de “Hagan público lo que pagan”–, la imagen que mejor refleja las raíces de este justificado rencor es la que da un país con boyante producción de crudo (170.000 barriles diarios en 2006) y tal carencia de infraestructuras mínimas que ni siquera hay gasolineras, por lo que los chadianos tienen que adquirir el combustible en bidones por las calles. Para obligar al presidente Deby a situarse en el camino adecuado, el Banco Mundial amenazó con cortarle créditos por valor de 124 millones de dolares. Tras unas laboriosas negociaciones el presidente se comprometió a dedicar el 70 por ciento de los ingresos a programas para erradicar la pobreza. Hay un gran escepticismo sobre su voluntad de cumplir la palabra dada.
Trato preferencial a empresas. Lograr que las petroleras practiquen la transparencia en los países africanos parece en principio una utopía imposible. El boom petrolero de Congo Brazzaville ilustra hasta qué punto un trato preferencial a estas empresas en la asignación de las explotaciones y el logro de jugosas ventajas fiscales se ha inmiscuido en la política africana apuntalando a sus cleptocracias. Allí las rivalidades francoamericanas por el control de los yacimientos petroleros se convirtieron en el telón de fondo de la guerra civil que acabó en 1997 con el regreso al poder del presidente Denis Sassou Nguesso y la marcha al exilio del presidente Pascal Lissouba, triunfador en las elecciones de 1992.
En el juicio que en 2003 acabó condenando por "pillaje" a la cúpula de la petrolera francesa Elf Aquitaine, salieron a relucir los manejos con que este grupo, durante su larga existencia como entidad pública, funcionó como ‘caja negra’ para intervenciones políticas dirigidas a apoyar a los dictadores africanos amigos o derribar a los que, como Lissouba, cedieron a la tentación de cobrar comisiones también de empresas petroleras norteamericanas rivales.
En Francia o Estados Unidos, jueces y organizaciones anticorrupción han denunciado las reticencias de los políticos a la hora de que sus compromisos a favor de la transparencia se los lleve el viento. El presidente Bush, por ejemplo, ha realizado enérgicos pronunciamientos contra la cleptocracia y, acto seguido, no ha podido resistirse a la tentación de recibir en Washington al propio presidente Obiang al que, a pesar de su currículo de saqueador y torturador, la secretaria de Estado Condoleezza Rice saludó en 2006 como un “buen amigo”.
En contra de los buenos propósitos juegan las jugosas ganancias que los beneficios fiscales con que los cleptócratas compensan la opacidad de sus negocios y el riesgo que plantea que los gobernantes respondan a las presiones marginando a sus empresas. La fuerte competencia desencadenada en el continente por las empresas chinas, menos vulnerables a las presiones de los consumidores y accionistas que las occidentales, complica la situación.
POLÍTICA DE NO INTERFERENCIA.
La política de no interferencia en los asuntos internos que practica Pekín le ha abierto por ejemplo el mercado del petróleo guineano, hasta hace poco bajo el control casi exclusivo de Estados Unidos, y aupado al puesto de segundo país comprador. En Angola, otro país hasta mediados de los noventa casi enteramente en la órbita de las petroleras estadounidenses, China se reparte ahora a partes iguales con Estados Unidos el 80 por ciento del crudo angolano y ha logrado convertirse en socio estratégico del presidente José Eduardo Dos Santos.
Pekín no sólo se abstiene de exigir contrapartidas a sus ayudas en el terreno de los derechos humanos o la protección del medio ambiente sino que, como ha demostrado en Sudán (otro productor de petróleo en ascenso), puede extender el escudo protector de su condición de miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU para frenar la condena internacional a uno de los más terribles genocidios de la historia reciente.
Hay, sin embargo, un argumento en el que el frente anticorrupción pone mucho énfasis: no actuar contra la enfermedad holandesa puede volverse en contra del propio sector petrolero y de los graves retos que tiene que afrontar para satisfacer el abastecimiento de crudo que la economía necesitará en los próximos 50 años para seguir creciendo.
CRISIS DEL DELTA DEL NÍGER.
La crisis del Delta del Níger en Nigeria desatada en 2005 por la aparición de la guerrilla del MEND (Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger) lo ha demostrado fehacientemente. Este grupo rebelde exige el flujo de parte de los ingresos petroleros hacia las comunidades locales de la zona de extracción a las que la pobreza obliga a vivir del trapicheo del crudo robado, con grave riesgo de la vida, de las conducciones de los oleoductos. Sea o no sincero en sus planteamientos, la miseria es lo que ha dado fuerza a este movimiento que ha logrado trastocar la producción de un país clave para la seguridad energética de Estados Unidos.
Cuando el MEND comenzó sus robos, ataques y secuestro del personal de las instalaciones, Nigeria producía entre 2,5 y 2,6 millones de barriles de crudo diarios, ocupaba el primer puesto entre los productores africanos de crudo y el sexto entre los principales del mundo. Había buenas perspectivas de alcanzar la meta de los cuatro millones de barriles diarios. Bastaría con que los pozos que tuvieron que detener esta primavera su actividad por los ataques de la guerrilla estuvieran a pleno rendimiento para lograr ahora mismo los tres millones de barriles.
Por el contrario, la extracción nigeriana se ha recortado de tal manera que ha llegado a descender a menos de un millón de barriles diarios y ha sido superada por la producción de Angola. La incapacidad de las autoridades para restablecer la seguridad en la zona han frustrado los planes de inversión con que las empresas energéticas estaban reinvirtiendo sus beneficios en cultivos para la producción de biocombustibles. La declaración de guerra total que el MEND acaba de hacer indica que la situación es todavía susceptible de empeorar.
Efectivamente, en todas partes cuecen habas, pero también es cierto que, mal de muchos consuelo de tontos.

1 comentario:

Nómadas dijo...

Querido amigo, tu blog es una ventana abierta a la verdad y nos alegramos mucho poder contar con alguien como tú en nuestro círculo de amistad. Gracias infinitas y te ruego que nos consideres como gente cercana y amiga.

Vamos a enlazar tu blog a nuestra lista y, en fin, que nos tienes para lo que haga falta. Viva España y los españoles como tú y esperamos tenerte entre nosotros en la nueva etapa que se avecina y en la que necesitaremos las manos expertas, honestas y limpias de hombres y mujeres que aman el bien y rechazan la corrupción y las injusticias.

Gracias, amigo.

Exilio de Guinea Ecuatorial. Madrid

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